Paco Martín Portalo, de la Asociación de Desarrollo Local de Campillo de Llerena (Badajoz), ha sido el alma mater de la recuperación de una polémica ruina arqueológica: el cementerio italiano. Estas ruinas sirvieron de campo de juego durante décadas a niños y niñas de la localidad, acostumbrados a ver calaveras y huesos esparcidos dentro de un recinto olvidado por todos. En los últimos años surgió la pregunta: ¿qué hacer con esta materialidad? ¿Destruirlo? ¿Cambiarlo de lugar? ¿Rehabilitarlo?
Paco lo tuvo claro. La cultura de la muerte en los contextos rurales impone una losa de respeto hacia los muertos. Por otro lado, el cementerio se podía recuperar como lugar de memoria y como recurso visitable, en un momento en que está surgiendo el interés turístico por los paisajes bélicos en España. Tras lidiar con las administraciones y conseguir incluso una pequeña financiación del Ejército español, Paco consiguió recuperar, estudiar y promover este espacio. En los vaivenes del debate público sobre la memoria histórica, la noticia de este proyecto estalló en las redes sociales. Mucha gente no entendía que habiendo miles de fosas de represaliados pro el franquismo se dedicase tiempo y dinero a recuperar un cementerio fascista. Mientras el cementerio alemán de Yuste parece que no importuna a nadie, el cementerio italiano de Campillo de la Serena se presentaba en sociedad como un patrimonio incómodo y rechazado.
El cementerio fue construido en el año 1937 por la I Brigada Mixta Flechas Azules. Allí fueron enterrados 44 soldados de esta unidad, caídos en los
combates que se desarrollaron en la sierra del Argallén, a unos pocos
kilómetros. Allí yacen un total de 33 soldados españoles, nueve
italianos y dos que no fueron identificados. Cuando este frente se reactivó de nuevo, en los años 1937 y
1938, las tropas de Franco volvieron a usarlo para dar sepultura a los
soldados que cayeron en los sucesivos combates, por lo que el perímetro
tuvo que ser ampliado. En la posguerra los italianos fueron trasladados
al osario de San Antonio de Padua en Zaragoza, y otros restos al Valle
de los Caídos, pero la gran mayoría de los cuerpos permanecieron en el
lugar.
Placa conmemorativa destruida con la llegada de la democracia.
Para tener una opinión bien documentada lo mejor es conocer este espacio de primera mano, el discurso memorialístico que se repoduce en la sinaléctica del cementerio, atender a las explicaciones de Paco... En el contexto del SOPA 16 nos han brindado la posibilidad de culminar el seminario de Patrimonios del Conflicto con una visita guiada a este lugar. Un ejemplo magnífico de los retos a los que se debe enfrentar la Arqueología del Conflicto.
Algunos de los objetos recuperados en las exhumaciones del cementerio italiano
(Museo de la Guerra Civil de Campillo de Llerena).
Paco acudió en diciembre de 2014 a Vitoria-Gasteiz para participar en el I Congreso Internacional de Arqueología de la Guerra Civil española. Como nos dijo en Zalamea, en la capital vasca se reafirmó en su idea de poner en valor el patrimonio bélico de Campillo de Llerena. Un nuevo fruto de su trabajo, junto con la arqueóloga e intérprete del patrimonio Carmen Pérez Maestro, es la inauguración de un pequeño museo sobre la guerra civil española, en el que se exponen restos recuperados en la exhumación de soldados del cementerio italiano, en la excavación de una posición republicana del frente en la zona, así como objetos cedidos por los vecinos y vecinas del pueblo. Campillo de la Serena fue una base de retaguardia del ejército franquista y allí vivieron soldados y mandos italianos. El museo se completa con una réplica de una trinchera y un nido de ametralladora.
Os invitamos a conocer Campillo de Llerena así como el frente de guerra de La Serena, actualmente en fase de estudio.
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