Esto promete.
Para nuestra sorpresa, en el nivel de escombro, entre ladrillos y losetas hidráulicas del antiguo asilo, ya hemos encontrado un casquillo percutido de Máuser español con marcaje bien visible (Pirotécnica Sevillana, 1936).
En la superficie también menudean los hallazgos: en una zona cercana al edificio que excavamos, en mitad de uno de los caminos que cruzan el parque del Clínico, han aparecido una bala de Máuser español, una de 0,303 y un cartucho minúsculo de calibre 22. Este último corresponde seguramente al arma personal de alguno de los soldados que ocuparon la posición. El marcaje nos indica que fue fabricado por la empresa Remington, de Connecticut, EEUU (la información, como casi siempre, procedente de municion.org). Muy apropiadamente, el cartucho lo ha encontrado un estudiante estadounidense.
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