Dreznica es una caja de sorpresas. Las prospecciones arqueológicas suelen hacerse en territorios rurales. Más raro es llevarlas a cabo en contextos urbanos, en donde prima la denominada Arqueología de Urgencia, centrada en controles y excavaciones de solares y edificios que van a ser demolidos, rehabilitados o construidos. Gracias a Perica, un vecino del pueblo, nuestra compañera Sanja ha descubierto un sitio alucinante, una cápsula del tiempo, un museo fosilizado desde la desaparición de Yugoslavia en 1991. En un cuarto de la actual clínica (edificio utilizado por los partisanos en su día) se conserva tal cual una suerte de centro de interpretación de la guerra de liberación de los pueblos.
Un retrato del mariscal Tito preside la habitación. En unos paneles se registran los nombres y apellidos de los vecinos y vecinas asesinados por los fascistas. Varias fotografías en gran tamaño ilustran distintos episodios de la resistencia en la comarca. En armarios y estantes se apilan carpetas con documentación del proceso de conversión de Dreznica en un parque temático de la memoria. Incluso una maqueta nos recuerda el sueño utópico de una nueva Dreznica que nunca se llevó a cabo. También se ubica en sitio preferente una caja-maleta de madera que funcionó de biblioteca popular móvil en la segunda mitad de la década de 1940.
Este yacimiento arqueológico tiene un valor incalculable para abordar los ejes temáticos de nuestro proyecto: la materialidad de la guerra partisana y la construcción de la memoria de los vencedores en la postguerra. En cuanto al primer aspecto, nos encontramos, al pie de una estantería, una pila de objetos que fueron recogidos en el solar del hospital nº 7 en los años 1960 con vistas a la monumentalización del sitio. Este acopio de materiales, olvidado de todos, es para nosotros una auténtica colección de referencia. Objetos que encontramos en la cueva-hospital, tienen su gemelo en esta colección, lo que nos permite identificar procedencias y tipologías. Por ejemplo, contamos con un manómetro idéntico al de la cueva. El de la clínica fue fabricado en Milán. Así mismo, frascos de gran tamaño de color marrón presentan aquí la marca del Esercito Italiano.
En cuanto al segundo aspecto, hemos descubierto los planos originales y todo el anteproyecto de puesta en valor del complejo del hospital nº 7. Milan, el historiador, tiene mucho trabajo por delante para revisar toda la documentación histórica. Emil, el arquitecto, escaneará y estudiará planos, levantamientos topográficos y proyectos. Sanja ha visto cumplido un sueño: aquí tenemos el making off de todo un proyecto memorialístico de carácter monumental en la Yugoslavia socialista. Y para celebrarlo, el bueno de Perica regala a nuestra jefa la medalla conmemorativa oficial de la Dreznica Partisana. Un día redondo.
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