En la imagen superior se pueden ver tres planos del campo de concentración de Castuera. El plano superior está realizado a partir de la fotografía aérea del lugar y las prospecciones que llevamos a cabo sobre el terreno. El segundo es una representación realizada por un expreso y publicada por Antonio López Rodríguez en su monografía sobre el campo. El tercero es un dibujo realizado sobre un plano oficial de la época.
Como se puede observar, las diferencias entre los tres planos son notables. La memoria distorsiona y recuerda selectivamente, los documentos oficiales (especialmente en dictaduras) tienden a ocultar hechos y a presentar una imagen falsamente positiva de la realidad.
La comparación de estas tres imágenes ayuda a comprender una de las funciones de la arqueología del pasado reciente: descubre cosas que, consciente o inconscientemente, se ocultan (o se idealizan o se transforman) en los discursos escritos y orales que analizan los historiadores. A veces nos pueden parecer triviales, pero debajo de algunas trivialidades se esconden hechos históricos de gran relevancia.