Por un extraño bucle temporal nos encontramos, 74 años después de que comenzara la Guerra Civil, en la obligación de defender la memoria de las víctimas del Franquismo. Porque, como decía Walter Benjamin, "ni los muertos estarán a salvo si vence el enemigo. Y este enemigo no ha cesado de vencer". Francisco Franco no sólo quiso matar a los vivos, sino también a los muertos. Aniquilar su memoria. Su batalla contra los espectros la continúan en la actualidad algunos jueces, políticos, periodistas y pseudohistoriadores.
No es un anacronismo por nuestra parte que salgamos en defensa de los muertos. Es un anacronismo la actuación de aquellos que insisten en hacer del pasado dictatorial nuestro presente. Que pretenden que perdure la memoria de la dictadura (camuflada de olvido) en vez de la memoria de la lucha por la democracia.
1 comentario:
Estoy contigo.
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