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martes, 14 de febrero de 2012

Always Franco

Always Franco de Eugenio Merino

Nuestro dictador favorito es objeto de una obra presentada en Arco por el artista Eugenio Merino. En la instalación, un Franco anciano y vestido de militar aparece metido dentro de una máquina expendedora de refrescos. Como la momia embalsamada de Lenin en versión capitalista. Merino considera que Franco está más de moda que nunca y no le falta razón. Otro artista crítico, Santiago Sierra propone a modo de happening que entreguen efigies del dictador a creadores plásticos para que las denigren a placer. 

En una línea similar lleva un tiempo trabajando Fernando Sánchez Castillo, al que hemos mencionado en otra entrada. Sánchez Castillo, que se autodefine como arqueólogo del franquismo (¡intrusismo laboral!) trabaja con la iconografía del dictador -bustos, estatuas ecuestres- y sus restos materiales. Entre sus obras recientes se encuentra una escultura realizada con chatarra del Azor, el famoso yate de Franco.

 Obra escultórica de Sánchez Castillo que usa restos del yate Azor.

Ya que no nos dejan juzgar los crímenes políticos, al menos podremos jugar con la memoria de los criminales.

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