martes, 1 de noviembre de 2011
Tempestades de acero
Este es el expresivo título de una de las memorias bélicas más famosas (y de mayor calidad literaria) de todos los tiempos: la escrita por Ernst Jünger a partir de sus experiencias en la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, tempestades de acero han azotado todos los frentes del mundo.
También el de Abánades. En las imágenes superiores podéis ver la particular tormenta que cayó en la Enebrá el 30 y 31 de marzo de 1938. Granadas de artillería, tanque y mortero que cubrieron cada metro cuadrado de la paridera donde encontraron refugio, por unas horas o quizá días, los regulares del 266 Batallón.
No hacen falta grandes esfuerzos de la imaginación para figurarse lo que estos hierros retorcidos y candentes pueden hacer en un cuerpo humano.
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