Tumba de I. Hidalgo de Cisneros en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria-Gasteiz.
La ciencia siempre ha sido una
herramienta al servicio del poder. Como ocurrió con todas las potencias
coloniales en África, España también envió diferentes Misiones con el objetivo
claro de conocer el territorio a explotar. A este respecto. la realización de
detallados planos por Brigadas
Cartográficas era una herramienta colonial básica, en la que se señalaban
los puntos estratégicos, las vías de comunicación tradicionales, los recursos
mineros e incluso los yacimientos arqueológicos. Por otro lado, estas exploraciones
se acompañaban de prolijas descripciones etnográficas de las poblaciones
locales. Previendo la colonización posterior, a principios del siglo XX el
gobierno francés financió la Mision
Scientifique du Maroc, con vistas a un mejor conocimiento del amplio
territorio en el que se iba a implantar el Protectorado galo sobre Marruecos.
En abril de 1919 se creó la Junta
Superior de Monumentos Históricos y Artísticos de Marruecos, desde la que se
llevó a cabo una primera iniciativa de carácter patrimonial dentro del
Protectorado español de Marruecos: la exploración arqueológica del valle de
Tetuán, a cargo del explorador César Luis de Montalbán y Mazas, un hombre que
había realizado viajes por Asia y América desde los últimos años del siglo XIX.
Esta expedición tuvo lugar en 1921 y 1922 y conllevó la excavación de la
antigua ciudad de Tamuda en Suiar. A
este respecto, la escalada militar del momento constituyó un excelente acicate
para el saber al servicio del proyecto colonial. La misma incorporación de la
aviación al Ejército fue un aspecto clave para la toma de fotografías aéreas y
la elaboración de las primeras cartografías de zonas a las que apenas habían
accedido las tropas españolas. El vitoriano Ignacio Hidalgo de Cisneros (jefe de la
aviación republicana durante la guerra civil) detalla en sus memorias las
misiones cartográficas por él efectuadas tanto en el Rif como en los enclaves
costeros españoles en el Sahara occidental, de la mano ni más ni menos que de
Saint-Exupéry.
Exaltación de la Italia fascista en la prensa local vitoriana durante la guerra civil (en Marín et al. 2015).
Militares, topógrafos,
cartógrafos, ingenieros, artistas, geólogos y pseudoarqueólogos contribuyeron a
un mejor conocimiento de la realidad geográfica del territorio del
Protectorado. Como en el caso de la selva centroafricana (estudiado bien en su
tesis por nuestro compañero Manuel Sánchez-Elipe), el Rif montañoso fue
objetivado como una entidad cuyos mecanismos de funcionamiento había que
desvelar con el propósito de controlarlo, dominarlo y, finalmente, extraerle su
rendimiento material, ya fuese la formación de colecciones arqueológicas en
museos o la explotación minera de la plata, el plomo y el hierro.
La topografía, la cartografía,
fueron unas herramientas fundamentales en el control colonial del Norte de
Marruecos… y también lo serían en la guerra civil española. Los militares africanistas sublevados
contaban con mapas detallados de la colonia, pero no del país al que intentaban
salvar. Toda la información
cartográfica almacenada en Madrid quedó en manos del Gobierno de la República.
El hándicap era grande. Bien conocida es la anécdota de los envalentonados
italianos que se lanzaron por Guadalajara de la mano de… la guía Michelin. Este
fracaso puso de manifiesto la necesidad de elaborar mapas topográficos de
detalle, y a ello se pusieron con ahínco los italianos en su guerra fascista (sensu Javier Rodrigo) en España.
En el monte de San Pedro encontramos evidencias materiales de esta amistad (en Marín et al. 2015)
Gracias al saber topográfico de
José y Álvaro (Laboratorio de Documentación Geométrica del Patrimonio, UPV/EHU)
nos enteramos en el monte de San Pedro que el centro topográfico
italiano se estableció precisamente en Vitoria-Gasteiz, en
la antigua escuela de Dibujo (después conservatorio) del Campillo, en el
casco medieval. En la campaña de Bizkaia se hizo apremiante la mejora de la
cartografía usada por los sublevados. A finales de mayo de 1937, justo cuando
se ocupa el monte de San Pedro, llega a Vitoria la Sezione Topocartografica,
enviada desde el Istituto Geografico Militare de Florencia. La cercanía de las
industrias guipuzcoanas de papel y la existencia en la capital alavesa de la casa Fournier de artes
gráficas fueron fundamentales en esta decisión. Al mando, el mayor Pietro
Dosola, quien ya había sido jefe de los cartógrafos italianos en Libia. En Vitoria aplicaron la misma metodología que ya habían practicado en Somalia y Abisinia. En la
antigua escuela de Dibujo del Campillo se procesaron los planos que serían
fundamentales en la campaña de Santander y Asturias, así como en la ruptura del
frente de Aragón.
El material cartográfico italiano
fue aprovechado después por el Estado Mayor alemán entre 1940-1945 para formar
la Deutsche Heereskarte. Spanien 1.50.000.
Finalmente acabarían siendo reutilizadas por el Army Map Service de los USA
para compilar la primera edición de su colección Spain 1:50.000. Series M781-M788.
La Guerra Fría se servía en
cartografía fascista.
Antigua escuela de Dibujo en el cantón de San Francisco Javier en Vitoria-Gasteiz,
sede de los cartógrafos italianos entre 1937-1939.
Referencia
L. Urteaga, F. Nadal y J. I. Muro.
2002. "La cartografía del Corpo de Truppe Volontarie, 1937-1939". Hispania, 210: 283-298.
Las fotografías de los recortes de prensa forman parte de la magnífica exposición Vanguardias Peligrosas. La Alemania nazi y la Italia fascista en Vitoria (1936-1939), de la autoría de Guillermo Marín, Virginia López Maturana y Xabier Sagasta y organizada por la Fundación Sancho el Sabio en la Sala Araba de Vitoria-Gasteiz (18-XI-2015 a 9-XII-2015).
P. S. Cartografías silenciadas es el título de una exposición fotográfica sobre espacios de la represión franquista, de la artista Ana Teresa Ortega.
Las fotografías de los recortes de prensa forman parte de la magnífica exposición Vanguardias Peligrosas. La Alemania nazi y la Italia fascista en Vitoria (1936-1939), de la autoría de Guillermo Marín, Virginia López Maturana y Xabier Sagasta y organizada por la Fundación Sancho el Sabio en la Sala Araba de Vitoria-Gasteiz (18-XI-2015 a 9-XII-2015).
P. S. Cartografías silenciadas es el título de una exposición fotográfica sobre espacios de la represión franquista, de la artista Ana Teresa Ortega.
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