Excavando una trinchera en la Casa de Vacas, Madrid
Cuando empezamos a excavar trincheras de la Guerra Civil hace ya ocho años, llegamos a la conclusión de que era difícil. Más difícil que excavar una villa romana o un poblado de la Edad del Hierro. Y no porque tengan estratigrafías complejas (aunque las de la Ciudad Universitaria se las traen en este sentido), sino porque son una arquitectura negativa -es decir hoyos y zanjas- y de vida muy breve. Esto significa que el material que colmata las trincheras y el material de las paredes es, con frecuencia, extremadamente difícil de distinguir.
Mientras encontramos objetos, sabemos que no hemos llegado al límite de la trinchera? El problema es cuándo estos dejan de aparecer ¿Nos hemos comido la pared? ¿Paramos ya? Es necesario estar atentos a pequeños cambios en la compactación, color y textura de los sedimentos. Como se puede ver en la imagen de abajo:
La pared de la trinchera está a la izquierda: es de color más claro y es más compacta que el relleno (en el que se observa un casquillo de Mosin). En este caso, además, la granulometría del relleno es más heterogénea que la del sustrato geológico. Es decir, los granos de arena son de tamaños diferentes.
Las mismas dudas nos acechan cuando se trata de encontrar el suelo de la trinchera. En ocasiones no hay mucho problema, porque está bien compactado. En el caso de la trinchera de la Casa de Campo en algunos sitios se rebajó un nivel geológico de arena blanca, que nos permite diferenciarlo el relleno del suelo con relativa facilidad.
Suelo de la trinchera de Casa de Vacas, con un echado de tierra blanquecina
Normalmente la llegada del suelo, tanto en una estructura militar moderna como en una casa prehistórica, viene marcada por el material en cero grados de buzamiento. Es decir, dispuesto en horizontal. Como se puede observar en estas fotos:
Caja de munición, dos guías de Mosin y una de Máuser sobre el suelo de la trinchera de Casa de Vacas
Guías de peine, cartuchos y casquillos cerca del nivel de suelo en la trinchera de Casa de Vacas
A veces para orientarnos cortamos las estructuras en dos y dejamos un perfil estratigráfico que nos permite orientarnos. Una vez que localizamos las paredes registramos el corte y abrimos toda la estructura -más rápido esta vez porque ya sabemos dónde tenemos que pararnos.
Abrigo excavado a la mitad para observar la estratigrafía (izquierda)
No obstante, la identificación de la caja de una trinchera o un abrigo es casi siempre una tarea laboriosa y que requiere considerable reflexión. Es también un excelente entrenamiento para excavar otro tipo de estructuras. Especialmente, aunque parezca paradójico, de época prehistórica.
1 comentario:
Fascinating work I can relate to given my own work on our American civil war.....do these trenches have a"firing step" on the side facing the enemy? May I suggest a hand held mag susceptibility meter (like a Barrington) as an assist in stratighaphic interpretation?
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