sábado, 21 de febrero de 2015

Arqueología del punto de vista


Una de las primeras víctimas de la GCE: un Guardia de Asalto yace al pie de la balaustrada de piedra que delimita el espacio central de la Plaça de Catalunya. Todavía se conserva uno de los impactos de bala que probablemente acabó con su vida.

En los últimos años hemos diseñado visitas guiadas en contextos urbanos como Santiago de Compostela o Vitoria-Gasteiz para explicar el devenir de esas ciudades durante la guerra civil española a través de las trazas materiales del conflicto. Hoy nos hemos dado cuenta de que somos unos simples aprendices. Hoy hemos podido participar de un periplo único en la ciudad de Barcelona, guiados por Ricard y Susana. El reto, nada fácil: explicar el primer día de un golpe de estado (19 de julio de 1936, domingo) que derivó en una guerra civil. Para ello Ricard se valió de un tesoro: las fotografías que sacó ese día un intrépido Agustí Centelles en el carrer Diputació y en la Plaça de Catalunya.
Esta interactiva Experiencia Centelles se adentra en la microhistoria, en el metamundo de una fotografía-símbolo, reproducida hasta la saciedad en medios leales y extranjeros en aquellos días: en la calle Diputació, esquina con Lauria, unos Guardias de Asalto evitan el avance de los militares sublevados, protegidos tras unos caballos muertos.



El inicio de la visita fue espectacular, ya que pudimos contar con la presencia del hijo de Centelles, Sergi, quien ha seguido con la tradición y regenta el estudio fotográfico familiar. Un lujo poder conocer de primera mano la trayectoria de su padre, un hombre afín al POUM que pagó su lealtad a la República con los campos de concentración, el exilio y la depuración laboral a su vuelta a la España franquista. Nunca más pudo trabajar como fotoperiodista. Como otros profesionales del diseño o la cartelería tuvo que refugiarse en la fotografía industrial y publicitaria. Hasta 1976 no dio a conocer su mayor legado. Incluso su familia desconocía por completo la existencia de unos negativos que fueron salvaguardados de manera heroica, épica y tragicómica por compañeros y amigos.

Agustí Centelles en el campo de concentración francés tras la guerra.


El guía-estrella Sergi Centelles nos habla de su padre en la calle Diputació.

Ricard y Susana nos sumergen de lleno en la atmósfera que se vivía ese domingo 19 de julio. La confusión, el caos, la información y contrainformación no ayudaban precisamente a aclarar lo que estaba pasando. En ese contexto, Agustí Centelles sale a la calle con su cámara Leica y acaba registrando lo que sucede en calle Diputación, un punto neurálgico para parar a los militares facciosos que avanzan desde los cuarteles, con piezas de artillería movidas por mulas y caballos.
Ricard ha realizado una auténtica reconstrucción arqueológica de lo que allí pasó en esas horas. Ha consultado la versión oficial de los vencedores de la guerra, quienes llegaron a publicar un plano de la ciudad señalando los pasos seguidos por los afectos al Movimiento.



Ha excavado en los negativos de Centelles, reconstruyendo las secuencias completas del reportaje. Ha llevado a cabo un verdadero estudio de Arqueología de la Arquitectura, detectando las interfaces, las cicatrices de la memoria en los paramentos de los edificios, ha detectado lo que en fotografía se denomina el eco del pasado. Ha realizado toda una prospección de cobertura total identificando cada escenario desde el que disparó la cámara Centelles, ha podido reconstruir el momento exacto, analizando los juegos de luces y sombras, la posición del sol con respecto a la calle... Un trabajo impresionante que nos adentra en la visión del fotógrafo, en sus idas y venidas por la calle, en sus movimientos en función de lo que iba pasando, en su habilidad para ganarse a los protagonistas, en la composición que se hace del lugar y de las escenas. Ricard reconstruye toda la cadena técnico-operativa que lleva a la archiconocida foto, el producto final de un trabajo que nos muestra el cambio radical de una ciudad en cuestión de horas.


Tras la derrota de los militares en las calles, los objetos cobran especial importancia, como se puede apreciar en las fotografías. Como en las fiestas de locos y los carnavales se revierte el orden social. Surge el atrezzo miliciano. El pueblo en armas se cobra trofeos de guerra. Los combatientes posan con cartucheras, hebillas de cinturón, una corneta, cascos y cajas de munición. La CNT se ha hecho con el poder en Barcelona. Todo va muy rápido. En la foto de abajo podemos ver unos guardias civiles en la vía pública. La Benemérita en Barcelona se mantuvo expectante hasta que vio claro el triunfo sobre los militares y se adhirió a la defensa de la República. En cuestión de horas pasó de ser un cuerpo de seguridad odiado en la larga duración (Semana Trágica, Revolución de Asturias...) a formar parte de las fuerzas antifascistas. Al lado de los guardias (hasta el momento contrarrevolucionarios) vemos a un hombre con corbata y puño en alto, haciendo alarde de un gesto revolucionario. Lo nunca visto. Días u horas después, andar ataviado con una corbata podría traerte serios problemas, por burgués.


Nos os vamos a contar más. ¿La fotografía mítica de Centelles es real? ¿esos hombres están combatiendo o están posando? Para contestar a estas preguntas Ricard Martínez ha diseñado esta apasionante experiencia Centelles, en la que los arqueólogos y arqueólogas contamos con cierta ventaja porque estamos acostumbrados a mirar las piedras.
Si os acercáis a Barcelona, ya sabéis lo que podéis hacer.

www.arqueologiadelpuntdevista.org
info@arqueologiadelpuntdevista.org







martes, 10 de febrero de 2015

Las armas más mortíferas de la historia


Si nos preguntan cuáles son las armas más letales del siglo XX, casi con total seguridad mencionaremos las bombas nucleares. Quizá también los bombarderos. O los misiles. O el gas tóxico. O el lanzallamas. Todos estos son inventos del siglo pasado que han causado cientos de miles de muertes, con frecuencia horrendas. El poder mortífero de una bomba de hidrógeno está fuera de toda duda. Sin embargo, si queremos identificar las grandes tecnologías asesinas del siglo XX, las armas que han exterminado más gente, tenemos que buscar en otro lado. 

Artillería: durante la primera mitad del siglo XX se le atribuyen 18 millones de muertos.

Armas ligeras: durante la primera mitad del siglo XX se le atribuyen 14 millones de muertos.

O lo que es lo mismo: la mayor parte de las muertes en guerras contemporáneas la han provocado armas del siglo XIX. 

Fuente: G. Elliot: Twentieth century book of the dead. Ballantine Books, 1972.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Gasteiz at War: La Película


Lo prometido es deuda. Muchos compañeros y compañeras no pudieron acudir en su día al congreso Gasteiz at War, por problemas de agenda, por los recortes del Gobierno de España, por compromisos familiares, por encontrarse en la emigración y/o exilio. Gracias al buen hacer de nuestros compañeros encargados del funcionamiento de los servicios multimedia de la Facultad de Letras (UPV/EHU), todo el mundo puede acceder aquí libremente a las ponencias y debates celebrados entre el 9 y el 13 de diciembre de 2014 de la mano del Grupo de Investigación en Patrimonio Construido. En los próximos días iremos ultimando pequeños detalles de algunas de las presentaciones, pero en todo caso, cumplimos así con uno de los objetivos de Gasteiz at War: dar a conocer y reconocer el trabajo pionero, heroico y comprometido de profesionales de todo el Estado en el ámbito de la Arqueología del Conflicto, la Gestión del Patrimonio y la Recuperación de la Memoria.

El siguiente paso será la publicación de las actas. Ya estamos trabajando en ello.
Skerrik asko. 


Los vídeos también estarán en Youtube:




martes, 3 de febrero de 2015

Arquitectura en los confines de la Razón

Modelo digital 3D del edificio de la Cárcel de Aracena y 
vista de su emplazamiento urbano.

En nuestro póster abordamos el estudio arqueológico de la Cárcel de Partido Judicial de Aracena (Huelva, España). La comarca de la Sierra de Aracena y de Aroche, al norte de la provincia de Huelva, no tuvo otro interés táctico que el tránsito de las tropas rebeldes por la población de Santa Olalla a su paso por la vía de la Plata de camino a Extremadura. Definida pues como una zona de retaguardia, dicho espacio geográfico tuvo un ascenso vertiginoso de confinados. Centrándonos en la población de Aracena como uno de los centros claves de la represión por albergar alojamiento de tropas, ser sede de Consejos de Guerra y tener instalaciones suficientes para llevar a cabo tareas represivas, reportó que 110 ciudadanos fueran eliminados en el verano de 1936. Podemos definir el periodo bajo tres premisas. En primer lugar, la comarca de la Sierra, al no tener objetivo táctico militar, derivó en un territorio de retaguardia donde poner en práctica tareas de limpieza política, de ellos se deriva el gran número de confinados durante la guerra civil con 629 detenidos y con unos picos en 1936 y 1938. En segundo lugar, el mecanismo elegido para llevarla a cabo fue el terror, traducido en la población de estudio, significó que el 40% de la población joven y jornalera fuese eliminado. Y en tercer lugar, que el asesinato y la eliminación necesitaron de construcciones previas de culturas políticas encaminadas a la definición del Otro y su exclusión; de esta manera la sola presencia en las dependencias carcelarias reportaba la catalogación de rojo a efectos sociales.

Nuestro trabajo se propone como objetivo general el empleo del medio gráfico como instrumento para el conocimiento, la comprensión y la comunicación de la arquitectura de reclusión. Como objetivo específico, el de utilizar el medio gráfico para pensar y construir, mediante documentación gráfica y la memoria, modelos comprensivos sobre la represión durante el primer franquismo.

El trabajo comenzó con un análisis de la documentación de partida, atendiendo a la comprensión espacial del modelo que se contrastó con la memoria, pretendiendo con esto recuperar la forma arquitectónica que se llegó a construir realmente. El trabajo de documentación gráfica del edificio se ha llevado a cabo en las siguientes etapas:

1. Toma de datos realizada sin base de partida en el Archivo Municipal de Aracena, no encontrando más documentación gráfica del plano del solar del proyecto de edificio para Telefónica de 1970.

2. La elaboración de un modelo digital representando su geometría básica y sistema constructivo, a partir de la toma de datos gráficos existentes, las fotos aéreas del vuelo de 1956 y rectificación de fotografías particulares de los años 50 y la descripción de la cárcel mediante la memoria de vecinos que conocieron el funcionamiento de la cárcel.

3. La descripción del edificio a través de planos a partir de lo anterior.

Vista de alzado y plantas de la Cárcel de Partido de Aracena (Huelva, España) y descripción funcional de la edificación

La Cárcel de Partido de Aracena se compuso de cuatro pabellones (que denominamos A, B, C y D) dentro del recinto, en pleno centro urbano de la localidad, y con dos accesos, uno en fachada principal en la Calle José Nogales y otro secundario en la Calleja de la Cárcel, en el extremo Este. El patrón de uso del edificio siguió basándose en la concepción de la privación de libertad entendida en época liberal. Desde la materialidad, observamos que las circunstancias en la cárcel de Aracena fueron pésimas en cuanto se deriva del increíble número de detenidos, traducido en que las instalaciones fueron saturadas al extremo y que elementos de la vida cotidiana, como los colchones para dormir, fueron retirados, como nos manifiesta un testimonio de 1936 (AMA, legajo 238).

Con el análisis arqueológico de este espacio utilizado para la represión en el sureste peninsular queremos incidir en tres puntos:

1. La represión se desarrolló también en la retaguardia, por lo que estudiar la cárcel como patrimonio ayuda a entender el fenómeno en su totalidad.

2. El objetivo central de la represión fue la de intervenir en la sociedad, eliminando a sus adversarios en ejecuciones sumarias y reeducando al desafecto. 

3. La materialidad de la represión descrita en las cárceles incide en la memoria social. Ya que las cárceles significaron un medio, funcionando dentro de un sistema represivo y educacional basado en la gestión de la obediencia y la relación del confinado con el exterior, afectando a la sociedad. Por lo tanto se hace necesario recuperar sus trazas de este espacio utilizado para que no se pierda en el olvido. 

Omar Romero de la Osa Fernández