Ayer fue un día muy emotivo en el Alto de la Casilla, Abánades. La afluencia de público en las Jornadas de Puertas Abiertas desbordó todas las expectativas de la organización y llenó de vida un paraje solitario en el que duermen las trincheras de la guerra civil entre corzos, ovejas y jabalíes. Parte de nuestro equipo se dedicó toda la mañana a organizar un taller de Arqueología de campo para los niños y niñas que se acercaron con sus padres a nuestras excavaciones. Estos aprendices de arqueólogos acabaron de excavar un refugio franquista tomado por los republicanos en la ofensiva de fines de marzo y comienzos de abril de 1938.
No hay comentarios:
Publicar un comentario