miércoles, 13 de marzo de 2013

Arqueología de la violencia en Santiago de Compostela



Santiago de Compostela es una ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Cada año, millones de peregrinos y turistas visitan su catedral, una de las más espectaculares de Europa, pasean por las calles empedradas, contemplan sus edificios barrocos y se comen una mariscada en los restaurantes que proliferan en el casco histórico. Santiago es también, desde el siglo XVI, una ciudad universitaria, cuya vida estudiantil se hizo famosa gracias a la novela La Casa de la Troya, de Pérez Lugín (1915). Santiago es una ciudad pintoresca, histórica y tranquila.


Pero debajo de la fachada monumental de Santiago hay también una historia de conflicto. Ayer Xurxo Ayán Vila guió una ruta por la violencia soterrada en las calles de la ciudad dentro del Festival Internacional de Narración Oral "Atlántica". Mediante las mil historias que fue contando Xurxo, los rincones santiagueses dejaron de ser lugares amables y se convirtieron de repente en centros de lucha, represión y resistencia. En vez de historias de estudiantes y peregrinos, conocimos historias de venganza, persecuciones implacables, asesinatos. También de resistencia cívica y de personajes maravillosos, pero olvidados por la crónica oficial.

Historias como la de los 22 miembros del Comité de Salvación de la República, que trataron en los primeros días de mantener la legalidad republicana en Santiago y al mismo tiempo el orden, evitando todo tipo de abusos. No les sirvió de nada: el golpe triunfó igualmente y todos los miembros del comité, menos uno que consiguió huir, fueron asesinados. Todos pasaron por las mazmorras del Pazo de Raxoi, el imponente edificio neoclásico que se alza frente a la catedral y que nadie relacionaría con torturas y asesinatos. Incluso una ciudad como Santiago esconde una topografía de terror.

 Foto: Wikimedia Commons
Quizá donde mejor se advierta la disonancia entre la historia pintoresca y la historia traumática sea en la popular estatua de As Marías de La Alameda. La imagen representa a dos vecinas del casco histórico, Coralia y Maruxa Fandiño, que salían durante los años 60 a pasear por Santiago, vestidas y maquilladas de forma extravagante, y departían con los vecinos, piropeaban a los hombres y flirteaban con los estudiantes. Con el tiempo se fueron convirtiendo en una parte más del paisaje de la ciudad. Hoy lo son ya, en forma de estatua. Con ellas se fotografían los peregrinos y turistas, que desconocen la historia real de estas mujeres.

Porque Coralia y Maruxa no siempre fueron extravagantes. No lo eran durante la Guerra Civil, cuando uno de sus hermanos, de la CNT, fue asesinado por falangistas y otros dos tuvieron que huir. Los valientes represores se dedicaron entonces a humillar repetidamente a Coralia y Maruxa para descubrir el paradero de sus hermanos. Hacían registros nocturnos de su casa, las desnudaban en la calle, las llevaban a las afueras de la ciudad y las maltrataban -un castigo que continuó hasta mediados de los años 40. Su extravagancia fue una respuesta traumática a la brutal experiencia de la guerra.

Que no podemos vivir diariamente en una topografía de terror, es evidente. Pero eso no significa que tengamos que olvidarla. Se trata simplemente de reconocer que la historia -cualquier historia- tiene dos caras, una amable y otra repulsiva. Y las dos forman parte de nosotros.

lunes, 11 de marzo de 2013

La Enciclopedia de los Muertos



La filóloga Aleida Assmann habla en su libro Memoria cultural y civilización occidental del cuento del escritor serbo-húngaro Danilo Kish "La Enciclopedia de los Muertos".

Frente a las enciclopedias de los vivos, la que imagina Kish está dedicada a la dimensión olvidada de lo que ha sido. En su cuento describe una biblioteca cuyos volúmenes polvorientos, la Enciclopedia de los Muertos, están dedicados exclusivamente a lo que ha quedado excluído del recuerdo cultural por ser insignificante. Su propósito es registrar todo lo que queda fuera del terreno del archivo convencional -lo que no tiene nombre, lo invisible, lo insignificante, lo efímero. Se trata de la tarea utópica de documentar toda la vida y la vida de todos: mientras la Historia solo puede preservar los nombres de unos pocos, en la Enciclopedia de los Muertos la existencia de aquellos que enseguida quedan relegados al olvido aparece documentada en todo detalle. Porque la Enciclopedia -como el registro arqueológico- es la suma de todos los destinos humanos, de todos los hechos, de todas las acciones y pensamientos.

Los Maestros de la Enciclopedia consideran que lo que deja de recordarse es como si nunca hubiera existido: la caída en el anonimato extingue la vida una segunda vez, como si se hubiera vivido para nada. Los Maestros luchan contra esta amnesia. Para quien busca a un ser querido en la biblioteca, ellos dan prueba, con su trabajo, de que "su vida no ha sido en vano, que hay todavía gente en la tierra que recuerda y da valor a cada vida, cada aflicción, cada existencia humana".

Como los Maestros de la Enciclopedia de los Muertos, familiares, miembros de asociaciones, voluntarios, antropólogos y arqueólogos han trabajado desde hace más de una década en España para documentar vidas condenadas injustamente al olvido. Y lo han hecho recuperando lo invisible, lo innombrable y lo insignificante: huesos, casquillos, botones, palabras, cartas escondidas. 

Estos días acabamos de escribir un nuevo capítulo de la Enciclopedia de los Muertos: un capítulo que habla de la existencia de 22 personas asesinadas en Castuera tras la Guerra Civil y que pronto será accesible desde este blog. Como tantos otros capítulos de la Enciclopedia, el nuestro es un inventario de huesos, zapatos, heridas, balas, plumas, botones, hebillas, lápices, gafas, monedas y anillos. Porque, como escribe Danilo Kish, "no hay nada insignificante en una vida humana".

martes, 29 de enero de 2013

Arqueología y Memoria en el sector del Puerto de San Isidro (Puebla de Lillo, León)

En estos días ha salido una publicación sobre la Guerra Civil en el sector del Puerto de San Isidro (Puebla de Lillo, León), uno de los más importantes del Frente de los Puertos en el Frente Norte.
Esta publicación, a la que esperamos se unan próximamente varias que se encuentran a punto de salir, recoge una visión del área investigada en 2011, durante nuestra campaña arqueológica en Castiltejón. En este caso, la combinación de las evidencias arqueológicas, las fuentes orales y documentales, y las noticias de la prensa de la época, nos permiten elaborar un discurso más claro del desarrollo del conflicto en la zona, arrojando más luz sobre algunos aspectos comprometidos o poco claros de la Guerra.
Conocer el desarrollo de los distintos episodios bélicos y de su trascendencia, mostrar algunos aspectos relacionados con la vida en campaña y las escaramuzas de ambos ejércitos, y sobre todo, ver cómo las personas elaboraban su propia visión de los hechos, bien sea a través de la prensa o de la memoria personal.

Os dejamos aquí el enlace:




lunes, 21 de enero de 2013

For Ever



El individuo 9 llevaba los bolsillos llenos. En uno de ellos, probablemente ubicado en la camisa, portaba al menos un lápiz, una liendrera y un espejo. Los piojos eran una constante en el frente, en las cárceles y en los campos de concentración. No sabemos si este hombre era especialmente coqueto, pero sin duda cuidaba de su higiene y de su aspecto. Sólo así se explica la aparición de una boquilla para fumar cigarrillos y el dinero invertido en una costosa prótesis dental (en estudio, todavía). No sabemos si quería permanecer eternamente joven. En todo caso, lo que sí sabemos es que nada es para siempre, contradiciendo el lema que hemos podido descubrir en el laboratorio al limpiar la liendrera.


miércoles, 9 de enero de 2013

El cirujano de hierro

Continuando con los obituarios, ha fallecido recientemente el cirujano catalán Moisès Broggi (Barcelona, 1908), retratado por Hemingway en Por quién doblan las campanas. Médico, republicano y humanista, fue sanitario de las Brigadas Internacionales en el frente. Citando a Carles Geli: Las revolucionarias técnicas que aplicaba a la cirujía traumática le llevaron a ser jefe de los servicios de urgencias del Hospital Clínico de Barcelona, experiencia que trasladaría al tratamiento de los heridos en el frente mismo.

Supongo que os acordáis del caso de Peter Bamm, el humanista cirujano de la Werhmacht que tras la guerra siguió desarrollando su actividad en Alemania, admirado y reconocido por todos. Por el contrario, el franquismo se cebó con Moisès Broggi; tras la guerra fue destituido de todos sus cargos y se tuvo que enfrentar a un tribunal sumarísimo. Depurado, expulsado de la investigación y de los hospitales, el mejor cirujano de su tiempo se refugió en la práctica médica privada. Mientras tanto, el cirujano de hierro gobernó España durante cuarenta años. La valía de Moisès sería reconocida con la llegada de la democracia por la que él luchó: en 1981 se le concedió la Creu de Sant Jordi.

Fotografía: Moisès Broggi con uniforme militar en la Puerta del Sol madrileña en 1937 (autor desconocido).

martes, 8 de enero de 2013

Un hallazgo arqueológico caído del cielo


¡Literalmente! Durante el mes de mayo de 2012 una empresa de prospecciones petrolíferas se encontró en el desierto occidental de Egipto un caza P-40 Kittyhawk de la RAF en perfecto estado. El aparato se vio forzado a realizar un aterrizaje de emergencia en junio de 1942. Los restos del piloto no han aparecido, por lo que se cree que decidió ponerse en marcha en busca de un lugar habitado: objetivo inútil, porque el pueblo más cercano se encuentra a cientos de kilómetros. En realidad, no tenía ninguna posibilidad de supervivencia: si se hubiera quedado junto al avión, también habría muerto, pues nadie fue a buscarlo.

No es la primera que se efectúa este tipo de hallazgos. En 1958 otro grupo de prospectores petrolíferos halló lo restos de un bombardero estadounidense B-24 Liberator que había perdido el rumbo al regresar de una operación de bombardeo en el sur de Italia. En este caso sí se localizaron los cadáveres de la tripulación (en 1960). Como en el caso del Kittyhawk, los pilotos trataron sin éxito de llegar a algún sitio habitado y acabaron muriendo de sed en medio del desierto.

La arqueología de la aviación es un campo muy desarrollado en el Reino Unido, donde cumple un doble objetivo: saber más sobre ingeniería bélica (de muchos aviones no se conservan ejemplares y en algunos casos apenas documentación detallada) y recuperar los cadáveres de los pilotos para darles un enterramiento digno. En España no se ha llevado a cabo ningún estudio sistemático sobre aviones caídos en la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial ni se han hecho esfuerzos por recuperar los cuerpos de los pilotos, aunque en ocasiones se han realizado búsquedas exitosas para recuperar determinados restos.

Lee la noticia original sobre el Kittyhawk aquí.

miércoles, 2 de enero de 2013

Adiós al soldado músico

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD0CMS8fQZ1dKb3WrhhUM81AzupQvL15-XpYjIAMRnGBPrDMFOJyejqVDDuwnqeELIMEhJXBSJH7jXDvbNSNFX2M4CtCho-f7fV83SPzDOY4QvXonp2yG9t8AL3Qn_5NlqPfHmbYBxRaKD/s1600/Catalunya.jpg

El 28 de diciembre de 2012 falleció Joaquim Soms i Janer, compositor y combatiente republicano en tierras de Guadalajara. Soms, que murió con 98 años, fue compositor de la sardana "Catalans a l'Alcarria" que se convirtió en el himno de todos los catalanes que luchaban en el Ejército del Centro del Ejército Popular de la República. Encuadrados en la 33 División en la que servía el músico había miembros de Esquerra Republicana, socialistas, republicanos, anarquistas, poumistas, simples demócratas y gentes de todas las tendencias del Frente Popular. Todos ellos asumieron la canción como himno. Tras la guerra, a su autor le supuso un año de cárcel.

En el año 2011, el Foro de la Memoria de Guadalajara lo entrevistó en su casa. A continuación tenéis el vídeo que realizaron: