El historiador militar Andrew Robertshaw es especialista en la Primera Guerra Mundial. Pero no es solamente un ratón de biblioteca (y archivo): además ha participado activamente en proyectos de arqueología en las trincheras del frente occidental. El caso es que le apasiona tanto el tema que se ha construido una trinchera en el patio de su casa.Veinte metros de zanja, ni más ni menos, con puestos de tirador, letrinas, refugio, cocina y zona de comunicaciones. Según declara, su intención es que la gente se haga una idea de cómo era la vida de los soldados en el frente: "la guerra tiene que ver con la supervivencia, no solo con la muerte".
Con los brutales recortes en investigación que estamos sufriendo por aquí, igual la mejor forma de continuar con la arqueología de la Guerra Civil es excavando trincheras en nuestras casas. Claro que para eso hay que tener casa ¡Qué suerte tiene el señor Robertshaw!
No hay comentarios:
Publicar un comentario