sábado, 28 de septiembre de 2013

En los parapetos del Castillo



Además de en la Enebrá, nuestras excavaciones prosiguen en las trincheras del Castillo, al lado del pueblo de Abánades. A lo largo de la última semana hemos desenterrado un buen tramo de trinchera de resistencia franquista, cuatro abrigos, conectados por la trinchera, y un parapeto aspillerado.

Los hallazgos, como casi siempre, han sido numerosos. Algunos son extraños, como una vieira; otros esperables, pero no por ello menos emocionantes, como un cargador de ametralladora Hotchkiss o una bayoneta. En conjunto, nos hablan de la vida cotidiana en esta posición avanzada y aislada del ejército franquista.


El Castillo era una posición desde la que se hostigaba continuamente al enemigo republicano con fuego de ametralladora y fusil (docenas de casquillos disparados) y morteros de 81 y 50 mm (entre esta campaña y la del 2010 hemos recuperado casi un centenar de elementos de estas armas). A cambio, los soldados franquistas estaban considerablemente a salvo. Solo dos balas impactadas y dos fragmentos de artillería indican que la posición recibiera fuego enemigo. Y es posible que sean testimonio de disparos perdidos durante la Ofensiva del Alto Tajuña, cuando en El Castillo aún no había trincheras. Además de disparar, los soldados comían, y mucho: no solo aparece una gran cantidad de latas de carne, sardinas, atún, leche condensada y otros alimentos, sino también muchos huesos de oveja o cabra, que se comían en torno a la hoguera dentro del Abrigo 2. Los soldados eran bastante aseados: un cepillo de dientes y un tubo de pasta dentífrica La Toja ("única en el mundo") dan prueba de ello.

Este año, además, descubrimos más datos de la historia antigua del cerro. Si en 2010 apareció cerámica celtibérica y medieval, este año, además, hemos encontrado un botón de un soldado de la Guerra de Independencia, de 1808.


El domingo 29 de septiembre podréis ver en directo las excavaciones y los materiales recuperados en nuestra jornada de puertas abiertas ¡No dejéis de venir!




miércoles, 25 de septiembre de 2013

Despabílate Amor

En los últimos cuatro años distintos equipos de investigación hemos trabajado intensamente de manera multidisciplinar los espacios represivos que la dictadura franquista erigió en Castuera y que determinaron, canalizaron y dirigieron la represión ejercida por el Régimen sobre la sociedad civil en la comarca de la Serena (Badajoz).

Dentro de estos espacios represivos el Campo de Concentración se estableció como el principal elemento de implantación del terror, en ese proceso de coerción y control social, ejercido sobre la población de las comarcas del entorno.

Gracias al esfuerzo realizado entre tod@s hoy podemos decir que conocemos cómo era el Campo de Concentración de Castuera, cuál era su distribución espacial, cómo vivían los presos, qué comían, etc. y también podemos apuntar cuales eran las estrategias de eliminación y ejecución de los presos.

Una de las grandes incógnitas entorno al Campo ha sido siempre saber dónde fueron a parar los cientos de presos desaparecidos, que entraron en el Campo y de los nunca más se supo.  

Tras las exhumaciones realizadas en los años 2011 y 2012  hemos podido contrastar la información de los testimonios orales y demostrar empíricamente que éstos presos eran dirigidos extrajudicialmente a las traseras del cementerio municipal de Castuera donde eran ejecutados y enterrados de manera impune.

Éste y otros aspectos son algunos de los grandes avances que hemos podido aportar en los últimos años, reflejados en múltiples entradas de este blog, y que hoy se recogen también en el documental DESPABÍLATE AMOR promovido por la Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (AMECACEC).

Gracias al trabajo desarrollado en el entorno del Campo de Concentración de Castuera hemos podido generar una gran cantidad de sinergias de conocimiento que nos han llevado a avanzar cuantitativa y cualitativamente en el conocimiento de nuestro pasado más reciente. Este documental es una clara prueba de ello.


Decía Walter Benjamín que “No existe ningún documento de cultura que no sea no sea a la vez documento de barbarie”.

Hoy os dejamos este nuevo documento de divulgación del conocimiento histórico, un documento que refleja la barbarie franquista.


martes, 24 de septiembre de 2013

Otro soldado olvidado



Llevamos dos días excavando en Abánades: un equipo trabaja en las trincheras del Castillo y otro en la Enebrá, cerca de la paridera en la que el año pasado recuperamos los cuerpos de cinco soldados del ejército franquista. Casi en superficie aparecen los restos de un sexto combatiente, otra víctima olvidada de la Batalla Olvidada. Es más que probable que sea un compañero de los muertos en la paridera. Algunos datos permiten inferirlo: llevaba cartucheras Mills, peines de Máuser alemán, un cubrecañón y zapatos con ojales metálicos. Todo coincide con el equipamiento que apareció junto a los cadáveres de la Enebrá.

Los huesos están desarticulados y los objetos mezclados. Realizamos una prospección con ayuda del detector para localizar más restos. Encontramos un fragmento de cráneo, varios peines de Máuser, latas y el objeto más emocionante: una medalla de plata de San José. Está muy cerca del cadáver así que debió pertenecer al soldado caído. En algún momento la cadena de la que colgaba la medalla se rompió y su dueño se la sujetó con un imperdible. Seguramente fue el regalo de una madre, que pensaría que el santo velaría por su hijo. Igual que lo pensó el hijo, que se aferró a la medalla, talismán de guerra, amuleto protector. Como en tantos otros casos, las balas y la metralla fueron más poderosas que los santos y las oraciones de una madre.

Cerca del cadáver encontramos balas de Mosin disparadas por los republicanos y lo que parece un parapeto improvisado, con latas de atún y sardinas, cartuchos y casquillos percutidos. Compañeros de los últimos momentos de vida del soldado olvidado.




lunes, 23 de septiembre de 2013

Verdad, ¿Justicia? y Reparación: Homenaje a las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer


Según el Estatuto del Tribunal Penal Internacional la desaparición forzada podría definirse como:

Arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sea obra de agentes del Estado o de personas que actúan con la autorización y apoyo del Estado, seguida de la negativa de reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola así de la protección de la ley.


El pasado sábado 21 de septiembre celebramos en Puebla de Alcocer la reinhumación y homenaje de las víctimas de la represión franquista de esta localidad. Éste acto ha sido uno de los pasos finales de uno de los proyectos de mayor entidad que hemos desarrollado desde el PREMHEx en los últimos dos años.
Traslado de los restos por parte de familiares al Mausoleo-Memorial de las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer.
Homenaje a las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer
Como ya recogimos hace tiempo en una entrada, durante los últimos dos años hemos llevado a cabo el proyecto de localización, excavación y exhumación de las fosas comunes de represaliados del Franquismo en Puebla de Alcocer (Badajoz, Extremadura). Este proyecto desarrollado junto con la Agrupación familiar de víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer nos ha permitido hallar las fosas comunes, ubicadas en las trincheras republicanas de segunda línea del frente de Extremadura, donde se encontraban enterradas al menos 42 personas procedentes de esta localidad.

Estas trincheras, contenían enterrados 5 grupos de hombres que se corresponden con 5 sacas distintas realizadas de manera irregular y sin ningún procedimiento judicial durante el mes de mayo de 1939, una vez ya la finalizada la Guerra. Estos datos nos demuestran una vez más el carácter extrajudicial de las ejecuciones y desamparo jurídico y político que sufrieron las víctimas desde el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y que se ha prorrogado hasta la actualidad.

Además, el proceso represivo que sufrieron estos grupos de civiles, no se corresponde ni con lo que en el Registro Civil se anotó y ni con la versión oficial que la propaganda de la dictadura reflejó ya en los años 40. Esta versión oficial de la dictadura nada tiene que ver con la realidad sufrida por las víctimas, ocultada, silenciada y postergada durante 74 años.

Las ejecuciones documentadas en Puebla de Alcocer forman parte de un plan represivo sistemático y masivo contra la población civil, lo que supone una violación de los derechos humanos y de crimen contra la humanidad… crímenes que no prescriben por su carácter de crimen permanente.

Pero estas 42 personas no serían las únicas víctimas, ya que la cárcel de la localidad albergó a cientos de presos tanto procedentes del ya finalizado frente como vecinos de las localidades próximas que habían permanecido fieles a la República hasta la finalización del conflicto bélico. A ellos hay que sumar, los muertos por las pésimas condiciones de vida, las viudas, huérfanos, padres, madres, hermanos, niños desaparecidos y un larguísimo etc… que conforman la realidad de la sociedad civil de la otra mitad de la historia que no nos contaron

“Vais a envidiar a los muertos”  decían el capellán del Campo de Concentración de Castuera a los presos, centro de coerción donde fueron a parar decenas de vecinos de Puebla de Alcocer.[1]

Con el esfuerzo de tod@s, gracias a la investigación realizada en Puebla de Alcocer hoy podemos arrojar luz a nuestro pasado más reciente y podemos integrar en nuestra Historia y  Memoria Colectiva uno de los episodios más traumáticos de nuestra sociedad contemporánea. Hoy podemos gracias a ello conocer la VERDAD de los hechos.

Presentación de los resultados del proyecto de investigación de Puebla de Alcocer

Visita de los familiares a la exposición de los objetos documentados en las fosas comunes

En base a esta VERDAD hemos podido rendir homenaje a las víctimas, en un acto de REPARACIÓN moral y social….

“Abrimos vuestras fosas y cerramos nuestras heridas escribimos vuestros nombres y recuperamos nuestra memoria”[2]

… en cuanto a la JUSTICIA poco podemos decir de momento, a este respecto seguimos anclados en el 18 de Julio de 1936.



[1] Testimonio de Rafael Caraballo, expreso del Campo de Concentración de Castuera.
[2] Inscripción del Mausoleo-Memorial de las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Museo Virtual de la Guerra Civil Española


Lo normal seria que el hecho histórico más decisivo en la historia contemporánea de España tuviera su museo monográfico. Un museo estatal donde se recogiera la historia de los años terribles de la guerra, de sus orígenes y sus consecuencias. Un museo donde se hablara de los cientos de miles de asesinados, de la dictadura, de los totalitarismos, de checas y cuartelillos, de la violencia colonial, de campos de concentración y fosas comunes, de trincheras y hospitales y barrios bombardeados. Sería un museo en el que se podrían leer documentos de la época, escuchar testimonios y ver, por qué no, latas oxidadas, cartuchos y cascos. 

Ese museo no llegará en mucho tiempo. Un pais que da la espalda a miles de víctimas de crímenes contra la humanidad ("porque hay que mirar al futuro") es díficil que vaya a edificar una casa de la memoria. Como si el futuro se pudiera cimentar sobre la amnesia.

A falta de museo real, nosotros estamos construyendo uno en el ciberespacio. Un Museo Virtual de la Guerra Civil que puedes ver en nuestra  nueva página de facebook. Aquí podras encontrar dos álbumes. En Objetos verás fotografías de los materiales que encontramos en nuestras excavaciones, con una breve explicación sobre su contexto. En Campañas Arqueológicas subimos imágenes de nuestro trabajo de campo en los distintos escenarios de la guerra civil y la dictadura. 

Mientras, en los almacenes de los museos esperan los objetos tangibles del pasado a que una España democrática sea capaz de enfrentarse a su historia.


jueves, 19 de septiembre de 2013

Asaltamos el Castillo (de nuevo)

 El Castillo - Abánades.

Tres años después de nuestra primera campaña en Abánades volvemos al comienzo: a la posición fortificada del Castillo. Aquí se atrincheraron las tropas franquistas tras la Ofensiva del Alto Tajuña (marzo-abril de 1938) y nos dejaron un impresionante conjunto de parapetos, fortines, abrigos y trincheras. En nuestra primera intervención los hallazgos fueron de primera (entre ellos, un casco italiano de la Primera Guerra Mundial). Esperamos que este año, pese a la brevedad de la campaña, los hallazgos sean igualmente llamativos. Y que nos permitan conocer mejor la vida de los soldados de Franco cuando la guerra ya estaba decidida.    

Las excavaciones se centrarán en la parte superior del cerro (Sector Oriental), donde se pueden ver dos refugios bien conservados y conectados por una trinchera, así como en el parapeto aspillerado del extremo occidental (F01 en el plano). Dependiendo del tiempo disponible, trabajaremos en otras estructuras.

 Parapeto aspillerado F01.

Os recordamos que el domingo 29 celebraremos unas jornadas de puertas abiertas, con visitas guiadas y recreación. Por supuesto, estáis invitados a visitarnos en cualquier momento a lo largo de las excavaciones.

martes, 17 de septiembre de 2013

De la ocultación de las fosas a las exhumaciones. Presentación del libro sobre los trabajos arqueológicos en Castuera


La Asociación Pro Memorial en el Cementerio de Cáceres (PROMECECA) y la Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (AMECADEC) organizan el próximo miércoles 18 de septiembre en Cáceres la presentación del libro De la ocultación de las fosas a la exhumaciones. La represión franquista en el entorno del campo  de concentración de Castuera, editado por Laura Muñoz Encinar, Xurxo Ayán Vila y Antonio D. López Rodríguez.

El libro, publicado este verano, describe los trabajos de exhumación llevados a cabo en las fosas del cementerio de Castuera, donde fueron asesinados prisioneros del vecino campo de concentración y otras víctimas de procedencia desconocida. La edición de este libro supone un hito importante en el estudio de la represión franquista en el sudoeste de España.

Las exhumaciones son al mismo tiempo una forma de recuperar la memoria de los vencidos, una denuncia de crímenes contra la humanidad y un anális científico riguroso de las estrategias de sumisión y exterminio empleadas por un régimen dictatorial. Desde este último punto de vista, es imprescindible que las investigaciones, como cualquier otra intervención arqueológica, se publiquen de la forma más rápida y completa posible. Esa ha sido la intención de los editores del libro y de la asociación (AMECADEC) que ha promovido los trabajos.

Lugar: Salón de actos, Biblioteca Pública de Cáceres, Calle Alfonso IX, 26, Cáceres.
Hora: 19:30.
Fecha: 18 de septiembre de 2013, miércoles.

Intervienen: Guillermo León Cáceres, presidente de AMECADEC e historiador; Laura Muñoz Encinar, arqueóloga; Xurxo Ayán Vila, arqueólogo. 
Modera: Juan Carlos Doncel, miembro de la Junta Directiva de PROMECECA.
Colabora: Grupo de Estudios sobre la Historia Contemporánea de Extremadura.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Un yacimiento franquista intacto

 Veo cosas maravillosas.

En un pueblo del interior de Galicia ha aparecido un yacimiento arqueológico de época franquista totalmente intacto. Incluso con un señor dentro. Para la arqueología de la dictadura es un hallazgo de dimensiones equivalentes a las de la tumba de Tutankhamon para la egiptología, solo que el desarrollo político de la civilización faraónica era mucho mayor que el del régimen de Franco. La cultura material también, como se puede observar. 

Desde este blog nos ofrecemos para excavar gratis el despacho del alcalde de Beade. El equipo lo ponemos nosotros. Solo pedimos unos trajes antirradiación para poder entrar ahí dentro y documentar la cultura material sin temor a morir de asco. 

Foto: El País

lunes, 9 de septiembre de 2013

"El derecho a la ciudad" sin símbolos fascistas

El filósofo francés Henry Lefebvre escribió a finales de los años sesenta "El derecho a la ciudad" y a comienzos de los setenta "La revolución urbana". En ellos contemplaba, por un lado, cómo en su materialidad los elementos urbanos no son neutros y cómo el urbanismo debe ser visto no meramente como un estudio de la ciudad y de sus posibilidades de desarrollo, sino como ideología e institución, representación y voluntad, presión y represión, establecimiento de un espacio represivo representado como objetivo, científico, neutro. Es decir, que el espacio urbano en el que se desarrolla nuestra práctica cotidiana está socialmente producido y, en concreto, modelado principalmente por el poder político.

Frente a ello los ciudadanos tenemos, según Lefebvre, "el derecho a la ciudad", que sería una de las formas superiores de los derechos. Ese "derecho a la ciudad" es una exigencia de belleza urbana, de confort urbano, de bienestar medioambiental, articulada con una fuerte demanda de democracia participativa, de autogestión local. En nuestra mano está otorgarle sentido político a este derecho, como puede ser luchar por el espacio público -Don Mitchell (2003) The right to the City: social justice and the fight for public space-, generar redes de democracia participativa y directa en cada barrio, o desarticular, en el caso concreto de las ciudades españolas, los paisajes, escenografías y simbolismos fascistas en los que se desarrolla nuestra vida cotidiana y que hemos heredado directamente de la dictadura, sin que medie ninguna ruptura ni relectura crítica.

Insistimos en que, como historiadores y arqueólogos, tenemos un papel privilegiado para desnaturalizar semejantes espacios, caso de toda la escenografía fascista de la plaza de Moncloa, o del Valle de los Caídos, un monumento visible desde buena parte de la Comunidad de Madrid. Y esto es precisamente lo que recientemente ha realizado el historiador Antonio Ortiz, con su estudio crítico del callejero de Madrid y que podéis leer en esta noticia del diario Público (en donde os podéis bajar el pdf con el plano y el listado de calles).

Según su estudio la ciudad de Madrid cuenta actualmente con al menos 184 calles dedicadas a personas, lugares o hechos relacionados con el régimen dictatorial de Francisco Franco. Por poner sólo un ejemplo de la indignidad que esto supone, el General Yagüe, el carnicero de Badajoz, sigue contando con una calle en el barrio de Tetuán.


 Plano y listado de calles franquistas en Madrid. 

Otra de las posibilidades de desarrollar nuestro "derecho a la ciudad" es actuar y reconvertir esos paisajes, lugares y monumentos, en espacios de la contra-memoria. Desgraciadamente, casi 40 años después de la muerte del dictador, este es un proceso apenas incipiente. Recordemos todo el reciente debate sobre la reconversión o no del Valle de los Caídos en un Museo de la Memoria, y cómo se ha abandonado el proyecto, por lo que este monumento sigue aún con toda su carga fascista intacta. Y, sobre todo, podemos recuperar, gracias a las excavaciones arqueológicas, paisajes que actúen como focos de una memoria que ha sido marginada por regímenes políticos e historiográficos. Así como levantar nuestros propios monumentos, como es el dedicado a las Brigadas Internacionales en la Ciudad Universitaria de Madrid, que sigue aguantando, pese a que un juzgado madrileño dictara hace tres meses su "ilegalidad".


 Un brigadista escocés, durante la inauguración en octubre de 2011 en la Universidad Complutense de un monumento a las Brigadas Internacionales.

Y Zamora de portero


El que sería brigadista internacional, John Murra, había hecho sus pinitos como periodista deportivo especializado en fútbol en Rumanía y Croacia, antes de su marcha a los Estados Unidos. Fue en esos años 20 y 30 cuando el fútbol se extendió por Europa y América, abandonando su feudo británico para convertirse en un fenómeno global. En España, el buen papel de la selección nacional en las Olimpiadas de Amberes y la consolidación de la Liga como competición oficial fueron factores que acrecentaron la popularidad de este deporte. En este contexto surgieron las primeras estrellas balompédicas. De entre todas ellas brilló con luz propia Ricardo Zamora. Hasta se hizo una película en 1926 con el título Por fin se casa Zamora. Tras su paso por el Barça y el Espanyol, este portero mítico fichó por el Real Madrid tras previo pago de 100.000 pta. de la época. Todo un traspaso histórico que nada tiene que envidiar al del galés Bale estos días. Con Zamora de portero el Real Madrid se hizo un hueco entre los grandes, ganando sus dos primeras ligas consecutivas (1931-1933). El club comenzaba a compartir popularidad con otros equipos con más solera como el Athletic Club de Bilbao.
La guerra civil empezó poco después de la final de Copa que ganó el Real Madrid en Mestalla. Ricardo Zamora fue perseguido y detenido por milicianos. Colaborar en el diario católico YA como hacía Zamora no era buena idea en el nuevo contexto bélico. Estuvo en la cárcel y se salvó de ser paseado gracias al buen hacer del escritor Gálvez, que sería fusilado en 1940, a pesar de haber ayudado a mucha gente de derechas. Zamora acabó refugiado en la embajada argentina y pasó el resto de la guerra en Niza. El conflicto supuso la paralización de la liga durante tres años. Con todo, el poder del opio del pueblo se mantenía incólume. Muchos testimonios orales nos remiten a las pachangas en la retaguardia y en el frente. Mi abuelo paterno recordaba con una sonrisa las palizas que les metían a los italianos en Sevilla, dentro y fuera del campo. Gerardo de Alende, excelente delantero de Cereixa, aún me habló hace poco de los partidos que vigilantes y presos rojos jugaban en un campo de concentración de Barcelona, al acabar la guerra. Siempre ganaban los presos republicanos, aunque volviesen deslomados de trabajar redimiendo penas.
En el frente del Alto Tajuña, en donde tuvo lugar la batalla olvidada, el fútbol formaba parte de la vida cotidiana. El saxofonista catalán Buenaventura Leris menciona en su meticuloso diario de guerra los partidos jugados en la retaguardia, con actuación musical incluida en los descansos. Podemos suponer que la mayoría de catalanes que allí combatían eran del Barça o del Espanyol. Uno de estos campos de fútbol republicanos se encontraba en el Barranco del Pozo. En sus inmediaciones los incasables Ismael y Domin encontraron en superficie el mechero que podéis ver en la fotografía. Un mechero de gasolina con el escudo del Real Madrid de 1920. A tenor de lo que sabemos de la evolución de la batalla olvidada, existen dos opciones: o que el mechero se le cayese a un republicano (este espacio no estuvo especialmente activo tras la ofensiva de 1938) o lo perdió un combatiente nacional en su huida ante el ataque republicano.

Queda todavía mucho por escribir sobre la relación entre fútbol y conflicto en el siglo XX. Ahí está el caso de Zamora, o la selección de Euskadi formada por futbolistas exiliados que fueron de gira durante la guerra e incluso participaron en la liga mejicana. O el extraño caso del paracaidista alemán Bernhard Trautmann que acabó siendo el portero franquicia del Manchester City en los cincuenta. O los grandes futbolistas húngaros que recalaron en la España de Franco tras la revuelta contra la URSS de 1956. O la gesta del Dinamo de Kiev que venció a una selección alemana durante la ocupación nazi de Ucrania y que fueron fusilados a posteriori. Todavía hoy, aquellos que vieron in situ aquel partido, que ya quedan pocos, ven gratis los partidos jugados en casa por el Dinamo.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Para muestra, un botón


Desfile de la Victoria en Vigo.
Abajo: soldados alemanes de la Legión Cóndor (Archivo Pacheco)

De nosotros sólo van a quedar los botones, afirma un desconfiado oficial en un diálogo de la reciente película polaca que recrea la matanza de Katyn. En las exhumaciones que hemos llevado a cabo en sitios como Castuera (Badajoz) o el frente de guerra en Abánades (Guadalajara) se constata esta afirmación. Hebillas, botones e insignias cubren los cuerpos de los soldados muertos en combate o asesinados en la retaguardia. Sin embargo, estos objetos también se documentan en otros contextos arqueológicos y nos remiten a historias relacionadas con la geopolítica y el conflicto.
En 2010 un equipo de arqueólogos dirigido por Eva Albadalejo llevó a cabo un control de obra en un inmueble situado en la calle Celso Emilio Ferreiro, al pie del castro de Vigo. En una zona del solar se dieron de bruces con el relleno de uno de los fosos del poblado fortificado, repleto de restos cerámicos del ánfora romana Haltern 70, en la que llegaba a Galicia el vino andaluz, muy del gusto de los habitantes de las Rías Baixas de entonces (aún no existía el albariño). En otra zona del espacio sondeado, en el bajo de una vieja casa, algo llamó la atención de los arqueólogos. En una tajea aparecieron cientos de botones. De entre todos ellos, uno llamó especialmente la atención por su brillo luminoso. En el botón se veía perfectamente la esvástica del Partido Nazi, con el águila sobre el globo terráqueo. En el reverso se observa un marcaje con la letra A, correspondiente a la empresa FW Assmann & Söhne, afincada en Lüdenscheid (Renania del Norte-Westfalia) y dedicada a la manufactura de medallas, condecoraciones, hebillas, golas, dagas, botones, insignias, adornos para gorras y placas para el III Reich. Gracias a la gentileza del arqueólogo Lino Gorgoso, hoy hemos tenido este pin en nuestras manos.


La Legión Cóndor fue despedida en Vigo el 24 de mayo de 1939 en loor de multitudes como lo demuestra el reportaje gráfico firmado por el fotógrafo Pacheco y por el fotógrafo del Führer, Hugo Jaeger. Posteriormente, en la II Guerra Mundial, esta ciudad gallega fue el escenario de la lucha enconada por el wólfram, del combate silencioso entre el espionaje alemán y el contraespionaje aliado y fue el puerto de llegada de los submarinos U-Boot del Tercer Reich (alguno de ellos bajo las aguas de la ría). De acuerdo con el profesor Núñez Seixas, el Abwher, a instancias del almirante Canaris, utilizaba como base operativa el Servicio de Telecomunicaciones de la Marina. Este pequeño botón es una evidencia material más de la colaboración del régimen franquista con la Alemania nazi. Para esto vale la Arqueología de Urgencia en contextos urbanos.
No sabemos si el alemán que portaba este botón era un nazi redomado o un fulano que prefería hacer el amor y no la guerra. El solar en donde se encontró este pin acogía un conocido burdel en los años 30 y 40 y se ubica en las cercanías del monumento a los caídos del bando nacional.
Fotografías de Vigoalminuto.