Sección de la compañía Elizalde del Batallón Araba. Tarde del 20 de febrero de 1937.
El batallón Araba, nombre que hace clara alusión al
origen de los componentes de éste, estaba bajo la disciplina del PNV y estaba
adscrito al Eusko Gudarostea con el número 2, ocupando el número 14 en el
Ejército de Euzkadi. Respecto al batallón existe mucha información disponible
gracias al extraordinario trabajo etnográfico elaborado por Koldo Azkue sobre
el frente alavés, publicado en su libro Araba,
Oi Araba!. Este libro viene a convertirse en la “biblia memorística” del
batallón Araba pues en él se recogen
numerosos testimonios de los componentes del batallón, personas que eran
entonces muy ancianas y que por causas naturales ya no pueden ofrecérnoslo.
Durante la jornada del golpe militar del 18 de julio de
1936 en el Valle de Ayala, pero sobre todo en los días posteriores, mientras una
parte importante de la población cruzaba monte a través hasta alcanzar la
ansiada “zona sublevada”, otros, especialmente los más jóvenes y de ideología
nacionalista, se afanaban en organizarse y armarse para enfrentarse a las
tropas rebeldes que desde Vitoria avanzaban. Los rebeldes en Vitoria “aguaban”
la fiesta, a pesar que ellos con esta fecha harían otra, como bien nos lo
cuenta Víctor Villanueva: “Cuando estalló la guerra, el 18 de Julio,
bajábamos nosotros de Santa Marina, de la romería de Zuaza y nos dijeron: “Sí,
sí, bajáis contentos, pero me parece que no se…” (Azkue, 2006: 105).
Mal armados, como atestigua Manuel de Ibarrola Pagazaurtundua: “no había más que cuatro fusiles Mauser que les cogimos a la Guardia
Civil, mejor dicho, nos las dieron, porque se entregó la Guardia Civil de
Laudio. (…) La gente utilizaba tubos de fontanería, les metían cartuchos de
dinamita, le daban fuego a la mecha y los tiraban por la ventana…” (Azkue,
2006: 135-136), y peor organizados, según el testimonio de Juan José Usategi Olamendi: “Entonces
no éramos tampoco activistas que tal… pero no nos dejábamos llevar por nadie.
Luego ya fuimos a Amurrio. En Amurrio empezó a formarse algo.” (Azkue,
2006: 104), los jóvenes nacionalistas y socialistas se enfrentaban a los
rebeldes. A pesar de todo, se entiende que en aquéllas circunstancias el no
tener claro qué estaba ocurriendo fue algo normal, las nuevas circunstancias
alteraban por completo la vida diaria de aquéllas personas, aunque sea en la
recogida de la patata en Araba como nos cuenta el gudari Jesús Zulueta
Bordegaray: “Matías. Que tena
fastidiado el hijo a sallarle patatas (sic). Y dice: “Que si guerra que si no
se qué, no andan los trenes, hay jaleo”. (…) Quedamos en juntarnos todos a la
tarde para sallarle el maíz.” (Azkue, 2006: 105).
Ikurriña del Batallón Araba (Fuente: Koldo Azkue).
Siguiendo con el
testimonio de Juan José Usategi,
éste explicaba que “Enseguida se empezó a
formar en Amurrio, que si Batallón que si tal, pero tardamos un poco”
(Azkue, 2006: 136). Efectivamente, entre tal y pascual, un numeroso grupo de
jóvenes nacionalistas de Amurrio y Lezama, en número de 50, acudían los
domingos y festivos del mes de agosto a Arrankudiaga para recibir instrucción
militar por Ramón de Azkue y José Dúo, instrucción que se llevó a cabo de
manera rudimentaria con palos a modo de fusil y alguna escopeta de caza, pues
carecían de fusiles, constituyendo la base de la base de nuestro futuro
batallón.
El grupo de jóvenes nacionalistas arriba mencionado
conformó a principios de septiembre la 1ª compañía, denominada Estabillo, en la finca Sagarrate de Okondo propiedad de la
familia Artiñano. Mientras el día 8 de septiembre llegaron los de Amurrio y
Lezama, al día siguiente los jóvenes de Orduña, y al otro los de Artziniega.
Después se incorporaron los de Arrakudiaga y el Alto Nervión. El jefe militar
de esta composición fue el capitán Antonio San Martín Ugalde, maestro amurriano
que tenía cierta experiencia militar pues había sido suboficial mientras
cumplía su servicio militar en Marruecos. El coadjuntor de Amurrio, Julio
Ugarte, fue el capellán de la compañía a petición del propio capitán.
Sobre la jornada del 28 de septiembre nos cuenta el gudari Ezequiel Gauna Ugarte lo siguiente: “Cuando estábamos en Okondo la Compañía Estabillo, nos llevaron a
Sodupe, andando y de allí, en tren, nos llevaron a Bilbao, a Garellano, donde
nos dieron unos fusiles nuevos llenos de grasa que tuvimos que limpiar. De
regreso, íbamos desfilando por la Gran Vía (…) Nos llevaron después al
Patronato de Iturribide donde nos dieron de comer, me acuerdo, un par de huevos
duros y pan, de eso me acuerdo.” (Azkue, 2006: 136-137). Tras volver a la
finca de Okondo algunos de ellos los trasladaron a la finca de Beotegi, junto a
Menagarai, para poder hacer sitio en el cuartel de Okondo a los nuevos
voluntarios alaveses que llegaban a enrolarse. Así según testimonio del último
“La segunda Compañía, la Aiala, se formó
con la gente que se escapaba de Vitoria y de por ahí; se escapaban por los
Huertos y por el Berretin. José Luis Arenaza, que fue de la Sección de Enlaces
y que era campeón de España del tiro al plato, se pasó por Murgia con Irala, el
padre de éste que es ahora Presidente de la BBK.” (Azkue, 2006: 167).
Continuará.
Post by Xabier Herrero Acosta (proyecto monte de San Pedro 1936-1937).
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