lunes, 10 de julio de 2017

Comienza el fregado

Fragmento de metralla con banda de forzamiento, una bala de Lebel y otra de 7 mm con su característico reventón asesino encontradas junto al cráter del Clínico.

Llevamos ya una semana excavando en las inmediaciones del Clínico, uno de los puntos clave de la Batalla de Madrid (8-23 de noviembre de 1936) y durante toda la guerra. Según avanzan las excavaciones y las prospecciones, los hallazgos directamente relacionados con la contienda se multiplican. Algunos de ellos se pueden relacionar expresamente con los combates edificio por edificio, habitación por habitación y cuerpo a cuerpo de los brutales días de noviembre. 

 Segmentos de granada de fragmentación recogidos en superficie.

Por ejemplo, varios fragmentos de granada de tonelete que han aparecido en superficie, en los paseos que cruzan el actual parque de la Virgen Blanca. Sabemos que son de ese momento porque aparecen en mitad de la zona que fue ocupada por las tropas franquistas en el asalto a la Ciudad Universitaria en noviembre del 36 y permaneció ya en manos sublevadas hasta el final de la guerra, demasiado lejos de las trincheras de primera línea como para que puedan corresponder a un golpe de mano.


Más segmentos de fragmentación, en este caso quizá correspondientes a una granada de mortero de espiga. 

También encontramos munición de pistola: una bala de 9 mm detrás de la Facultad de Odontología y un casquillo roto de 7,65 detrás de la Escuela de Ingenieros Navales. En este caso es más difícil ubicarlas cronológicamente: las líneas estaban tan cerca que las armas cortas pudieron usarse en cualquier momento de la guerra. 

Bala de 0,303 disparada por el fusil Lee Enfield, casquillo de 7,65 de pistola y una bala en mal estado, quizá de Máuser alemán.

La munición de fusil es variada: diversos modelos de 0,303, Máuser español, Máuser alemán, Mosin, Lebel... La de 0,303 podría relacionarse con la presencia de brigadistas en la Batalla de Madrid, aunque el arma permaneció en la capital y aparece en fotografías de la Ciudad Universitaria tomadas durante los inicios de 1937. La munición de Lebel es particularmente abundante, toda ella con huellas de impacto y muy probablemente disparada por republicanos. La mayor concentración de munición con diferencia hasta el momento se localiza en el entorno del gigantesco cráter de mina que todavía hoy se puede ver cerca del Clínico. Casi una veintena de balas, todas ellas visibles en superficie, que son testimonio de los combates continuados en este sector. 

Una cola de granada de mortero entre la hojarasca.


El hallazgo más sorprendente es una cola de granada de mortero Valero de 50 mm, disparado probablemente desde las trincheras republicanas una vez que se fijó el frente. Sorprende no el objeto en sí, si no el hecho de que apareciera sobre la superficie del pinar en una zona muy transitada por estudiantes y vecinos que pasean a sus perros. La cola de Valero ha esperado pacientemente durante ochenta años a que comenzáramos este proyecto.

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