"En La Fatarella no queda nadie. Ni un alma. Primero, se fueron los que formaban parte del bloque de derechas, para salvar el pellejo. Luego, se tuvieron que marchar los de izquierdas, para que nos les mataran los radicales de la FAI. Luego, los de la FAI, para que nos les mataran los de Líster. Después, los amigos de Líster, para que no les mataran los franquistas. Por último, los franquistas, para que no les cogiera el Ejército del Ebro. Ya no puede quedar nadie en La Fatarella, donde los hombres de la 35 División del Ejército del Ebro iniciaron su aventura".
Jorge M. Reverte: La Batalla del Ebro, Crítica, Barcelona, 2006, p. 658.
No hay comentarios:
Publicar un comentario