En los últimos días una parte de
nuestro equipo ha llevado a cabo un silencioso pero fundamental trabajo de
sistematización de los restos materiales exhumados durante la presente campaña
en el término municipal de Abánades. En la fotografía de arriba podéis ver un detalle del
interior del Centro de Mayores del pueblo, reconvertido en Laboratorio de
Arqueología y ocupado ahora por balas, casquillos, metralla, proyectiles y
objetos personales que nos remiten a la primavera de 1938. En la inmediata
postguerra muchos habitantes de las zonas rurales ubicadas en el frente, como
esta de la Alcarria, se dedicaron a la
recogida sistemática de esta chatarra bélica. A diferencia de aquella época, se
ha dado en los últimos años un proceso de patrimonialización de una chatarra
que se ha convertido en cultura material, en objeto de investigación científica
y en Patrimonio de todos. A primera hora de la mañana hemos seleccionado un
conjunto significativo de estos materiales para ilustrar una exposición en el
Museo local con la que dimos inicio a las IIIª Jornadas de puertas abiertas.
Una iniciativa con la que se pretende hacer público un Patrimonio olvidado
(como la batalla del Alto Tajuña) que duerme en vallejos, parideras, trincheras,
fortines colmatados y campos de girasol.
Esta exhibición sirvió de marco
explicativo a la conferencia impartida por Alfredo González Ruibal para mostrar
los resultados del proyecto de este año. Justo antes de empezar, tras el
megáfono móvil anunciando la calidad de los melocotones de Murcia (los
amarillos, los ricos de verdad), el público pudo escuchar de manera nítida el
reclamo de la furgoneta que circulaba por el pueblo solicitando la compra de
chatarra. Como demuestra constantemente la Arqueología, los tiempos – los
espacios y las personas- cambian.
A lo largo de este mes hemos sido
chatarreros de la Memoria alcarreña.
1 comentario:
Me parece una idea fabulosa.
Este país esta lleno de recuerdos de este triste episodio de nuestra tierra. Genial!!
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