El artista Fernando Sánchez Castillo proyecta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid durante el mes de julio un vídeo que ha elaborado para la edición de PhotoEspaña correspondiente a 2010. Se titula Táctica y nos muestra la relación material, táctil, que entablan distintas personas invidentes con una pieza indiscutiblemente representativa del patrimonio monumental de este país y, por tanto, estrechamente ligada con las políticas de la memoria, en el pasado y en el presente: las estatuas ecuestres de Franco. Este patrimonio es, claramente, una parte fundamental de esas políticas en el pasado y en el presente porque no sólo atañe a una clase de escultura conmemorativa, construida para ensalzar al dictador, sino también porque la mayor parte de las esculturas particulares que la representan están en depósitos y sólo dos instituciones, de entre las diez que ha contactado el firmante de la obra, han accedido a prestarlas para ese proyecto; de entre esas dos, además, sólo una ha sido presentada antes los invidentes y los artistas sin lonas ni envoltorios. Es decir, que se trata de un patrimonio relegado y, además, ocultado. Por otro lado, los invidentes acuden en el vídeo igualmente al Museo de Cera de Madrid para palpar la efigie de Franco.
Los ciegos están tocando estatuas de las que han oído hablar pero que, en principio, nunca han visto; de hecho, tampoco han "visto" al dictador, porque no se han podido acercar a él. Pero no sólo han oído hablar del personaje, sino que algunos han vivido la dictadura. Por otro lado, están ante objetos del pasado, patrimonio, como se suele decir, y lo tocan, lo huelen, lo sienten... Aunque el éxito que han tenido se reduce a una proporción de 10 intentos y sólo 2 logros, están accediendo a ese patrimonio histórico. En sí misma, esta experiencia no sólo representa, en cierto modo, la profunda desconexión que se ha impuesto entre el pasado y el presente a nivel general, desconexión que no nos permite a casi nadie ver y entender lo que tenemos delante, aunque en realidad sí lo intuimos y lo buscamos, porque sabemos que está ahí, aquí... También parece ser una experiencia democrática y, como tal, abre las puertas a que todos nos acerquemos a las grietas de las políticas de la desconexión y del olvido, a los intersticios por los que afloran diversas relaciones con el pasado. Se trata de una experiencia vivida por gente que no sólo va a aportar nuevas perspectivas (no desarrolladas en el vídeo, por cierto), sino que también va a invitar a que esa gente viva nuevos procesos relacionados con su identidad personal y colectiva, con su historia.
Por todo esto veo profundas afinidades con el trabajo que desarrollamos en Bustarviejo y otros lugares, al menos con algunos de nuestros planteamientos, aunque no hayamos podido desarrollarlos. Precisamente uno de los elementos contenidos en el proyecto (sólo proyecto, de momento...) de musealización, que propone la creación de un aula de interpretación en Bustarviejo, entre otras cosas, incluye la exposición de los objetos recuperados en la excavación del destacamento acompañándolos de un audio que permita hacerse una idea de las realidades que tienen detrás (por ejemplo, el sonido de la vida cotidiana en las "chabolas" cuando se trate de la planta de las casas, las latas, botellas, tinteros y vasijas, reproduciendo el sonido del viento, la vajilla, los tosidos y llantos, pero también las conversaciones, las risas, la supervivencia...). A ello se debería añadir la proyección de imágenes que recreen la vida en el destacamento, sin audio y con cierto enfoque distorsionado, para retratar las sombras que aparecen en nuestra imaginación y recuerdos, retratadas, por su parte, a partir de una investigación rigurosa.
En esta línea, sería estupendo que Fernando y cualquier otra persona o colectivo trajeran o invitaran a los invidentes, entre otros además de los que hemos acogido nosotros en distintas ocasiones y convocatorias, o que nosotros mismos lo hicéramos. Que vinieran y vieran el destacamento y, especialmente, algunos objetos. Y digo ver porque para los videntes ver es entender y para los invidentes parecería que lo es tocar, oler, manipular, palpar, escuchar, cuando, en realidad, para todos entender es hacer alguna de esas cosas o todas a la vez. Para nosotros especialmente, "acercarse" al pasado o "acercar" el pasado, entender algunos de sus recovecos y avenidas principales, sentirlo, tratarlo, supone, en definitiva, que unos y otros lo vivan como sea, y que lo piensen, lo transmitan y lo compartan. Precisamente, poder contar con un colectivo de invidentes no sólo permitiría ampliar la obra particular de Fernando Sánchez y seguir dando a conocer algunos de los mecanismos de represión más importantes del franquismo, sino también profundizar en la apertura del pasado a todos y en la creación y consolidación de las "cadenas de equivalencia", es decir, de los vínculos entre distintos movimientos que convergen en sus luchas.
Los ciegos están tocando estatuas de las que han oído hablar pero que, en principio, nunca han visto; de hecho, tampoco han "visto" al dictador, porque no se han podido acercar a él. Pero no sólo han oído hablar del personaje, sino que algunos han vivido la dictadura. Por otro lado, están ante objetos del pasado, patrimonio, como se suele decir, y lo tocan, lo huelen, lo sienten... Aunque el éxito que han tenido se reduce a una proporción de 10 intentos y sólo 2 logros, están accediendo a ese patrimonio histórico. En sí misma, esta experiencia no sólo representa, en cierto modo, la profunda desconexión que se ha impuesto entre el pasado y el presente a nivel general, desconexión que no nos permite a casi nadie ver y entender lo que tenemos delante, aunque en realidad sí lo intuimos y lo buscamos, porque sabemos que está ahí, aquí... También parece ser una experiencia democrática y, como tal, abre las puertas a que todos nos acerquemos a las grietas de las políticas de la desconexión y del olvido, a los intersticios por los que afloran diversas relaciones con el pasado. Se trata de una experiencia vivida por gente que no sólo va a aportar nuevas perspectivas (no desarrolladas en el vídeo, por cierto), sino que también va a invitar a que esa gente viva nuevos procesos relacionados con su identidad personal y colectiva, con su historia.
Por todo esto veo profundas afinidades con el trabajo que desarrollamos en Bustarviejo y otros lugares, al menos con algunos de nuestros planteamientos, aunque no hayamos podido desarrollarlos. Precisamente uno de los elementos contenidos en el proyecto (sólo proyecto, de momento...) de musealización, que propone la creación de un aula de interpretación en Bustarviejo, entre otras cosas, incluye la exposición de los objetos recuperados en la excavación del destacamento acompañándolos de un audio que permita hacerse una idea de las realidades que tienen detrás (por ejemplo, el sonido de la vida cotidiana en las "chabolas" cuando se trate de la planta de las casas, las latas, botellas, tinteros y vasijas, reproduciendo el sonido del viento, la vajilla, los tosidos y llantos, pero también las conversaciones, las risas, la supervivencia...). A ello se debería añadir la proyección de imágenes que recreen la vida en el destacamento, sin audio y con cierto enfoque distorsionado, para retratar las sombras que aparecen en nuestra imaginación y recuerdos, retratadas, por su parte, a partir de una investigación rigurosa.
En esta línea, sería estupendo que Fernando y cualquier otra persona o colectivo trajeran o invitaran a los invidentes, entre otros además de los que hemos acogido nosotros en distintas ocasiones y convocatorias, o que nosotros mismos lo hicéramos. Que vinieran y vieran el destacamento y, especialmente, algunos objetos. Y digo ver porque para los videntes ver es entender y para los invidentes parecería que lo es tocar, oler, manipular, palpar, escuchar, cuando, en realidad, para todos entender es hacer alguna de esas cosas o todas a la vez. Para nosotros especialmente, "acercarse" al pasado o "acercar" el pasado, entender algunos de sus recovecos y avenidas principales, sentirlo, tratarlo, supone, en definitiva, que unos y otros lo vivan como sea, y que lo piensen, lo transmitan y lo compartan. Precisamente, poder contar con un colectivo de invidentes no sólo permitiría ampliar la obra particular de Fernando Sánchez y seguir dando a conocer algunos de los mecanismos de represión más importantes del franquismo, sino también profundizar en la apertura del pasado a todos y en la creación y consolidación de las "cadenas de equivalencia", es decir, de los vínculos entre distintos movimientos que convergen en sus luchas.
1 comentario:
Qué buena idea, Joroge. Ahora entiendo mejor lo de las cadenas de equivalencia!
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