En la figura de arriba podéis ver el plano de la trinchera que hemos excavado en La Fatarella con la distribución de los materiales. Se observa perfectamente que los casquillos disparados se acumulan sobre todo, como es lógico, en los vértices orientados hacia el enemigo. Las granadas Lafitte (ofensivas) cayeron en cambio en el vértice opuesto. También en el interior de un zigzag (el primero por la izquierda) localizamos varios paquetes de cartuchos todavía sin abrir.
La arqueología del pasado reciente no cambia los grandes relatos históricos. No es ese su objetivo. Lo que sí hace, en cambio, es ofrecer una visión única y cercana de microeventos como este: un día de noviembre en La Fatarella, año 1938.
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