El Ejército de Franco lo flipaba en 1967. Por fin se arrimaba a la Premier Class de la milicia mundial. Para hacer un balance de las maniobras vamos a tomar como guía una delirante carta firmada por los oficiales españoles del Estado Mayor de Cassidy en la operación Pathfinder y que se publicó en la revista ilustrada de las Armas y Servicios del Ministerio del Ejército (Ejército, junio 1967, nº 329: 3-6). La misiva se contagia de los aparentes aires modernizadores que pululaban por la España different de las suecas y de Manuel Fraga, incluso rezuma un buenrollismo que rompe de lleno con el deje solemne, retórico e imperial tan característico del Ejército de la Victoria:
Mi General, en nuestra opinión, el Ejercicio Pathfinder ha sido un éxito que será muy difícil superar en el futuro. Y tenía que ser así, entre otras cosas por el alto valor militar y humano que poseen todas las fuerzas americanas que formaron parte de la Joint Task, que obligaron a las fuerzas españolas a 'echar el resto', como aquí se dice, para no quedar mal. [...] La llegada exacta cada veinte minutos de los C-130 del General McLaughin a la base de Morón fue verdaderamente impresionante. [...] La fase de espera preparando la ejecución queda definida por la frase sacramental repetida en todos los 'briefings' por su J-4 que tan bien suena al Mando: En el aspecto logístico: 'no problems'.
Ya sabíamos que Franco no había estudiado en West Point. Aún así vemos como se echa por la borda el lastre nazifascista y se abraza la causa estadounidense, dando cera y asimilando inluso terminología del inglispitinglis. A pesar de estos esfuerzos casposos, la verdadera naturaleza del régimen asoma la cabeza a la mínima, como lo demuestra este arranque nacionalcatólico con una velada referencia a la Virgen del Pilar, símbolo de la verdadera España:
[...] Se pudo hacer el lanzamiento, en uno de los días más favorables que han existido en el extremado clima zaragozano. Bueno, en este punto dos sabemos que jugó usted con ventaja, pues hubo ciertas visitas por su parte a una Excelsa Abogada que no le podía abandonar. El espéctáculo en el aire de la totalidad de las fuerzas ya lanzadas, con dos Generales saltando en cabeza, no se olvidará nunca por parte de todos los que lo vieron en aquella maravillosa madrugada del 22.
Pathfinder generó su propia cultura material:
zippo sellando la amistad hispano-estadounidense.
Los rostros de todos, un poco cansados pero alegres, hablaban bien claramente del éxito de la operación, en la que no hubo el menor incidente, antes bien, parece que el concepto de la paella y de las judías con chorizo deben ser tenidos en cuenta por el Mando americano para la confección de las raciones C [...] La Prensa creemos que lo vio todo bien, y ya conoce usted la impotancia que han dado al asunto, usted sabe lo listos que son, y desde el primer momento captaron que el Ejercicio iba a ser muy interesante. Ya vió como preguntaban por todo y en cambio nosotros vimos cómo usted respondía; hemos pensado que si tendrá usted algún antepasado gallego.
Olé que olé. Lo que llamaban Prensa eran artículos que no desdecían una coma las recomendaciones enviadas desde arriba. El éxito del ejercicio fue total a pesar de pequeños contratiempos, daños colaterales, que se mencionaban de la siguiente manera:
El 'más difícil todavía', a cargo de los heroicos artistas, aunque también soldados, de la caída libre con el cruce de bastones, hombres americanos y españoles, empañó nuestra alegría y en aquellos segundos la oración de todos los que allí estábamos salió de nuestros corazones, preparando la llegada ante el Señor del único caído de la operación Pathfinder, tributo doloroso pero corriente en nuestro quehacer guerrero, pero que sirvió para explicar al mundo la categoría y el riesgo de estas operaciones.
A esta operación Pathfinder (los ejercicios de aerotransportes más importantes de Europa desde que terminó la segunda guerra mundial) le siguió en septiembre otra en los Pirineos, con el citado simulacro de guerra de guerrillas. El periódico ABC (23 de mayo de 1967, p. 71) mostró claramente las esperanzas franquistas: Se concede gran importancia a las maniobras porque aunque España no es miembro del [sic] O.T.A.N. -se dice-, las mismas acercan a España al sistema de defensa occidental.
La geopolítica define también los paisajes. Aunque España tardaría en entrar en la OTAN diecinueve años, estas tierras de Zaragoza, el frente de Aragón, se convirtieron verdaderamente en campo de maniobras del sistema de defensa occidental. Los tiempos cambian, pero la idea permanece.
En octubre de 2015 tropas de treinta países escenificaron aqui el mayor ejercicio de la OTAN desde la Guerra Fría (El Heraldo de Aragón). Unos 30.000 militares protagonizaron la operación Trident Juncture 2015. En los supuestos tácticos ya no había rojos ni azules, pero sí guerrillas y terroristas malencarados y globales. En la presentación del ejercicio en julio de 2015 el ministro de Defensa, Morenés, dijo lo siguiente: El terrorismo no funciona igual en cada zona, pero sí es importante mostrar al mundo y los que quieren atentar contra nuestro modo de vida que estamos dispuestos a defender nuestras sociedades y valores... le faltó añadir defender sus intereses como comerciante de armas (bombas de racimo y esas cosas).
El presidente del Reino de España, Mariano Rajoy (éste sí que tiene antecedentes gallegos) está encantado de verse de nuevo como el centinela de Occidente, garante de la cristiandad occidental, eso sí, mientras estas maniobras sigan siendo ficticias y no le supongan tener que ir a guerras con castigos electorales. Debajo de su losa en el Valle de los Caídos, Franco (otro con antecedentes gallegos) se debe estar descojonando, satisfecho con su obra. Los aeródromos aragoneses que albergaron a la Legión Cóndor en la Cruzada o guerra justa siguen cumpliendo su cometido. Ya lo advertían los autores de la misiva a Cassidy al final de la carta:
Sólo le pedimos una cosa: Que cuente lo que ha visto y oído en este viejo país que tiene muchos defectos, pero también algunas cualidades, y entre ellas la lealtad y el agradecimiento, y que cuando la causa es justa sabe responder a la voz de 'GO'.
Esto lo podría firmar en 2015 Fernández Díaz, Margallo o el presidente del Reino de España, herederos políticos de aquellos que defendieron una guerra justa.
Let's Go Mariano.