Las montañas entre León y Asturias están jalonadas de restos de lo que un día fue uno de los frentes más duros de la Guerra Civil Española. Cientos de parapetos, trincheras, casamatas y centros de mando viven el paso del tiempo, entre la ruina y el abandono, esperando a que en un tiempo puedan ser estudiados y recordados, pues aún desde sus ruinas pueden enseñar muchas lecciones.
El Frente Norte, especialmente entre Asturias y León, supuso un freno al avance fascista hacia el norte, retrasando notablemente el desarrollo de la Guerra Civil. La falta de aprovisionamiento, el aislamiento al que se vio sometido el bando republicano, especialmente tras la caída del País Vasco, fue respondido por los miles de mineros y milicianos que allí lucharon con un incremento del valor. Los puertos de montaña, como Somiedo, Ventana o Pajares, se convirtieron en bastiones republicanos que luchaban por impedir el avance fascista hacia Oviedo, y para ello se construyó lo que algunos autores han denominado el Maginot Cantábrico, toda una red de trincheras y fortificaciones que, apoyados en los duros inviernos, vigilaban desde las montañas al enemigo.
El desgaste de la guerra fue pasando factura a los republicanos del frente, que se veían superados por la ingente maquinaria bélica fascista, apoyada por alemanes e italianos, con el incesante vuelo de la temida Legion Cóndor. Hasta que en 1937, el frente fue roto y el avance fascista por Asturias fue imparable.
Poco se ha estudiado de aquél frente, más allá de los partes oficiales de guerra o alguna que otra referencia a zonas y episodios concretos, pero la potencialidad arqueológica del mismo es evidente. Inventariar toda la red de estructuras y planificar su puesta en valor, contextualizar los restos y completar la información documental con pruebas arqueológicas, reconstruir ese episodio de nuestra historia y hacer honor a la memoria de quienes allí lucharon para defender Asturias del fascismo, son elementos necesarios antes de que el paso del tiempo deteriore aún más los vestigios y la memoria.
Fotografia: Posible centro de mando del conjunto de fortificaciones de Robles de Laciana (León), que defendía uno de los pasos de montaña hacia el Puerto de Somiedo
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