Estos días los medios de comunicación anuncian con cierta perplejidad la noticia de que la Real Academia de la Historia ha publicado un diccionario biográfico en el que se recogen opiniones algo rancias sobre algunos protagonistas de la historia reciente de España.
Se entiende la indignación -dado que la obra le ha costado al erario público 6,4 millones de euros y la calidad es dudosa. Pero no la sorpresa. La sorpresa habría sido lo contrario, que la RAH nos hubiera ofrecido una obra histórica de primera fila y con una perspectiva crítica.
Con honrosas excepciones, los señores académicos no son, precisamente, los historiadores más notables de España. De muchos de ellos es difícil citar un libro conocido o influyente (aunque habría que hacer excepción de Emblemas heráldicos en el arte medieval navarro y La Gaceta de Madrid y el Mercurio Histórico y Político, 1755-1781 que deberían ser de lectura obligatoria para cualquier persona mínimamente culta).
Sin embargo, hay que reconocer que los académicos de número están sobrados de méritos: entre los miembros de la RAH contamos con un par de marqueses, un duque (que es además comandante de infantería de marina), un obispo ultranconservador, un embajador, un eurodiputado del PP, un ex-Secretario de Estado del PP, el presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos, la presidenta de Unidad Editorial (que publica el diario El Mundo) y varios galardonados con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y condecoraciones similares, las cuales deben ser muy importantes en algún lado, pero no, desde luego, en el mundo de la investigación.
En realidad, como cosa pintoresca está bien, pero el panorama está un pelín escorado hacia la derecha. Yo propondría que nombren académicos a algún dirigente de la CNT, a una activista del colectivo de gays y lesbianas o al jefe de una logia masónica (no hace falta que hayan publicado nada de historia, ahí está el Reverendísimo Monseñor Antonio Cañizares). Con esto se lograría reflejar la diversidad de la sociedad española y contribuir, de paso, a la multivocalidad que tanto se echa en falta en el diccionario biográfico.
En realidad a los académicos de la RAH no les costaría nada reconocer que están orgullosos de ser de derechas. Así no le darían sustos a la gente.
En todo caso, para quien tenga dudas, aquí está la lista de académicos. Valoren sus biografías imparcial y objetivamente (es decir, no como hacen ellos con los personajes históricos):
http://www.rah.es/laAcademia/academicos/academicosNumerarios.htm
2 comentarios:
Si quieres haz una entrada con todos los organísmos en los que la izquierda da una visión interesada de la contienda financiada con dinero público, te va a llevar MESES.
Me gusta vuestra página, pero ya que os considerais investigadores en plan "pofesional" intentad ser imparciales.
sumeraNinguno con esa 'pasta'.
Con ese dinero se podian haber hecho un sinfin de investigaciones útiles y de verdad como las que se publican este blog.
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