El solar que ocupó el campo de concentración de Castuera impresiona. Una tormena de arena cubre la mina de la Gamonita y los restos de los barracones del campo. Nos recibe un asustado rebaño de ovejas, nuestro mejor aliado para llevar a cabo una prospección de cobertura total de la superfice. Contamos con un batallón de cazadores de memoria, los voluntarios de la
Asociación Memorial del campo de concentración de Castuera, los verdaderos protagonistas de este proyecto. El trabajo diario de las ovejas ha dejado el campo en condiciones óptimas para registrar elementos de cultura material que nos aporten información sobre la vida cotidiana en el campo.
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