La ingrata tarea de excavar un fortín a 40 grados al sol.
Nuestras excavaciones se centran en las trincheras de primera línea en la que brigadistas, republicanos y tropas sublevadas se batieron durante varios días. El paisaje está surcado de trincheras y abrigos. El material, por ahora, no es muy abundante, lo cual es normal, porque estas posiciones se debieron usar durante poco tiempo.
Varios abrigos republicanos excavados en una ladera para evitar los impactos de artillería.
Aun así, ya hemos dado con algunas cosas interesantes. Por ejemplo, un par de granadas de mortero completas. Se trata de proyectiles del Valero de 81 mm. Aparecieron a pocas decenas de metros una de otra, lo que quizá indique que fueron disparadas en la misma tanda. Y entremedias encontramos un trozo de la cola de una tercera granada. Están tan bien conservadas que quizá con algunos cálculos trigonométricos podamos decir desde donde se dispararon. Es posible que por los franquistas contra las posiciones republicanas, pero ahora mismo aún no lo tenemos totalmente claro. Lo que sí sabemos es que la tierra de yeso blanda y pulverulenta que nos ahorra hoy tantos esfuerzos en la excavación, ahorró muchas vidas hace 77 años: muchos proyectiles de artillería se incrustaban en el suelo sin llegar a explotar.
Granada de mortero de 81 mm
Balas impactadas contra el parapeto del fortín republicano.
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