sábado, 28 de diciembre de 2013

Alzheimer a la japonesa

Soldados japoneses observan a sus compañeros enterrar vivos a un grupo de ciudadanos chinos en Nanking, 1937.
 
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha sido duramente criticado por China, Corea del Sur e incluso Estados Unidos por su desafortunada visita al altar de Yasukuni, en el que se honra a los caídos japoneses en conflictos del siglo XIX y XX. Entre los honrados se encuentran 14 criminales de guerra convictos.

A la hora de olvidar crímenes contra la humanidad hay al menos una nación que supera a España: Japón. Es más, este país no solo ha conseguido exitosamente recordar mal o no recordar su pasado, sino que ha logrado que muchos otros acepten su visión de la historia reciente. De hecho, si a alguien le preguntan por el papel de Japón en los conflictos del siglo XX, lo más probable es que mencione los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki.

Es menos probable que se mencione la masacre de Nanking. En esta ciudad china, el glorioso ejército nipón al que ahora honra un primer ministro aquejado de Alzheimer histórico, asesinó en 1937 a más civiles de los que murieron en Hiroshima y Nagasaki juntas. Y no se trató de simples asesinatos. Hubo concursos de decapitación, violaciones en masa (también de niñas y mujeres embarazadas), torturas inenarrables, bebés ensartados en bayonetas... 

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/aa/Horrible_death%2C_Nanking_Massacre.jpg

Varias mujeres de una misma familia violadas y asesinadas por tropas japonesas.
 
Sobre estos hechos contamos con espeluznantes testimonios, como el del horrorizado cónsul de la Alemania nazi, John Rabe. Recientemente, la arqueología ha contribuido también a conocer las masacres gracias a la apertura de fosas comunes. 

 Una de las fosas comunes exhumadas en los últimos años en Nanking

Nanking fue solo la antesala de lo que el Ejército Imperial tenía reservado a China, Corea, Filipinas y otros países asiáticos. El espectáculo de la capital china se repitió, a menor escala, en numerosas ciudades y pueblos. Al inventario de atrocidades de Nanking hay que añadir el canibalismo, la prostitución forzada de cientos de miles de mujeres y la experimentación con seres humanos "inferiores" (coreanos, chinos, rusos). 

Durante mucho tiempo los japoneses han pasado por ser los "menos malos de los malos" en la Segunda Guerra Mundial. Varias obras actuales, sin embargo, ponen de manifiesto que el Imperio del Sol Naciente tuvo poco que envidiar a la Alemania de Hitler en el número de víctimas causado, las atrocidades cometidas y la ideología militarista y racista que justificaba sus crímenes.

Desde los trabajos pioneros del sociólogo Maurice Halbwachs (fallecido, por cierto, en un campo de concentración nazi), sabemos que la memoria no es algo que radique exclusivamente en las mentes de los individuos, sino que es también un fenómeno social. A Halbwachs se debe el concepto de "memoria colectiva" que hoy en día es de uso corriente en las ciencias sociales. Como no podía ser de otra manera, el olvido también es social y colectivo. Cada sociedad olvida a su manera. 

Los españoles y los japoneses hemos decidido no recordar o recordar a medias las atrocidades de nuestra historia reciente. En el caso de España nuestra desmemoria social se basa en una victoria: la que llevó al poder a la dictadura franquista y su monólogo autoritario. En el caso de Japón en una derrota,  que convirtió a los verdugos en víctimas. En ambos casos el resultado es semejante, la humillación de la víctimas, y la pregunta la misma: ¿se puede construir una sociedad democrática sobre la injusticia histórica?

lunes, 23 de diciembre de 2013

A Dios rogando

10 de diciembre de 1937. El párroco de la pequeña localidad gallega de Lavacolla, al lado del aeropuerto de Santiago, dice misa en honor de la Virgen de Loreto, patrona de la aviación. Entre las banderas y banderolas cuelga un estandarte nazi, testimonio de la alianza entre la España de Franco y la Alemania de Hitler. 

Es perturbador el poder de la cultura material (de alguna cultura material al menos). Cómo transforma aquello que toca: en este caso una iglesia, el pueblo de Lavacolla, nuestra memoria colectiva. Roland Barthes hablaba del punctum en las fotografías: aquel detalle de una imagen, un elemento secundario, incluso trivial, que consigue "atravesar al espectador". Como esa esvástica inconfundible y siniestra.

La fotografía que reproducimos nos demuestra que el párroco de Lavacolla desconocía varias cosas. Aparentemente la encíclica Mit Brennende Sorge del 14 de marzo de 1937, en la que Pío XI promulga: "Todo el que tome la raza o el pueblo o el Estado o una forma determinada de Estado... y los divinice con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por Dios". Aparentemente también la Biblia, al menos aquel pasaje en el que Jesucristo dice "Devolved al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"  (Marcos, 12, 13-17). 

El aeródromo de Santiago de Compostela fue ampliado en la inmediata posguerra con mano de obra forzada. Entre 2.000 y 3.000 republicanos trabajaron en la construcción en condiciones penosas. Uno de ellos, Casimiro Jabonero, dejó un valioso testimonio de su experiencia en el campo de prisioneros (el edificio que se usó como prisión es hoy un hotel y nada recuerda su antiguo uso). Es posible que el párroco de Lavacolla tampoco llegara a estar al tanto de estos asuntos terrenales. Al fin y al cabo, su reino no es de este mundo. Salvo alguna cosa.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Por fuertes y fronteras

Vista del altiplano abisino desde una posición italiana.

¿Cómo se hace una frontera? Ese es el objetivo de nuestro nuevo proyecto en el noroeste de Etiopía. Nos referimos a "hacer" en el sentido más material del término. Las fronteras se construyen con muros y vallas (en Melilla y Palestina lo saben bien), puestos de vigilancia, edificios de aduanas y fortificaciones, pero también mercados, aldeas, caminos y puentes. La frontera se fabrica tanto con cosas que separan como con cosas que unen. 

La frontera septentrional entre Sudán y Etiopía es un límite interestatal desde hace tres milenios. Esto significa que la frontera aquí ha tenido tiempo de sedimentarse materialmente, hacerse sólida. Los sitios fronterizos, los pasos y los fuertes, se repiten a lo largo de la historia, igual que las batallas y los intercambios comerciales.

Durante tres semanas hemos documentado las trazas históricas de este límite político, ecológico y cultural. Un buen número de hallazgos pertenecen a la breve ocupación italiana de la zona -y justifican la inclusión de esta entrada en un blog de arqueología de la Guerra Civil. La presencia fascista en el noroeste de Etiopía, de hecho, coincide más o menos con la Guerra Civil Española: los italianos ocuparon la capital de la región, Metema, en abril de 1936, y fueron expulsados en enero de 1941. Además, ya hemos visto en otra entrada que algunos fascistas que lucharon en Abisinia lo hicieron después en la Guerra de España. Y algunas de las armas que se emplearon en África, como los fusiles Mannlicher-Carcano, también llegaron a nuestro país: resulta extraño encontrar en una montaña remota de Etiopía los mismos casquillos que en la Alcarria.

El primer lugar donde excavamos fue el Monte de Yohannes. Se llama así porque es donde se cree que fue herido de muerte el emperador Yohannes IV en la Batalla de Metema (1889), luchando contra los invasores sudaneses. Nuestra excavación fue un poco desmitificadora: no encontramos nada relacionado con este episodio clave en la historia de Etiopía. La única excepción es una bala de Vetterli 1870: el problema es que esta arma se usó también en los años 30 y 40 en la zona (y en la Guerra Civil).

 Abrigo italiano en el Monte de Yohannes
Lo que sí descubrimos fue una gran cantidad de restos de los italianos: una pista para vehículos motorizados, dos refugios semisubterráneos y varios parapetos de piedra. En la excavación de uno de los refugios encontramos numerosos casquillos y cargadores de Mannlicher de 8x50 mm, un arma obsoleta en la Segunda Guerra Mundial con la que los italianos armaron, naturalmente, a sus subalternos: las fuerzas coloniales africanas. También aparecieron trozos de metralla, que se pueden relacionar con la Batalla de Metema a inicios de 1941. El hallazgo más notable en este sentido es un fragmento de granada de mortero Brandt de 81 mm, con su espoleta. Los ingleses bombardearon duramente todas las posiciones italianas y causaron muchas bajas (aunque hablar de "posiciones italianas" puede resultar confuso teniendo en cuenta que la mayor parte de las tropas eran libias, eritreas y somalíes). 
  Materiales exhumados en el interior del abrigo: cartuchos de Mannlicher de 8 mm, cargador del mismo fusil, moneda italiana datada en 1940, fragmento de granada de mortero, pinzas de batería, balas de Mannlicher y Vetterli y hebillas de correaje y zurrón.

El fósil director de los yacimientos fascistas en el Cuerno de África son las botellas de bebidas alcohólicas: cerveza, vino y licores aparecen en grandes cantidades. En la ciudad etíope de Gondar, nuestros colegas Víctor Fernández y Jorge de Torres han encontrado incluso ¡botellas de Chianti! Está claro que sobrevivir en posiciones aisladas en medio de la sabana tórrida requiere de algo más que templanza. Lo curioso es que las tropas coloniales provenían mayoritariamente de países musulmanes... Otro elemento documentado son los frascos de perfume: las ocasiones para bañarse en Etiopía eran escasas y las temperaturas en algunos sitios no bajan de 30 grados en todo el año.


 Botellas de vino en el interior del abrigo.

Al norte del Monte de Yohannes descubrimos dos posiciones italianas más junto al río Atbara, uno de los mayores afluentes del Nilo. Una de las posiciones era un fuerte del siglo XIX que las tropas de Mussolini reforzaron con puestos de tirador de piedra y trincheras. Los hallazgos fueron escasos: lo más llamativo es una lata de grasa idéntica a la que nos apareció en las excavaciones de la Ciudad Universitaria en 2008. Seguramente se utilizaba para engrasar las armas. Siguiendo el río, en el principal punto de paso en la zona, dimos con un puesto de control formado por una estructura rectangular y un camino flanqueado de piedras. Aquí encontramos otro cargador de Mannlicher, un casquillo percutido y una llave de lata de sardinas. 


Puesto de tirador controlando el Atbara (arriba) y río Atbara (abajo).

Puesto de control en un vado del Atbara

Como en el caso de España en el Rif, la mayor parte de las posiciones coloniales en el Cuerno de África se ubican en cerros aislados desde los que se domina visualmente un amplio territorio. Este es el caso del Monte Denba, en el límite entre la planicie y el altiplano abisinio. En Denba había un puesto de artillería y vigilancia, cuya función era controlar la principal ruta entre Sudán y Etiopía. Los hallazgos son una curiosa mezcla de molinos y cerámicas tradicionales etíopes y latas y vidrios de los soldados de Italia. En el camino nos encontramos un fondo de botella en que se lee "Birra 1937 Importazione" ¿Cuánto le costaría a la metrópoli fletar millones de botellas de cerveza a sus colonias?
Fragmento de botella de cerveza de Denba.

Según nos alejamos del camino principal, los hallazgos se vuelven más escasos. En un monte cercano al río Rahad encontramos un fuerte construido por los otomanos a mediados del XIX, reutilizado por los mahdistas sudaneses como cementerio para sus mártires de 1889 y finalmente por los italianos, que dejaron su característico rastro de botellas de vino. Nos cuentan que hasta hace poco había varios vehículos abandonados, pero la gente del lugar los fue desmontando. De hecho, encontramos una pieza de motor. La potencia colonial no solo se establece en puntos estratégicos, sino en lugares de poder históricos que dejan claro, a ojos de la población, su posición de conquistadores.


Bastión italiano con troneras construido sobre las ruinas del fuerte otomano de Gubay

El último sitio italiano que documentamos está en una montaña, Salya, a la que solo se puede llegar caminando 30 km. En la cima se ubica el pueblo de Tewodros Ketema, la Ciudad de Teodoro, el emperador bandolero. Noble actividad esta última que continúan los actuales habitantes de la región. En este macizo aislado los niños juegan al fútbol, como en el resto del mundo. Solo que su campo de futbol está sembrado de casquillos y cartuchos de balas trazadoras. Todos están datados entre 1934 y 1936. Contamos hasta 375 y lo dejamos. Algún fragmento de metralla nos hace pensar que un proyectil de artillería alcanzó un polvorín italiano. Debió de ser un espectáculo. Pero un espectáculo difícilmente imaginable hoy, en este altiplano solitario y silencioso. 

 
Munición, baterías y otros materiales localizados en Tewodros Ketema.

Por la noche dormimos en una casa de barro en camas de madera y tiras de cuero de cabra. Compartimos la soledad, y quizá el miedo, de aquellos soldados extranjeros que hace 70 años trataron de conquistar un país inconquistable.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

"Los sonidos y silencios de Bustarviejo" (english subtitles)

Nuestro documentalista más fiel y desinteresado, Pedro Cabello, nos acaba de regalar la última versión del minidocumental que hizo sobre la jornada de puertas abiertas que hicimos en junio de 2010 con los vecinos de Bustarviejo. Aquella jornada se enmarcaba en nuestras excavaciones arqueológicas de este destacamento penal (1944-1952), en donde los presos políticos del franquismo ("los rojillos", como los llamaban los vecinos) fueron esclavizados para construir el ferrocarril Madrid-Burgos, en unas condiciones humanas y de trabajo penosas. Aquí tenéis el enlace para verlo en youtube y aquí para verlo en vimeo.

Foto histórica del destacamento penal de Bustarviejo (Madrid), años 40

Planimetría general con los sectores de excavación arqueológica de la campaña del 2010 en el destacamento penal de Bustarviejo


sábado, 30 de noviembre de 2013

Charlie revivió durante unas horas

El pasado fin de semana la batalla del Ebro volvió a estar viva, muy viva. Celebrábamos el 75 aniversario de este comienzo del fin de la Guerra Civil. Y para ello se sucedieron los actos, charlas y homenajes. En concreto el sábado hubo dos congresos a la vez. Uno en La Fatarella, el pueblo donde excavamos hace dos años los restos del último día de la batalla del Ebro. Estaba organizado por "Lo Riu, Associació per l'Estudi del Patrimoni Arqueológic i Històric de les Terres de l'Ebre". Allí Xavi Hernández y Mayca Rojo (DIDPATRI, Universitat de Barcelona) y codirectores de aquella intervención, dieron una conferencia sobre "L´arqueologia en els camps de batalla. Les escavacions de La Fatarella". Al mismo tiempo un servidor, y también miembro del equipo técnico de aquella intervención, daba otra conferencia titulada "Arqueología de los campos de batalla de la Guerra Civil: una propuesta teórica y metodológica", dentro de la "I Jornada d’Arqueologia i Patrimoni de la Guerra Civil al Front de l’Ebre", organizada por los Serveis Territorials del Departament de Cultura a les Terres de l’Ebre, en Tortosa.
El domingo nos juntamos en La Fatarella y pudimos comprobar el trabajo de reconstrucción y consolidación de los bunkers y trincheras que excavamos. Sabemos que la República echó el resto en esta batalla de 116 días. Se puede comprobar en la inversión de materias primas y manos de obra de las fortificaciones. Xavi Hernández me cuenta asombrado los kilos de cemento y litros de agua que lleva cada fortín. Al hacer la reconstrucción de las techumbres, lo único que fue reventado tras la guerra para evitar que los maquis pudieran reutilizarlos, se han dado cuenta de la inversión que supone cada estructura. 


En estas divagaciones estábamos cuando entramos en el fortín, invitados por un cartón clavado en la puerta, en donde se leía "Fred & Ginger". No nos engañaba, un swing de Ginger Rogers y Fred Astaire sonaba una y otra vez en un tocadiscos. Semejante tecnología en un frente de guerra sólo podía haber sido traída por un brigadista. En concreto un británico que nos hablaba con una curiosa mezcla de inglés y catalán. Sus compañeros internacionales desfilaban por última vez en Barcelona hacía unos días, pero algunos han decidido quedarse e integrarse en otras brigadas del ejército republicano. Un viento fuerte y frío, propio de esta fecha del 15 de noviembre de 1938, entra por las troneras del fortín. Mientras espera la llegada del enemigo se entretiene con libros de primeras letras y consignas antifascistas. Por su cara resignada se adivina que sabe que su cometido es tan honroso como suicida. Este batallón debe aguantar el suficiente tiempo el envite de los tanques y la infantería como para que el grueso del ejército republicano pueda cruzar de vuelta el río Ebro por las pasarelas de hierro de Flix. El pueblo de La Fatarella, a menos de 1 Km., ha caído ayer.


Casi sin darnos cuenta empiezan las ráfagas de ametralladora y artillería, las explosiones de granadas de mano y las detonaciones provocadas por los disparos de los tanques T-26, concentradas en los fortines. La ausencia de medios anticarro provoca la rápida caída de esta primera línea de defensa de la Cota 562. Aún quedan las líneas traseras, formadas ya exclusivamente por trincheras en zig-zag, con parapetos de sacos terreros. Curiosamente el asalto de la infantería no está dirigido por tropas moras y legionarias, lo habitual en los combates precedentes, sino por los voluntarios carlistas, con sus llamativas boinas rojas, que siguiendo una cruz y al grito de "¡Viva España!" y "¡Viva Cristo Rey!" van tomando una a una las líneas de trincheras. Para ello las terrazas agrícolas para los almendros y los olivos, construidas en piedra seca, son magníficos parapetos desde los que lanzar granadas de mano antes del asalto de cada línea de trinchera. 



Una vez han tomado la trinchera superior, la inmediata al bosquecillo de pinos, vemos como rematan a punta de pistola a la mayoría de los heridos, haciendo muy pocos prisioneros. Momento en el cual apareció la caballería.

Instintivamente buscamos a Charlie entre los muertos, y allí, desde lejos, le pudimos ver tumbado de costado, con la mano derecha amputada por la explosión de una granada que seguramente intentó devolver sin éxito a los atacantes, en ese vértice de la trinchera donde 73 años después le pudimos exhumar. A su lado un abanderado también yace muerto, en una extraña posición, acurrucado, como en cuclillas. 


Tomada la posición 562, a las 4 de la tarde de este frío 15 de noviembre de 1938, volvimos al 24 de noviembre de 2013, para poder honrar a estos "defensors de la llibertat" a escasos metros de donde fue desenterrado Charlie. Se descubrió una bella placa de bronce hecha por Mar Hernández, y se les rindió honores por parte de dos mossos de esquadra vestidos como en los años treinta. El hijo del general Vicente Rojo, quien fuera jefe del Estado Mayor del Ejército republicano durante la Guerra Civil Española, y el sobrino del teniente coronel Pedro Mateo Merino, que comandó a la 35ª Brigada, miraban emocionados.



lunes, 4 de noviembre de 2013

Colonialismo del bueno

 Archivo Rojo

Existe una cierta leyenda rosa, muy extendida, que afirma que el colonialismo de los países mediterráneos o meridionales fue un buen colonialismo, es decir, no basado en el racismo, la explotación y el desprecio de los colonizados, como el francés o el británico. Los portugueses, los españoles e italianos somos buena gente, campechana y sociable. Y eso, naturalmente, se tiene que notar incluso cuando invadimos otros países. La leyenda se potenció gracias a las dictaduras (de Salazar, Franco y Mussolini), en cuyo imaginario político el imperio desempeñaba un papel fundamental. Entre otras cosas porque entroncaba con momentos percibidos como más gloriosos: la expansión ultramarina portuguesa, la conquista de América, el Imperio Romano.

El desconocimiento de la cruda realidad del colonialismo hace que puedan proliferar en la actualidad productos nostálgicos en forma de libros, series y películas, en las cuales los colonizados sirven de comparsas y sus países de escenario exótico para las aventuras y desventuras de familias europeas.

La realidad es que los imperios meridionales no fueron mejor que los septentrionales. En algunos aspectos fueron peores. Pero en todo caso, no se trata de un concurso de atrocidades. El imperialismo moderno es, en esencia, fascista, independientemente de que lo promueva un régimen liberal o autoritario: se basa en la creencia de que una raza superior tiene derecho a imponer su mandato sobre unos seres inferiores a los que se puede explotar. Precisamente, la gran obra de Hannah Arendt sobre el totalitarismo empieza tratando la ideología colonial.

Con rarísimas excepciones, la realidad es que los militares de Italia o España no eran ningún Lawrence de Arabia. Los diarios y las fotografías de los africanistas no dejan lugar a dudas: de su ignorancia, de su amor por la violencia, de su desprecio racista por las poblaciones locales. Un libro de Gustau Nerín es muy ilustrativo a este respecto. 

En la imagen superior se puede ver una fotografía capturada a un soldado italiano tras la Batalla de Guadalajara (marzo de 1937). Muestra a un orgulloso infante posando junto al cadáver de un etíope al que acaba de ahorcar. 

La foto la llevaba el voluntario fascista quizá para recordar cómo hay que manejarse con los salvajes. Porque lo que hizo el fascismo en España fue simplemente importar los modelos de guerra colonial a Europa (cambiando negro por rojo): los legionarios cortaban orejas y testículos, violaban mujeres e incendiaban aldeas en Andalucía y Extremadura igual que habían hecho en el protectorado. Esta misma estrategia de guerra colonial en suelo europeo la llevarían al paroxismo los nazis en el este de Europa. 

Otras fotos de masacres en Etiopía capturadas a soldados italianos en Guadalajara. Archivo Rojo.

Los italianos asesinaron a cerca de medio millón de etíopes durante los cinco años que ocuparon Etiopía (1935-1941). Como los españoles en el Rif, no dudaron en usar armas prohibidas, como gas mostaza, contra la población civil, incluidos mujeres y niños. Los "salvajes" etíopes, en cambio se portaron caballerosamente tras la derrota de los colonizadores durante la Segunda Guerra Mundial: se han documentado pocos casos de asesinatos y violencia contra los italianos. 

El colonialismo mediterráneo no fue un buen colonialismo, porque no hay bondad posible en ocupar y someter un país extranjero por la violencia. Fue, más bien, colonialismo del bueno. Del de verdad, con sus masacres, robos y miserias.

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Gracias a Julián Dueñas e Ismael Gallego por llamar mi atención sobre la imagen que ilustra esta entrada.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Schwarzenegger en el Valle



Diversos medios recogían ayer la visita inesperada de Arnold Schwarzenegger al Valle de los Caídos. Según diversas noticias, el actor se sintió "sorprendido", "impresionado" o incluso "maravillado" por la grandeza del lugar. No le falta razón. El Valle de los Caídos es un monumento espectacular, como lo son casi todos los monumentos totalitarios - el estrado desde donde Hitler arengaba a sus fieles en Núremberg o la estatua de 52 metros construida por el régimen soviético para conmemorar la Batalla de Stalingrado. El Valle continúa, pues, cumpliendo una de las funciones para las que fue erigido durante la dictadura: impresionar a las masas (nunca mejor dicho en el caso de Schwarzenegger).

Según el ABC, el presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos declaró que al actor se le enseñó la basílica "siempre desde un punto de vista artístico" y tambien que no demostró "especial interés" por la tumba de Franco y Primo de Rivera. Seguramente se habría interesado mucho más por el lugar si supiera que el mismo régimen que construyó el Valle es responsable directo o indirecto del asesinato de unas 150.000 personas o que el edificio en sí fue construido con presos políticos o que es el único gran monumento fascista europeo que continúa cumpliendo la labor para la que fue concebido ¿Se imaginan visitar Mauthausen o el Gulag Perm-36 y que se lo expliquen desde el punto de vista artístico (o técnico)? "Fíjense en el buen acabado de estos barracones", "Atención a esta chapa de zinc, entre las más avanzadas de la época", "Aprecien la ingeniosa electrificación de la alambrada"... Porque claro, mencionar a prisioneros gaseados o reventados a trabajar podría herir sensibilidades (y además sería politizar las cosas).

El Valle de los Caídos es un momumento totalitario en su concepción que conmemora a los muertos "por Dios y por España", es decir, a los muertos por la causa franquista, y exalta al fundador del partido fascista español y al dictador que rigió el país durante cuarenta años. La incorporación de unos miles de cadáveres de republicanos anónimos no cambia la lógica del monumento, sino que hace el mensaje de dominación y humillación de los vencidos si cabe más perverso. Esto es irrefutable y lo contrario es tergiversar la realidad histórica con argumentos ideológicos ultraderechistas. Mientras esta historia no se cuente en el Valle, el lugar seguirá siendo un sitio de memoria del franquismo y si algo sabemos los arqueólogos es que la materialidad no es inofensiva: tiene capacidad de acción sobre las personas, sobre sus ideas y sobre su forma de comportarse. También saben esto los dictadores, que a lo largo de la historia se han preocupado por materializar su poder en piedra o cemento, para que perdure e impresione a lo largo de los siglos. Para que cuente la historia de los vencedores.

En realidad parece que Schwarzenegger estaba en peregrinación nostálgica, pero no por los escenarios del franquismo, sino por los de su juventud: en la zona se rodó Conan el Bárbaro en 1982. Al lado del que está enterrado en la basílica, sin embargo, el pobre Conan era un auténtico principiante.

viernes, 11 de octubre de 2013

Anís contra coñac

Ya hemos dicho muchas veces que la arqueología de la Guerra Civil no va a cambiar la historia. Al contrario que la arqueología de períodos más antiguos, no revela culturas desconocidas ni arroja luz sobre fenómenos históricos de los que no sabemos nada o casi nada. De hecho, algunos de los hallazgos que más nos sorprenden o emocionan tienen que ver con las cosas más familiares, aquellas que todavía existen o cuyas marcas perviven en la actualidad: un tubo de dentífrico La Toja, un tintero de la marca Milán, una lata de sardinas Palacio de Oriente. Son los objetos que conectan nuestro presente con un pasado cercano y al mismo tiempo remoto - remoto por su barbarie.

En una paridera del lugar de Valdelagua, que excavamos a finales de septiembre, encontramos testimonios de una ocupación franquista de cierta duración (quizá una o dos semanas, dada la cantidad de objetos documentados). Estaba justo en el límite del avance republicano durante la ofensiva del Alto Tajuña, en abril de 1938. Los numerosos elementos cotidianos, que van desde monedas a una navaja multiusos, nos hacen pensar que la paridera se utilizó como base por parte de una sección o compañía del ejército sublevado. Las balas de Mosin indican que si no llegaron aquí los republicanos, sin duda lo hicieron sus disparos. 

Entre los objetos que encontramos se encuentran varias cápsulas de botellas de bebidas alcohólicas. En las más numerosas se lee "García Gómez - Segovia" ¿Quién era este señor? Internet nos lo dice rápidamente: Nicomedes García Gómez (1901-1989), dueño y fundador de Anís La Castellana y Whisky DYC. Naturalmente, las botellas que hemos encontrado son de anís, no de whisky, puesto que este no se empezó a fabricar hasta 1958 (entre otras cosas porque antes estaba prohibido). Aunque por lo visto el empresario hizo algunos experimentos con whisky antes y durante la guerra. Mientras en las trincheras republicanas encontrábamos hace un par de años numerosas botellas de coñac (y el año pasado un botellín de Martini), en las franquistas parece que se daba prioridad al anís. El objetivo, en cualquier caso, era el mismo: inhibir el miedo ante una muerte probable. La cogorza también debia de ser de proporciones similares: el anís la Castellana tiene una graduación de entre 35 y 45º (dependiendo de si es dulce o seco) y el brandy Peinado de los republicanos 40º.

Nicomedes García no limitó sus aventuras industriales a las bebidas alcohólicas. También fundó la compañía de autobuses AutoRES y la agencia de publicidad Azor (creadora del Toro de Osborne). Pero más allá de las anécdotas, los restos arqueológicos de la Guerra Civil también nos hablan de la implicación de distintas empresas españolas en la economía de guerra de uno y otro bando. Y, quizá también, ayudan a comprender como se forjaron fortunas. En las guerras nunca le va mal a todo el mundo.

jueves, 3 de octubre de 2013

Momentos de una batalla

  
Pozo de tirador que defendía el perímetro de la Enebrá en abril  de 1938

La arqueología a veces documenta procesos que se desarrollaron a lo largo de milenios. En otros casos, registra hechos que duraron años, meses o incluso días. En arqueología contemporánea es habitual encontrarse microeventos que, en su aparente trivialidad, esconden toda la tragedia de la Historia con mayúsculas.

Uno de esos microeventos es el que tuvimos ocasión de estudiar la semana pasada en el lugar de la Enebrá Socarrá (Abánades), escenario de terribles combates que tuvieron lugar en torno al 1 de abril de 1938. Venimos estudiando esta batalla dentro de una batalla (la ofensiva republicana del Alto Tajuña) desde el año 2011. En las campañas anteriores documentamos el asedio al que sometieron los republicanos a un pelotón de soldados franquistas atrincherados en una paridera. Muchos cayeron: los cadáveres destrozados de cinco de ellos aparecieron durante nuestra excavación. Pero también los objetos que llevaban en la lucha (munición, medallas religiosas, monedas, cepillos de dientes, gemelos, insignias, latas, medicinas).

Durante este año hemos continuado la exploración de este enfrentamiento tan terrible como breve (no duró más de dos días). A 130 metros al este de la paridera de la Enebrá exhumamos un conjunto de restos humanos que salieron a la superficie el pasado otoño, removidos por un jabalí. Sabíamos que era uno de los caídos en esta batalla, por su proximidad a la paridera y porque poco después de los combates un grupo de republicanos informaron del entierro de 25 cadáveres en esta zona. Seguramente no se esforzaron mucho: cavan una zanja no muy profunda y arrojan unas piedras, en el mismo sitio donde cayeron sus enemigos, para que no huelan ni queden a la vista.


Fosa superficial con restos de un soldado caído durante la Batalla de la Enebrá.

Los restos que descubrimos pertenecen a uno de estos caídos enterrados apresuradamente. Al prospectar la zona circundante con el detector localizamos una nueva zanja, pero sin cadáver. Es un pozo de tirador, intacto, tal y como debió quedar cuando su ocupante lo abandonó, tratando de huir del avance implacable de los republicanos. Dejó detrás tres cargadores bien colocados en la parte trasera del pozo, listos para ser usados, y tres casquillos: los disparos que le dio tiempo a efectuar antes de que el enemigo se le echara encima. El ocupante del pozo es muy posiblemente el individuo cuyos restos exhumanos. Debió salir de su posición y correr hacia las filas amigas (al norte), cuando fue alcanzado, quizá, por una bala. No por la artillería: hay escasas pruebas de fuego artillero aquí, lo cual es lógico, porque los republicanos estaban muy cerca en esta zona y sería arriesgado recurrir a los cañones, muy poco precisos.


 Cargadores en la parte trasera del primer pozo de tirador

 
Casquillos y latas de sardinas y atún en el primer pozo de tirador.

No fue el único en caer en esta posición. A pocos metros del primer puesto de tirador aparece un segundo, también con varios casquillos percutidos. En este caso hay huesos en su interior, un fémur y un peroné, que corresponden a dos individuos distintos. Estaban sepultados por piedras. Pensamos que sus tumbas poco profundas fueron saqueadas por los vecinos tras la guerra y los huesos dispersados, excepto los dos que encontramos en el pozo-tumba.


Pozo de tirador con restos humanos (junto a la escala mayor)

Los soldados franquistas utilizaron un afloramiento rocoso como defensa, a lo largo del cual cavaron sus posiciones, y frenaron durante un tiempo el ataque republicano. La resistencia aquí debió durar quizá un día o día y medio, porque aparecen varias latas, la mayor parte del bando sublevado (Conservas Alonso, de Vigo).

Los defensores venían retirándose desde sus posiciones al este. Lo sabemos por la dirección de las balas entrantes y por los casquillos. Aparecen en pequeños grupos en distintos lugares, que revelan la ubicación de tiradores aislados, que hacían fuego sobre los republicanos y al mismo tiempo atraían los disparos enemigos: documentamos en las mismas concentraciones de munición vainas disparadas de Máuser alemán (el fusil de los franquistas en esta posición) y balas impactadas de Mosin Nagant y Máuser español -las armas que llevaban los atacantes. 

La paridera de la Enebrá, al oeste de los pozos de tirador, fue verosímilmente el último lugar de resistencia de los franquistas, antes de ser aplastados por los cañones y los tanques de la República.

Al documentar estos momentos breves y salvajes uno tiene la sensación de que el tiempo se ha detenido aquí el 1 de abril de 1938.

martes, 1 de octubre de 2013

Un oculista para la alcaldesa de Quijorna

Un stand apolítico (El País)

Desde este blog queremos poner en marcha una iniciativa popular para pagarle el oculista a la alcaldesa de Quijorna, Mercedes García. En un colegio público de la localidad madriñeña en la que ejerce como regidora se celebró este fin de semana una simpática feria de militaria y nacionalismo español en la que se exaltó el franquismo con la parafernalia habitual. Sin embargo, la alcaldesa, muy sorprendida cuando le recriminaron el apoyo que el ayuntamiento ofreció al acto, aseguró: "cuando visité la exposición, no me di cuenta de que hubiera banderas predemocráticas o cruces gamadas. No iba con esa idea de fijarme". 

Claramente, la señora Mercedes García tiene problemas de visión. Probablemente nadie se lo ha comentado, porque es una enfermedad que padecen otros colegas de partido -cada día más, según parece, debe de ser contagiosa. Tampoco ellos son capaces de ver apología del franquismo cuando un alcalde hace el saludo fascista o cuelga un retrato de Franco en su despacho.

Por eso sería bueno empezar una campaña para corregir estos problemas de visión antes de que se agraven. Porque ya se sabe que estas cosas mejor tratarlas pronto: no vaya a ser que algún día alguien de un golpe de estado y resulte que nadie es capaz de verlo. O quizá se vea borroso y desde lejos nos parezca un acto político democrático. 

El problema de esta enfermedad, además, es que no solo afecta a la vista, sino también a la memoria. De hecho, es probable que empiece por ahí: un día no te acuerdas muy bien de la dictadura que sufriste hace unos años y al día siguiente no reconoces una cruz gamada o una estatua ecuestre de un dictador cuando las tienes delante. Así que igual no es un problema de vista, sino una especie de Alzheimer político. Y como el otro Alzheimer, lo que empieza como un despiste, te acaba destruyendo.

sábado, 28 de septiembre de 2013

En los parapetos del Castillo



Además de en la Enebrá, nuestras excavaciones prosiguen en las trincheras del Castillo, al lado del pueblo de Abánades. A lo largo de la última semana hemos desenterrado un buen tramo de trinchera de resistencia franquista, cuatro abrigos, conectados por la trinchera, y un parapeto aspillerado.

Los hallazgos, como casi siempre, han sido numerosos. Algunos son extraños, como una vieira; otros esperables, pero no por ello menos emocionantes, como un cargador de ametralladora Hotchkiss o una bayoneta. En conjunto, nos hablan de la vida cotidiana en esta posición avanzada y aislada del ejército franquista.


El Castillo era una posición desde la que se hostigaba continuamente al enemigo republicano con fuego de ametralladora y fusil (docenas de casquillos disparados) y morteros de 81 y 50 mm (entre esta campaña y la del 2010 hemos recuperado casi un centenar de elementos de estas armas). A cambio, los soldados franquistas estaban considerablemente a salvo. Solo dos balas impactadas y dos fragmentos de artillería indican que la posición recibiera fuego enemigo. Y es posible que sean testimonio de disparos perdidos durante la Ofensiva del Alto Tajuña, cuando en El Castillo aún no había trincheras. Además de disparar, los soldados comían, y mucho: no solo aparece una gran cantidad de latas de carne, sardinas, atún, leche condensada y otros alimentos, sino también muchos huesos de oveja o cabra, que se comían en torno a la hoguera dentro del Abrigo 2. Los soldados eran bastante aseados: un cepillo de dientes y un tubo de pasta dentífrica La Toja ("única en el mundo") dan prueba de ello.

Este año, además, descubrimos más datos de la historia antigua del cerro. Si en 2010 apareció cerámica celtibérica y medieval, este año, además, hemos encontrado un botón de un soldado de la Guerra de Independencia, de 1808.


El domingo 29 de septiembre podréis ver en directo las excavaciones y los materiales recuperados en nuestra jornada de puertas abiertas ¡No dejéis de venir!




miércoles, 25 de septiembre de 2013

Despabílate Amor

En los últimos cuatro años distintos equipos de investigación hemos trabajado intensamente de manera multidisciplinar los espacios represivos que la dictadura franquista erigió en Castuera y que determinaron, canalizaron y dirigieron la represión ejercida por el Régimen sobre la sociedad civil en la comarca de la Serena (Badajoz).

Dentro de estos espacios represivos el Campo de Concentración se estableció como el principal elemento de implantación del terror, en ese proceso de coerción y control social, ejercido sobre la población de las comarcas del entorno.

Gracias al esfuerzo realizado entre tod@s hoy podemos decir que conocemos cómo era el Campo de Concentración de Castuera, cuál era su distribución espacial, cómo vivían los presos, qué comían, etc. y también podemos apuntar cuales eran las estrategias de eliminación y ejecución de los presos.

Una de las grandes incógnitas entorno al Campo ha sido siempre saber dónde fueron a parar los cientos de presos desaparecidos, que entraron en el Campo y de los nunca más se supo.  

Tras las exhumaciones realizadas en los años 2011 y 2012  hemos podido contrastar la información de los testimonios orales y demostrar empíricamente que éstos presos eran dirigidos extrajudicialmente a las traseras del cementerio municipal de Castuera donde eran ejecutados y enterrados de manera impune.

Éste y otros aspectos son algunos de los grandes avances que hemos podido aportar en los últimos años, reflejados en múltiples entradas de este blog, y que hoy se recogen también en el documental DESPABÍLATE AMOR promovido por la Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (AMECACEC).

Gracias al trabajo desarrollado en el entorno del Campo de Concentración de Castuera hemos podido generar una gran cantidad de sinergias de conocimiento que nos han llevado a avanzar cuantitativa y cualitativamente en el conocimiento de nuestro pasado más reciente. Este documental es una clara prueba de ello.


Decía Walter Benjamín que “No existe ningún documento de cultura que no sea no sea a la vez documento de barbarie”.

Hoy os dejamos este nuevo documento de divulgación del conocimiento histórico, un documento que refleja la barbarie franquista.


martes, 24 de septiembre de 2013

Otro soldado olvidado



Llevamos dos días excavando en Abánades: un equipo trabaja en las trincheras del Castillo y otro en la Enebrá, cerca de la paridera en la que el año pasado recuperamos los cuerpos de cinco soldados del ejército franquista. Casi en superficie aparecen los restos de un sexto combatiente, otra víctima olvidada de la Batalla Olvidada. Es más que probable que sea un compañero de los muertos en la paridera. Algunos datos permiten inferirlo: llevaba cartucheras Mills, peines de Máuser alemán, un cubrecañón y zapatos con ojales metálicos. Todo coincide con el equipamiento que apareció junto a los cadáveres de la Enebrá.

Los huesos están desarticulados y los objetos mezclados. Realizamos una prospección con ayuda del detector para localizar más restos. Encontramos un fragmento de cráneo, varios peines de Máuser, latas y el objeto más emocionante: una medalla de plata de San José. Está muy cerca del cadáver así que debió pertenecer al soldado caído. En algún momento la cadena de la que colgaba la medalla se rompió y su dueño se la sujetó con un imperdible. Seguramente fue el regalo de una madre, que pensaría que el santo velaría por su hijo. Igual que lo pensó el hijo, que se aferró a la medalla, talismán de guerra, amuleto protector. Como en tantos otros casos, las balas y la metralla fueron más poderosas que los santos y las oraciones de una madre.

Cerca del cadáver encontramos balas de Mosin disparadas por los republicanos y lo que parece un parapeto improvisado, con latas de atún y sardinas, cartuchos y casquillos percutidos. Compañeros de los últimos momentos de vida del soldado olvidado.




lunes, 23 de septiembre de 2013

Verdad, ¿Justicia? y Reparación: Homenaje a las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer


Según el Estatuto del Tribunal Penal Internacional la desaparición forzada podría definirse como:

Arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sea obra de agentes del Estado o de personas que actúan con la autorización y apoyo del Estado, seguida de la negativa de reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola así de la protección de la ley.


El pasado sábado 21 de septiembre celebramos en Puebla de Alcocer la reinhumación y homenaje de las víctimas de la represión franquista de esta localidad. Éste acto ha sido uno de los pasos finales de uno de los proyectos de mayor entidad que hemos desarrollado desde el PREMHEx en los últimos dos años.
Traslado de los restos por parte de familiares al Mausoleo-Memorial de las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer.
Homenaje a las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer
Como ya recogimos hace tiempo en una entrada, durante los últimos dos años hemos llevado a cabo el proyecto de localización, excavación y exhumación de las fosas comunes de represaliados del Franquismo en Puebla de Alcocer (Badajoz, Extremadura). Este proyecto desarrollado junto con la Agrupación familiar de víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer nos ha permitido hallar las fosas comunes, ubicadas en las trincheras republicanas de segunda línea del frente de Extremadura, donde se encontraban enterradas al menos 42 personas procedentes de esta localidad.

Estas trincheras, contenían enterrados 5 grupos de hombres que se corresponden con 5 sacas distintas realizadas de manera irregular y sin ningún procedimiento judicial durante el mes de mayo de 1939, una vez ya la finalizada la Guerra. Estos datos nos demuestran una vez más el carácter extrajudicial de las ejecuciones y desamparo jurídico y político que sufrieron las víctimas desde el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y que se ha prorrogado hasta la actualidad.

Además, el proceso represivo que sufrieron estos grupos de civiles, no se corresponde ni con lo que en el Registro Civil se anotó y ni con la versión oficial que la propaganda de la dictadura reflejó ya en los años 40. Esta versión oficial de la dictadura nada tiene que ver con la realidad sufrida por las víctimas, ocultada, silenciada y postergada durante 74 años.

Las ejecuciones documentadas en Puebla de Alcocer forman parte de un plan represivo sistemático y masivo contra la población civil, lo que supone una violación de los derechos humanos y de crimen contra la humanidad… crímenes que no prescriben por su carácter de crimen permanente.

Pero estas 42 personas no serían las únicas víctimas, ya que la cárcel de la localidad albergó a cientos de presos tanto procedentes del ya finalizado frente como vecinos de las localidades próximas que habían permanecido fieles a la República hasta la finalización del conflicto bélico. A ellos hay que sumar, los muertos por las pésimas condiciones de vida, las viudas, huérfanos, padres, madres, hermanos, niños desaparecidos y un larguísimo etc… que conforman la realidad de la sociedad civil de la otra mitad de la historia que no nos contaron

“Vais a envidiar a los muertos”  decían el capellán del Campo de Concentración de Castuera a los presos, centro de coerción donde fueron a parar decenas de vecinos de Puebla de Alcocer.[1]

Con el esfuerzo de tod@s, gracias a la investigación realizada en Puebla de Alcocer hoy podemos arrojar luz a nuestro pasado más reciente y podemos integrar en nuestra Historia y  Memoria Colectiva uno de los episodios más traumáticos de nuestra sociedad contemporánea. Hoy podemos gracias a ello conocer la VERDAD de los hechos.

Presentación de los resultados del proyecto de investigación de Puebla de Alcocer

Visita de los familiares a la exposición de los objetos documentados en las fosas comunes

En base a esta VERDAD hemos podido rendir homenaje a las víctimas, en un acto de REPARACIÓN moral y social….

“Abrimos vuestras fosas y cerramos nuestras heridas escribimos vuestros nombres y recuperamos nuestra memoria”[2]

… en cuanto a la JUSTICIA poco podemos decir de momento, a este respecto seguimos anclados en el 18 de Julio de 1936.



[1] Testimonio de Rafael Caraballo, expreso del Campo de Concentración de Castuera.
[2] Inscripción del Mausoleo-Memorial de las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Museo Virtual de la Guerra Civil Española


Lo normal seria que el hecho histórico más decisivo en la historia contemporánea de España tuviera su museo monográfico. Un museo estatal donde se recogiera la historia de los años terribles de la guerra, de sus orígenes y sus consecuencias. Un museo donde se hablara de los cientos de miles de asesinados, de la dictadura, de los totalitarismos, de checas y cuartelillos, de la violencia colonial, de campos de concentración y fosas comunes, de trincheras y hospitales y barrios bombardeados. Sería un museo en el que se podrían leer documentos de la época, escuchar testimonios y ver, por qué no, latas oxidadas, cartuchos y cascos. 

Ese museo no llegará en mucho tiempo. Un pais que da la espalda a miles de víctimas de crímenes contra la humanidad ("porque hay que mirar al futuro") es díficil que vaya a edificar una casa de la memoria. Como si el futuro se pudiera cimentar sobre la amnesia.

A falta de museo real, nosotros estamos construyendo uno en el ciberespacio. Un Museo Virtual de la Guerra Civil que puedes ver en nuestra  nueva página de facebook. Aquí podras encontrar dos álbumes. En Objetos verás fotografías de los materiales que encontramos en nuestras excavaciones, con una breve explicación sobre su contexto. En Campañas Arqueológicas subimos imágenes de nuestro trabajo de campo en los distintos escenarios de la guerra civil y la dictadura. 

Mientras, en los almacenes de los museos esperan los objetos tangibles del pasado a que una España democrática sea capaz de enfrentarse a su historia.