jueves, 27 de diciembre de 2012

El señor de los anillos

La cadena técnica dominada por el individuo 9 tenía como objeto final un producto determinado: la elaboración de anillos. Algunas de estas sortijas aparecieron entrelazadas en el interior del citado saquito de cuero.



Ante estas evidencias podemos plantear la siguiente posibilidad: nos encontraríamos ante un nuevo ejemplo de lo que se ha denominado trench art. El aburrimiento, los tiempos muertos en el frente llevaban a algunos soldados especialmente hábiles a llevar cabo manufacturas y creaciones artísticas reutilizando materiales, grabando graffiti,etc... Sin embargo, éste no parece ser el caso del individuo nº 9. Este militar, sin duda, dedicaba tiempo a esta actividad, para la que llegaba a destruir monedas de curso legal. Una aficción bastante cara, para ser únicamente un hobby. Las monedas recuperadas son de la época de la Restauración, una republicana acuñada en 1934 y la más reciente es una moneda de 25 cm acuñada por el bando nacional en 1937.

Obviamente, este pequeño detalle numismático demuestra una realidad: este individuo no puede ser una víctima de la represión republicana en Castuera sobre los sublevados en el verano de 1936. Este terminus post quem nos sitúa en dos posibles contextos: la caída en manos franquistas de la bolsa de la Serena en julio de 1938 o el final de la guerra y la aparición del campo de concentración de Castuera en marzo de 1939. Estos datos nos emplazan ante un nuevo horizonte: el individuo nº 9 era un militar republicano que, tras ser apresado, llegó a estar en contacto con el enemigo, disponiendo de tiempo, antes de ser asesinado.
José Ramón González Cortés es un profesor de Historia de Secundaria en el Instituto Tiétar, autor de un trabajo de investigación titulado "Prisioneros del miedo y control social: el campo de concentración de Castuera" (en Hispania Nova, 6, 2006). En este estudio el autor transcribe testimonios orales de supervivientes del campo y nos relata la vida cotidiana en este centro represivo en párrafos como el que sigue:

La observación de los "moros" en el campo, o de los retratos que algunos guardias encargaban a un prisionero que era pintor, constituían otros de los básicos entretenimientos. Estas formas de ocio y sociabilidad al aire libre se vieron truncadas por el aislamiento obligatorio, y dieron paso a otro tipo de prácticas "más interiores". Entre ellas subrayo la realización de tatuajes con "humo de vela", el despiojado de los compañeros ("la descubierta"), o la elaboración de anillos para intercambiar con los guardias.



jueves, 13 de diciembre de 2012

Un héroe del Bronce


El individuo 9 portaba en un bolsillo un saquito de cuero que contenía varios objetos y fragmentos metálicos. Durante la excavación nos llamaron poderosamente la atención dos de estas piezas: dos monedas republicanas de 1937 que habían sido manipuladas y modificadas para convertirlas en otra cosa.


Ahora, en el laboratorio, nuestras compañeras Yolanda y Sabela han podido constatar que estas piezas son el producto de una intencionada y consciente labor artesanal probablemente llevada a cabo por el propio individuo 9. Este trabajo manual (este saber-hacer) obedecía a una peculiar cadena técnico-operativa que podemos reconstruir a partir de lo encontrado en el interior del citado bolsito de cuero. Los numismas eran moldeados mediante un trabajo de repujado con la intención clara de definir piezas circulares de pequeños tamaños, que eran finalmente desgajadas del cuerpo original de la moneda. Alguno de los fragmentos conservados todavía mantienen restos del reverso de una moneda de la Restauración borbónica, con parte del escudo del Reino de España.



Como un metalurgo itinerante de la Edad del Bronce, el individuo 9 portaba productos semiacabados, diferentes piezas para reutilizar (gemelos, por ejemplo), deshechos a modo de chatarra… y varios anillos.  

 

martes, 11 de diciembre de 2012

Revolucionarias de tacón



Las ejecuciones llevadas a cabo en Fregenal de la Sierra fueron mayoritariamente materializadas sobre la población masculina, como ya comentamos en la entrada de la ocupación de la localidad, ya que había sido un sector fuertemente luchador desde la esfera política y sindical en la zona; sino solamente tenemos que echar un vistazo a la fotografía que inmortalizó la manifestación del Primero de Mayo de 1936 en la localidad a su paso por la calle Segura.
Pero también sabemos que existió un gran número de mujeres ejecutadas y vejadas que, al igual que el género contrario, habían protagonizado manifestaciones explícitas en favor de la II República y habían luchado por la liberación de la mujer en todos los ámbitos de la vida cotidiana: el hogar, la familia, el trabajo, la política y en definitiva la sociedad.

Algunas, mujeres “de bandera”, como la Chata Carrera que se paseaba a caballo por las tierras de la comarca de Sierra de Suroeste pregonando las ideas que llevaran a la humanidad a la revolución social, y liberaran a la mujer de la opresión. Otras, jóvenes vecinas, se organizaban para mejorar su situación laboral y personal, y algunas, fieles compañeras de relevantes personalidades políticas, gestaban en su interior el futuro de la humanidad.  
Todas ellas habían conseguido ver con sus propios ojos el gran cambio que la II República trajo a la feminidad de nuestro Estado, sin tener que abandonar ni supeditar por ello su propia condición y género.
Pero finalmente, todas igualmente vieron frustrada su lucha y su destino, junto al de sus frutos, enterrados junto a la II República en las fosas comunes del cementerio de Fregenal de la Sierra.
 Zapato de tacón asociado a un individuo de sexo femenino enterrado en la Fosa 1 del cementerio de Fregenal de la Sierra.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Fin de la primera parte...



Hace poco más de un mes que finalizamos la campaña de excavación que estábamos desarrollando en el cementerio de Fregenal de la Sierra y hasta ahora no habíamos podido comentar algunos de nuestros resultados más evidentes.
Tras dos meses de trabajo de campo, hallamos numerosas fosas donde se reflejan los diferentes procedimientos en las ejecuciones de los vecinos de la zona. En esta primera campaña, documentamos un total de 47 cuerpos enterrados en distintos depósitos que conforman siete fosas distribuidas en la misma área del cementerio. Los cuerpos se habían ido inhumando en grupos diferentes, quizás correspondientes a la saca a la que pertenecieron o tal vez fruto de la cantidad cadáveres acumulados en el cementerio en espera de recibir sepultura.
Estos cuerpos nos muestran diversidad y heterogeneidad: hombres, mujeres, personas de edad avanzada, individuos jóvenes, etc., lo mismo que los objetos que trasportaban, datos que se corresponden con la información aportada por los familiares y coincide con las crónicas narradas por los pocos testigos oculares que quedan actualmente en la zona.
Fosa 1 del cementerio de Fregenal de la Sierra

Después de estos 60 días en los que hemos pasado casi la totalidad de nuestro tiempo en el camposanto frexnense, alterando la visión del lugar y generando un nuevo espacio de memoria viva, estamos seguros de que muchos vecinos se han enfrentado a la parte más cruda de nuestro pasado más reciente y se preguntan…¿...y ahora que es lo que va a pasar….? ….. Ahora comienza una nueva etapa de investigación, en el laboratorio, mientras que se erige el mausoleo que volverá a acoger a los restos cuando nuestra investigación haya finalizado.


De momento nuestra investigación sigue abierta con nuevos y alentadores datos en el proceso de conocimiento histórico al que nos enfrentamos...