Este panorama ha comenzado a cambiar y las guerras carlistas también han llegado a la Arqueología universitaria. Sergio Escribano e Ivan Roldan reivindican toda una Arqueología del carlismo en un trabajo de investigación que verá la luz en breve en el monográfico sobre Arqueología del Conflicto editado por la revista Arkeogazte de la Facultad de Letras de Vitoria-Gasteiz. En su estudio analizan cinco fortificaciones carlistas relacionadas con el cinturón defensivo de Lizarra-Estella levantado entre 1875 y 1876.
Nuestro equipo de trabajo participa de esta Arqueología del Carlismo al abordar arqueológicamente los escenarios en los que combatieron Tercios como el de los Almogávares aragoneses en Belchite. Sin duda, ésta fue la cuarta guerra carlista, la única en la que los legitimistas se encontraron entre los vencedores, aunque fue una victoria pírrica: el carlismo fue canibalizado por el franquismo desde el mismo momento en que el Caudillo firmó el Decreto de Unificación de 1937.
En la Semana de la Ciencia en el BIBAT elegimos por distintos motivos el fortín de la Dehesa de la Villa como estudio de caso y decidimos que Josu y Dani se caracterizasen de requetés. En Vitoria-Gasteiz el carlismo era la ideología predominante en 1936 y cientos de gasteiztarras engrosaron las filas de Tercios como el de la Virgen Blanca y otras unidades militares, muchas de ellas distinguidas en la denominada como campaña de Vizcaya. Los visitantes de más edad, vecinos de la capital alavesa, nos aportaron un sinfín de historias de padres y abuelos requetés que habían combatido en el ejército sublevado. Entre las historias, yo me quedo con la del farmacéutico, hoy nonagenario, que participó de joven en la conquista franquista de Belchite en marzo de 1938. En el avance, el tipo se cayó en un pozo negro... y no se quitó el olor en todo lo que quedaba de guerra. Como decían sus compañeros: Llegamos al Mediterráneo y avanzamos en la batalla del Ebro porque mandábamos a éste por delante y los rojos huían por el hedor que desprendía. La guerra de Gila.
En el BIBAT hemos tenido la inmensa suerte de compartir sala de máquinas con los compañeros y compañeras de la Escuela de Ingeniería, vecinos del campus de Vitoria-Gasteiz, y que han diseñado una impresora 3D con multitud de aplicaciones. La espontánea colaboración entre los dos equipos ha servido para mostrar a la gente las prácticas comunes que compartimos a pesar de venir de ámbitos científicos y técnicos aparentemente muy alejados. Las planimetrías y reconstrucciones 3D que nosotros realizamos como arqueólogos sirvieron de base para que los ingenieros nos imprimiesen en 3D el fortín de la Dehesa dela Villa. Estoy seguro que los Barbis, los ingenieros militares franquistas que lo construyeron estarían flipando con las nuevas tecnologías al verse reflejados en una plantalla de plasma.
1 comentario:
Al hilo de esta noticia comentar, que en el próximo número de la revista Kobie (que ya esta en prensa) y que edita la Diputación Foral de Bizkaia, verá la luz el primer trabajo que aborda el estudio con carácter arqueológico de un campo de batalla carlista en el ámbito de la Comunidad Autónoma Vasca, bajo el título: "Somorrostro 1874: Viejas Guerras, Nuevas Tecnologías".
Los primeros resultados y la metodología aplicada, fueron presentados durante la jornada de "Arqueologías de Épocas Recientes en el País Vasco" que tuvieron lugar en el Museo Arqueológico de Bilbao en el 2013:
https://www.eusko-ikaskuntza.org/es/cursosyjornadas/listado/object.php?o=22558&actual=4
Mientras llega la versión digital del documento impreso, el artículo podrá ser visionado en su integridad en el blog: mikelatz.blogspot.com. Estado accesible a partir del 15 de noviembre.
Por otro lado, resulta notablemente satisfactorio encontrar que esta aumentando el grado de sensibilidad en relación a elementos patrimoniales bélicos que no siempre han recibido la atención requerida.
Un cordial saludo,
Mikelatz (mikelatz.blogspot.com)
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