Ubicación de Repil en el ayuntamiento de Monforte de Lemos (Lugo).
Al
amanecer del 20 de abril de 1949 efectivos de la Guardia Civil procedentes de
Ponferrada y de Monforte de Lemos, con más de una docena de oficiales
acompañados del correspondiente número de subalternos, rodearon las dos casas
de Repil y O Pericallo e incluso movilizaron morteros emplazados en vagones
sobre la vía del tren. En la vecina casa de O Pericallo se encontraban Rocesvinto, su novia María Luisa Centeno
y los dueños de la vivienda, dos hermanos, enlaces de la guerrilla (Ramón y
María López Casanova), mientras que en la casa de Repil (casa do Facha) se
hallaban reunidos Guillermo Morán, O
Porreto, O Guardiña, Saúl y Segura. La estrategia de la Guardia
Civil consistió en atacar primero la vivienda en que se hallaba Rocesvinto para obligar a los compañeros
de la otra casa a acudir en su ayuda. Al iniciarse el tiroteo y la quema de la
casa (se emplearon morteros, gasolina y bombas de mano), éstos intentaron
cruzar la carretera para parapetarse y atacar a los guardias por la
retaguardia. Sin embargo, un nido de fusiles ametralladores apostados en una
finca plantada de centeno los estaban esperando; únicamente se salvaron Saúl y
Fermín Segura, éste último con la
mandíbula destrozada por un disparo.
Placa en homenaje a los guerrilleros abatidos en Repil.
Cementerio de Monforte de Lemos (2006).
Por
su parte, Rocesvinto, tras haber sido
atacada la vivienda con lanzagranadas que causaron la muerte de los hermanos
Casanova, intentó una salida desesperada hiriendo a su novia que había sido
apresada por la Guardia Civil. Finalmente se suicidó en un maizal cercano. El combate
duró dos horas y media, y en él participaron 150 guardias civiles de los que
resultaron heridos seis que fueron evacuados a Monforte de Lemos. La batalla
de Repil fue recogida en la prensa oficial, en los medios de la
resistencia, así como en las posteriores memorias publicadas de guerrilleros y
guardias civiles, lo que explica su carácter de hito en la historia de la
guerrilla antifranquista en Galicia. Por otro lado, dio lugar al
desmantelamiento casi definitivo de la resistencia en esta zona del SE de Lugo,
con una amplia secuela de represalias y detenciones.
Fotografía aérea de las ruinas de la Casa do Facha o de Amaro.
Por todo ello, el combate de Repil ejemplifica
perfectamente la última fase de la guerrilla, caracterizada por los siguientes
procesos:
- Paulatina penetración de los servicios de información de las fuerzas represivas en la extensa red de enlaces y simpatizantes de los guerrilleros. Esta circunstancia incrementó el número de delaciones incluso en aquellas zonas que como Chavaga y parroquias limítrofes contaban con apoyo popular.
- La insuficiencia de la ayuda externa, y la inferioridad en armas y munición obligó a cometer con excesiva frecuencia golpes económicos que provocaban hastío en la población y corroboraban la propaganda oficial que los veía como atracadores.
- La acción de las contrapartidas y las brigadillas desprestigiaban a la guerrilla e incrementaban el peligro de infiltrados al servicio de la Guardia Civil, como el comandante Félix que acabó con lo que quedaba de la IIª Agrupación en Remesar (Bóveda) el 22 de junio de 1949 y desencadenó una redada masiva que acabó con la red de enlaces en el triángulo Bóveda, Pobra de Brollón-Monforte.
Hasta
aquí la historia de la batalla de Repil, un hecho recuperado por la
historiografía y por la prensa en época reciente en el marco del boom de estudios
sobre la guerra civil y la posguerra en Galicia. Al margen de este discurso
político e historiográfico, la batalla de Repil sigue siendo un hecho grabado a
fuego en la memoria colectiva, en el recuerdo de la comunidad local. Únicamente
ese recuerdo testimonia la existencia de una lucha contra el franquismo en esta
zona rural de Galicia, de una resistencia que es tangible, comprobable
materialmente.
Estado de las ruinas en 2007. Por esta puerta escapó el guerrillero Fermín Lada Segura.
Los
vencedores se encargaron de construir un paisaje presente, durante la lucha y a
posteriori, en el que los cadáveres de los vencidos no tenían ni derecho a
descansar dentro de las tapias del cementerio. Es nuestra intención recuperar
mediante la arqueología ese paisaje ausente de la guerrilla, acercarnos a la
materialidad de un proceso traumático que se manifiesta en objetos, espacios y
arquitecturas que, como Repil, no son meras ruinas arqueológicas, sino lugares
de memoria.
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