miércoles, 18 de abril de 2012

La hora del duelo


Este fin de semana ha sido tiempo de reuniones en muchos lugares de España para recordar a los asesinados y represaliados del franquismo. Como cada año, la asociación AMECADEC organizó en Castuera (Badajoz) diversos eventos informativos y conmemorativos dentro del VIII Homenaje a las Víctimas del Campo de Concentración.

El sábado asistimos a dos interesantes charlas. En la primera, Laura Muñoz -directora de los trabajos de exhumación de represaliados realizados durante el verano pasado en el cementerio de Castuera- expuso con un tono muy didáctico los resultados  preliminares de dicha campaña. En un contexto de durísima represión e implacable depuración como el que sufrió Castuera y la comarca de la Serena, resulta extremadamente complicada la identificación de las personas exhumadas ya que fueron muchas las detenciones (15000 personas pasaron por el campo de concentración en menos de un año), muchos los asesinatos. Pero los resultados arqueológicos podrían ayudar a esclarecer algunas de las identidades. En cualquier caso, estos resultados nos permitieron ver que la represión y la depuración fue dirigida a todo tipo de personas: trabajadores de ferrocarril, sanitarios, campesinos, políticos, etc.

La segunda intervención corrió a cargo de Silvia Álvarez y Tania Sánchez, de la ONG Psicología Sin Fronteras Andalucía. Con una amplia experiencia en la intervención psicológica en el ámbito de las personas que sufrieron la represión franquista, mostraron la clara necesidad que aún hoy tiene una gran parte de la población no ya de “reabrir heridas” sino de cerrarlas definitivamente y poder de este modo vivir el necesario duelo por sus familiares asesinados, algo que les ha sido negado durante décadas. Como parte del duelo destacaron la importancia de los homenajes.


Experimentamos el gran valor de este tipo de actos conmemorativos a lo largo de la mañana del domingo, en la que AMECADEC había organizado una marcha desde la Plaza de España –donde estuvo situada la Prisión del Partido– hasta el antiguo Campo de Concentración. Familiares de represaliados, vecinos de la comarca, miembros de la asociación y demás personas implicadas con el proyecto de recuperación de la memoria, pudimos rendir un emotivo homenaje a los represaliados en el solar del antiguo campo de concentración. Allí se vivieron momentos muy intensos y conmovedores. También hubo lugar para la reivindicación política.

Lo que quedó patente fue la imperante necesidad de duelo público por parte de las familias. Pero también fue manifiesto el hecho de que la sociedad precisa de un reconocimiento y una condena general de las atrocidades cometidas por el régimen dictatorial del general Franco. Mientras esto no ocurra, la constante experiencia del trauma impedirá que la memoria esté en paz con el pasado.

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