Después de la excavación nos esperan 1.700 objetos que limpiar, siglar e inventariar. Es una tarea monótona, pero sólo así podemos seguir encontrando historias olvidadas en las pequeñas cosas -como decía el arqueólogo James Deetz.
Aprovecho para agradecer a Francisco Cidoncha (JAE Intro), que lleva el peso del trabajo en las catacumbas de nuestro laboratorio.
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