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Desde el viernes pasado un equipo de topógrafos nos colamos en el proyecto para cartografiar dos de las trincheras de las que se tiene intención de excavar. Con muchas ganas, material de topografía casero y una estación total prestada por unos buenos amigos nos dispusimos a echar una mano en el apasionante mundo de conocer el pasado.
Durante los dos primeros días trabajamos en la más cercana de la facultad de Geografía e Historia, donde el terreno no mostraba gran dificultad; una suave colina donde Alfredo y Carlos nos contaron que aquello era una trinchera. Mi idea de trinchera se desvaneció completamente, para alguien foráneo en estos asuntos siempre se imagina cosas más espectaculares. Al comenzar con el trabajo nos invitaron a dar una improvisada charla a los alumnos de 4º sobre lo que hace un topógrafo, el uso de la estación total, etc. Pese a no tener nada preparado, la cosa no fue mal del todo y la gente se mostró bastante interesada en el tema; hay que practicar más la oratoria. Para el lunes el levantamiento de esta trinchera estaba terminado, comimos a la hora en que los topógrafos comen, que viene siendo sobre las 5 de la tarde y fuimos a explorar la siguiente trinchera acompañados de Falqui, aquí la cosa cambiaba.
Esto sí que era lo que me imaginaba; grandes montículos de tierra, pasillos por donde sólo se asoma la cabeza, refugios cavados sobre la colina, la trinchera se adivinaba de forma más rápida que la anterior. Pese a ser de apariencia más difícil para cartografiar, el trabajo fue bastante más rápido, y en algo menos de un día el trabajo estaba terminado, eso sí, la hora de comida de los topógrafos es sagrada. La única dificultad que se notó fue el penoso estado de basura en la que se encontraba y alguna que otra rata gigante salió a nuestro encuentro. Nada que no hayáis visto antes prospectando por la Ciudad Universitaria.
1 comentario:
!!Viva Eppaña!!
y !!Viva Falqui!!
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