viernes, 20 de junio de 2014

Félix y Simón

El pasado 8 de junio pasaron muchas cosas en Euskadi, pero yo creo que pudimos vivirlas todas en Ugao-Miraballes. Una cadena humana organizada por Gure Esku Dago juntaba a unas 150.000 personas ancladas en el deseo a  decidir de un país. En Ugao, 170 personas se encadenaban al pasado de la guerra civil gracias a la visita guiada y teatralizada organizada por la gente de Burdin esia Ugao. Un éxito de público. Familias enteras se acercaron a visitar las líneas de trinchera y los búnkeres que han sido debidamente limpiados y señalizados. Los voluntarios de la asociación localizaron estos restos y decidieron adoptarlos. A golpe de domingo tras domingo, convirtieron una selva en un recurso patrimonial. Cabe destacar que participaron en la visita detectoristas de metales con sus familias. Estos aficcionados han sido integrados en un proyecto de prospección de líneas de frente en Bizkaia, dirigido científicamente por la Sociedad de Ciencias Aranzandi. Un ejemplo a seguir para intentar acabar con el expolio de un patrimonio a preservar.
 
 
Ese fin de semana del que os hablo también actuaban Faemino y Cansado en el teatro Arriaga de Bilbao, aunque yo creo que lo hicieron en el tramo del Cinturón de Hierro de Ugao. La visita teatralizada, con sargento chusquero incluido, dejaba entrever un notable trabajo de guión en el que se mezclaba comedia con rigor histórico. Toda una lección de buena divulgación histórica. Aquí pudimos enterarnos de la triple traición del que sería ingeniero del tren TALGO, Goicoetxea. Este hombre del PNV, amigo íntimo del lehendakari Agirre, cobró tres veces. La primera al diseñar el Cinturón de Hierro. La segunda al pasarse con los planos al bando nacional. Y la tercera en los años 40 cuando ganó el concurso para amortizar la ferralla del techo de los búnkers. Todo un fenómeno.
El paseo nos permitió leer el paisaje, comprender los condicionantes geoestratégicos de la ofensiva final sobre Bilbao y conocer de primera mano los cambios producidos en este espacio desde junio de 1937.
 
Reutilización en el esquinal de un caserío de material amortizado
de un búnker del Cinturón de Hierro en Ugao.
En Euskadi uno de los programas de mayor éxito es El Conquis en el que se mezclan retos, supervivencia y Juanito Oiarzabal. Todo un espectáculo cuyo emblema es la sempiterna ikurriña que acompaña cada hazaña. Nuestros colegas escenificaron un auténtico Conquis, con falangistas, nacionales, milicianos y gudaris.
 
El vigilante entre el centeno.
Ugao-Miraballes es una villa-dormitorio que forma parte del entramado industrial y de servicios del gran Bilbao. La honda transformación del paisaje afectó, como no podía ser de otra manera, al legado patrimonial de la zona: las riadas de la década de 1980, el cambio del cauce del río, la expansión urbanística, etc... Esta experiencia modernizadora quizás ayude a explicar el surgimiento de estas experiencias que abogan por la conservación y promoción del patrimonio de la guerra civil.
Como en el caso de Elgeta que ya comentamos en este blog, esta actividad recreadora y divulgativa de Ugao no sólo busca una visita satisfactoria, sino que se asienta en todo un discurso memorialístico, que busca dignificar a las víctimas y recuperar historias de vida, como la de los dos vecinos de Ugao que fallecieron en el bombardeo de junio de 1936, Simón Aguirre y Félix Urrutikoetxea. El 15 de junio un emotivo homenaje congregó a vecinos y familiares, alguno de ellos venido expresamente de Brasil.
Gurdia de honor de milicianos y gudaris
ante la placa en recuerdo de Félix y Simón.
Esta recuperación de la memoria cuenta con el pleno apoyo institucional y la implicación de la comunidad local, con empresas que prestan facilidades de todo tipo para el desarrollo de los trabajos y la organización de actividades. Con todo, el papel primordial lo juegan ciudadanos de a pie (un estanquero un ex-jugador de balonmano), auténticos héroes que se resisten a que desaparezca la materialidad del pasado. Su próximo objetivo es la recuperación de los restos de un puesto de control de carretera semisepultado por el terraplén del viaducto del tren, en pleno centro urbano de Ugao.
Al acabar la jornada, unos exhaustos milicianos y gudaris se sentaron en una cervecería a reponer fuerzas. En esto, entró un vendedor marroquí. No sabemos si su abuelo luchó en España como mercenario. En todo caso, el chaval se quedó parado y mirando fijamente al grupo de soldados, exclamó: Vosotros venís de otro momento.
Puesto de control semienterrado en un talud de ADIF, y cartel explicativo.

De un momento tan actual que es el presente. En la cadena humana del 8 de junio un representante del PNV aprovechó la ocasión paara saludar a tres gudaris nonagenarios que participaban del acto en la misma zona en la que habían combatido, 77 años antes.
La jornada en Ugao sirvió para recibir dos últimas lecciones de cara al futuro. La primera, que existe cantera para el futuro de la Arqueología de la guerra civil española.
 Y la segunda, que el Athletic de Bilbao este año va a por todas.
 
 

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