El monte de San Pedro [Google Earth]
Al hecho de que los y las que nos dedicamos a la arqueología
de la guerra civil tenemos que lidiar con contextos conflictivos, cabe añadir
una segunda cuestión no menos importante: salvo en contadísimas ocasiones,
estos restos no tienen ninguna protección legal, porque oficialmente no son
considerados patrimonio. El caso del campo de concentración de Castuera
(Badajoz, Extremadura), declarado BIC, es una excepción a la regla. En la inmensa mayoría de casos, los gobiernos autonómicos no exigen
presentar un proyecto arqueológico para intervenir en escenarios de la guerra
civil. Este vacío legal incide y mucho en la percepción colectiva de los restos
del conflicto. La propia Guardia Civil opta siempre por la destrucción (no sólo
desactivación) de artefactos por su nulo
valor patrimonial. Así mismo, cualquier propietario que tenga un búnker en
un terreno de su propiedad puede dinamitarlo sin ningún tipo de problema, ya
que no está cometiendo ningún delito.
Cabe recordar que los restos de la guerra civil que han
llegado hasta nosotros lo han hecho de manera casi milagrosa. Como en el caso
de las estructuras de hormigón del frente de Araba, durante la dura postguerra
fueron amortizados tanto elementos constructivos, como objetos metálicos abandonados
en las posiciones, metralla y munición. Así mismo, la construcción de
infraestructuras y embalses durante el franquismo se ha llevado por delante
amplios espacios que formaban parte del paisaje bélico de 1936-1937. Dentro de
este contexto general, los restos del monte de San Pedro y su entorno se han
preservado a pesar de repoblaciones forestales, apertura de pistas y tareas
agrícolas en las campas adyacentes.
Primera línea de frente en los Roturos de San Pedro.
Sin embargo, cabe reseñar la principal afección que está
sufriendo este tipo de yacimientos arqueológicos recientes en los últimos años,
vinculada al proceso de patrimonialización desatado desde la propia sociedad
civil. Aficcionados y colectivos sí consideran estos restos como
patrimonio histórico. Este fenómeno se ha desarrollado de manera notable en
Euskadi, sobre todo en la zona de Bizkaia. Cada primavera se conmemora la ofensiva franquista en distintas
localidades (Ugao-Miraballes, Durango, Amorebieta, Galdakao, Berango, Elgeta en
Gipuzkoa...) se rinde homenaje a las víctimas de los bombardeos fascistas, se
organizan Semanas Históricas, recreaciones y visitas a los escenarios de la
guerra (tramos del Cinturón de Hierro, campos de batalla, etc…). Este
interesante proceso ha conllevado a su vez la acción sistemática sobre estos
sitios de aficcionados a la militaria, detectoristas que nutren sus colecciones
particulares con los hallazgos efectuados en los escenarios de la guerra civil.
El impacto de esta actividad no regulada (pero legal) es tremendo sobre
los restos materiales del conflicto. En nuestra última visita de campo a varias
cotas del frente de Araba hemos podido comprobar la escala de este tipo de
actuaciones que destruyen el registro arqueológico para siempre.
Reciente remoción de tierras en un tramo de trinchera del monte de San Pedro.
Creemos, por tanto, que este proyecto arqueológico es una
buena oportunidad para revertir esta situación y abrir vías de colaboración
entre científicos, asociaciones y aficcionados, un camino que puede dar
resultados, como hemos podido comprobar en otros contextos (Alto Tajuña,
Guadalajara o Belchite, Zaragoza).
Un estudio arqueológico integral del paisaje bélico del
monte de San Pedro es la mejor garantía para generar un registro riguroso,
generar conocimiento científico y sentar las bases para la correcta
preservación y puesta en valor de unos restos que son patrimonio público, de
todos.
3 comentarios:
Para nada de acuerdo Xurxo con tu afirmación de que las conmemoraciones que hacemos en los municipios que citas, tengan una relación causa-efecto con los expolios furtivos de los coleccionistas de militaria. El mismo efecto llamada lo podríais haber causado vosotros con la divulgación de este proyecto, o la Asociación Aztarna promotora del mismo cuando ha realizado marchas divulgativas por la zona, pero hacerlo así, resultaría igual de injusto para vosotros.Precisamente,creo modestamente que hemos conseguido lo contrario, ahuyentar al menos a algunos, incluso físicamente en alguna ocasión no muy agradable.
El coleccinismo incontrolado existe desde hace décadas y seguirá existiendo desgraciadamente a pesar de proyectos como el vuestro....no podemos poner un guarda en cada trinchera.
Un abrazo y mucha suerte.
Ritxi Zárate.
Asociación Burdin Hesia Ugaon.
Asociación de recreación histórica Frentes de Euzkadi.
De acuerdo. Rectifico "ha conllevado". En todo caso no acabo de ver en mi texto esa causa efecto. Si alguien lucha por buscar puntos de encuentro ése soy yo. Siguiendo con el tema en un par de días traeremos aquí lo que nos encontramos en el monte de San Pedro cada vez que vamos. Una pena. Todo el mundo exige repeto y no se respeta nada. Es cansino llevar dos años detrás de este proyecto para que vengan unos tipos y hagan agujeros antes de que "se prohiba y lleguen los cabrones de los arqueólogos". Eso si que es una causa efecto en la mente de estos tipos. La pregunta es: nosotros tenemos que pedir hasta cuatro permisos para llevar a cabo una excavación cientifica y estos tipos realizan excavaciones furtivas sin pedir permiso a nadie y con total impunidad. ¿Es esto justo?
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