martes, 18 de mayo de 2010

Otra guerra, la misma guerra


En la entrada de la Ría de Vigo, en lo alto del Cabo Silleiro, se encuentran las ruinas de la batería J-4, construida durante la Guerra Civil por el ejército franquista y abandonada en el año 1984. La batería contaba con cuatro cañones Vickers 152,4 mm cuyo objetivo era destruir cualquier barco de la República que pretendiera invadir la ría.


Setenta años después de su instalación, los cañones continúan apuntando al horizonte. Después del conflicto civil, tuvieron todavía unos años de utilidad en potencia (durante la Segunda Guerra Mundial), cuando no se podía descartar un desembarco aliado en España. Pero después de que Franco se convirtiera en un aliado de Estados Unidos en la lucha contra el comunismo, estos guardianes del Atlántico perdieron toda su lógica.


A lo largo de las décadas se añadieron nuevos edificios y se reformaron otros. Pero algunas cosas permanecieron inmutables: entre ellas, el impresionante arco de entrada al recinto militar, coronado con un escudo al más puro estilo fascista italiano.


En la actualidad los restos reciben miles de visitantes al año y figuran en docenas de blog. El éxito del lugar no se debe sólo a las vistas que se divisan desde el promontorio, sino también a las propias ruinas. La gente observa los búnkeres abandonados, se interna por las galerías en las que se almacenaba la munición y fotografía los barracones de los soldados. La mayor parte lo hace con respeto. Y no parece que importe mucho que no se trate de venerables vestigios romanos o prehistóricos. Los dilemas académicos y administrativos sobre qué es o no es arqueología y patrimonio no afectan a quienes se acercan a este lugar enigmático.

Uno de los aspectos perturbadores de ruinas como las del Cabo Silleiro es, quizá, su carácter contrafactual. La historia contrafactual es una especie de pasatiempo de historiadores que se puso de moda hace unos años. Consiste en imaginarse itinerarios históricos alternativos a los que conocemos, que jamás existieron pero que podrían haber sucedido. Con todas sus consecuencias (¿y si los alemanes hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial?).

Los restos de la Guerra Civil, en general, se antojan inverosímiles -que esto haya pasado aquí, no hace mucho, pero puede que lo sean más aquellos que apuntan a escenarios históricos que no llegaron a cumplirse. Es el caso de los silos de misiles nucleares abandonados, un fósil contrafactual de lo que pudo haber sido el final de la humanidad. Otras historias, otros desastres -otras promesas también. Y otras guerras.

Como una invasión de Galicia por el ejército republicano.

2 comentarios:

Alberto Boo dijo...

Magnifico aporte alq ue me gustaría añadir que en la propia ría pero en el municipio de Nigran se pueden visitar los restos de otra batería. Localizada en Monteferro es muy desconocida incluso entre los habitantes de la zona, consta de un sistema de tricheras y edificios con capacidad para tres piezas de las que se puden ver en su emplazamiento dos.

nofo77 dijo...

Hace unos años tuve la oportunidad de entrar en las galerías subterráneas que conducen a los emplazamientos de las piezas y es un sitio realmente asombroso.