Trazas de la lucha entre los cigarrales toledanos (Barroso et al. 2011)
La historia de todas las guerras, tal y como la cuentan los libros de historia, parece una sucesión lineal de hechos bélicos clave. Da la impresión de que unos escenarios suceden a otros y la guerra se condensa, cada vez, en un nuevo campo de batalla en el que se concentran todos los ejércitos, todas las armas, todas las personas. Como si los conflictos del siglo XX fueran iguales a las Guerras Napoleónicas. Uno casi se sorprende de encontrar un casquillo percutido de Mosin Nagant en una trinchera madrileña de 1938. Parece un anacronismo: ¿no había acabado la Batalla de Madrid muchos meses antes? Al leer cualquier síntesis de la Guerra Civil, resulta difícil imaginarse a soldados viviendo y luchando en otro sitio más que en el Ebro en agosto de 1938 o el Cinturón de Hierro de Bilbao en junio de 1937.
La arqueología nos da una visión distinta del conflicto. No abandona los lugares después de que la Historia pase por ellos. Se queda a investigar historias, a veces con minúscula, otras no tanto. Es una forma menos lineal de hablar del pasado.
Un interesante trabajo en este sentido es el publicado recientemente por Rafael Barroso y otros investigadores sobre la Guerra Civil en los cigarrales toledanos. Toledo y Guerra Civil es el sitio del Alcázar. Cuesta pensar que hubiera podido ocurrir algo en esa ciudad después de septiembre de 1936. Barroso y su equipo nos recuerdan que sí pasaron cosas, cosas que supusieron miles de bajas a republicanos y franquistas.
Los arqueólogos realizaron una exhaustiva labor de documentación de las fortificaciones de ambos contendientes en el frente sur del Tajo. Examinaron además en detalle varias posiciones. entre ellas el denominado Cigarral de Menores, que fue propiedad del Doctor Marañón y un lugar clave en la vida cultural y política de la República.
A lo largo de sus trabajos documentaron materiales relacionados con los combates que tuvieron lugar alrededor de Toledo en mayo de 1937, muchos meses después de que cayera el Alcázar. El denominado combate del Cerro de los Palos fue el resultado de una ofensiva ideada por Yagüe para ampliar las cabezas de puente en los accesos a Toledo. Como tantas otras batallas de la Guerra Civil, acabó prácticamente en tablas, pero no sin que antes ambos bandos tuvieran que movilizar a gran número de tropas (nada menos que la 11ª División de Líster, por parte republicana) y sufrir un elevado número de bajas (4.000 caídos entre ambos ejércitos).
Los arqueólogos estudiaron las trazas de esos combates en el Cigarral de Menores. Casquillos de Máuser y Mannlicher Carcano, balas, anillas de granadas alemanas y metralla aparecieron dispersos entre las ruinas del cigarral del siglo XVI o XVII, convertidas en fortificación improvisada. La arqueología nos recuerda que la Guerra Civil no tuvo lugar en un tablero de ajedrez, sino en paisajes cargados de historia. Y las ruinas de otros tiempos se movilizaron también para el combate: castillos, castros, cigarrales y parideras.
Entre los hallazgos interesantes figuran vainas de 88 mm alemanas. Los autores nos recuerdan que los cañones Flak 88 se utilizaron por primera vez en la Guerra Civil no para abatir aviones, sino para destruir tanques rusos. Aquí encontramos un testimonio material de este hecho que tendría tantas consecuencias en la Segunda Guerra Mundial.
En conclusión, un trabajo muy recomendable que os podéis descargar aquí.
R. Barroso CAbrera, J. Carrobles, J. Morín de Pablos, J.L. Isabel, J. López Fraile, L. Rodríguez-Avello, J.M. Carado e I. Criado (2011): Arqueología de la Guerra Civil en Toledo. El frente sur del Tajo y el Cigarral de Menores: un escenario de guerra. Archivo Secreto. Revista Cultural de Toledo 5: 330-348.