miércoles, 24 de diciembre de 2008

Excavar trincheras de la Guerra Civil es arqueología

Las herramientas del (re)excavador de trincheras. Fotografía de Ricardo Castellano.

Por decisión popular: el 91% de las 247 personas que han tenido a bien participar en nuestra encuesta ha considerado que nuestro trabajo no sólo es arqueológico, sino además interesante. En realidad, comparado con algunos temas que se están explorando recientemente desde un punto de vista arqueológico (como las huelgas de mineros de la era Thatcher en el Reino Unido), los campos de batalla de la Guerra Civil son casi protohistoria.

domingo, 21 de diciembre de 2008

El botín de los vencidos

Nuestra trinchera en la edición digital de El País

Ese es el título de la noticia de El País donde se habla de las vivencias del Batallón Alpino y de nuestro proyecto arqueológico en la Ciudad Universitaria. El nexo entre ambos: la extraordinaria experiencia bélica de Cristóbal Hidalgo, veterano del frente de Madrid y de la Sierra. Puedes leer el reportaje aquí.
Por cierto, al contrario de lo que figura en el periódico no le hemos pedido al Ayuntamiento de Madrid que convierta la trinchera excavada en una ruta-museo, pero nos encantría que tuviera en cuenta la idea.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Latas

Los descubrimientos no se hacen sólo en el campo, también en el laboratorio. Comenzamos ahora la ingrata labor de limpiar, siglar y catalogar los objetos recuperados en la excavación. Esto nos permite, a veces, advertir detalles que nos habían pasado desapercibidos en el momento del hallazgo. Por ejemplo, en la lata que aparece en la primera imagen y que localizamos en el Abrigo 1 se pueden identificar restos de letras estampadas. Concretamente se lee: ".... de sardinas". Las sardinas en lata fueron uno de los alimentos básicos de los soldados de ambos bandos durante la guerra. En la siguiente imagen tenemos una lata procedente del Abrigo 3 a la que se practicó un agujero en el lateral para extraer líquido. Finalmente, la tercera fotografía se corresponde con un artefacto no identificado. Parece una lata pero es poco profundo. Semeja una especie de escudilla metálica. Lo encontramos justo encima de la hoguera excavada en el Abrigo 3, como si se hubiera empleado para cocinar o calentar alimentos. Se admiten interpretaciones.

No cerramos por vacaciones

Aunque el trabajo de campo en la trinchera terminó hace algunas semanas aún seguimos recibiendo visitas de grupos que están interesados por nuestro trabajo. Hoy hemos podido compartir nuestra experiencia con un grupo de alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato del Colegio Santa Cristina de Madrid. Desde aquí queremos darles las gracias por la atención prestada.


El grupo de estudiantes atiende con interés a las explicaciones de un servidor


Esta nueva excursión a la trinchera nos ha permitido comprobar que nuestro trabajo en la zona no ha supuesto la interrupción de otra de las múltiples actividades que se desarrollan en la trinchera, sino que solamente ha significado una breve pausa. Afortunadamente nos han respetado los testigos. La historia sigue... y las deposiciones, también.

Usos amorosos del Abrigo 1: preservativo, funda y pañuelo de papel. Esto también es cultura material

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Barógrafo II

Viejos álbumes de fotos, cámaras de vídeo, portátiles, flashes de El País, más cafés. Este martes algunos miembros del proyecto volvimos a colarnos en los encuentros de El Barógrafo, local de la calle Príncipe en Madrid, donde desde hace más de 15 años se viene reuniendo un grupo de veteranos de la guerra civil que formaron parte del Batallón Alpino, en el frente de Guadarrama. Nuestro objetivo es conocer la forma de vida en las trincheras, en los frentes “estabilizados” donde los soldados-milicianos, tras detener la primera gran ofensiva de Franco sobre Madrid, aprendieron a vivir durante años dentro de zanjas y chozos, detrás de parapetos o en estrechos refugios. Enrique a través de bromas y poemas, Píter y Jesús con su sucesión de anécdotas perfectamente hiladas, Adolfo enseñando sus extraordinarios dibujos de la época, los demás con el silencio y sus miradas: todos ellos responden pacientemente a nuestras preguntas. Cristóbal H. prosigue su relato de su vivencia de la batalla de Madrid en el sector de Puerta de Hierro, zona seccionada por nuestra trinchera, donde entró en combate antes de su ingreso en el batallón de esquiadores. Su retrospección acerca de la vida cotidiana en la Columna del Comandante Sabio o 5ª Brigada Mixta, tiene para nosotros un valor inmenso. Después, sus recuerdos y olvidos se mezclan con los de sus compañeros y con los de todos aquellos que tras la guerra sufrieron la represión de los vencedores.
Al final, esta experiencia nuestra frente a las fuentes orales nos permite conocer los vínculos o escisiones entre cotidianeidad y política y nos obliga a abordar metodológicamente el testimonio como fuente de memoria colectiva e individual. Como si el recuerdo se tratara de un hallazgo arqueológico en la estratigrafía de la memoria.

Esto no se acaba aquí...

El domingo nuestra trinchera volvió a convertirse en un lugar público para la reflexión sobre la Guerra Civil Española: esta vez acompañamos a los socios del GEFREMA, Grupo de Estudios del Frente de Madrid, a hacer un recorrido por el frente de Ciudad Universitaria. Con una larga experiencia en recorridos por las rutas de la guerra en Madrid, los miembros del GEFREMA nos guiaron desde las paredes baleadas de Medicina y Farmacia, pasando por el muro agujereados de Periodismo, hasta la trinchera excavada en Puerta de Hierro. Allí pudimos compartir nuestros intereses e inquietudes surgidas de este proyecto con Jacinto Arévalo, José Ignacio Fernández, Antonio Quintana, J. Antonio González Cárceles y muchos otros.

Y de una cita van surgiendo otras: el jueves a la 13h se inaugura en el Conde Duque la interesante exposición, comisariada precisamente por J. Antonio González:
La Facultad de Filosofía y Letras en la Segunda República. Arquitectura y Universidad durante los años 30.
Podéis encontrar información en este enlace

jueves, 11 de diciembre de 2008

Merendar etnoarqueología en un café de Madrid

Fuerzas alpinas en reconocimiento en la Sierra de Guadarrama. 8 de febrero de 1938. Archivo Rojo

No todos los arqueólogos tienen la suerte de poder comprobar la validez de sus conjeturas sobre la cultura material con personas que han dado uso a los mismos artefactos que nosotros estudiamos. Esta semana pudimos ejercer ese privilegio en un bar del centro de Madrid, como aquel en que quería tomar café Mola. Allí nos reunimos, por generosa mediación de Jacinto Arévalo, miembro de GEFREMA y referente de la arqueología de la Guerra Civil en Madrid con un grupo de señores que tomaban su habitual merienda. La brigada de uno de ellos, C. H., manejaba, en la misma zona de la trinchera que excavamos, una Hotchkiss que disparaba las mismas balas que nos hemos encontrado en nuestra excavación. Después del duro invierno de 1936 en la Ciudad Universitaria, fue a parar al Batallón Alpino, con el resto de los señores que tomaron café con nosotros. El Batallón Alpino recorrió durante la guerra las delicadas zonas de la sierra de Madrid vigilando al enemigo y combatiendo en algunas acciones señeras. Combatían el frío con la energía que da la juventud y botas reforzadas que hemos de comparar con las que hemos documentado en la trinchera.

La Sierra de Guadarrama, donde luchó el Batallón Alpino, tal y como se vesde la trinchera que excavamos en la Ciudad Universitaria

Entre cafés y llamadas de teléfonos móviles de las señoras, los amigos, etc. siguió desparramándose la información que hemos documentado cuidadosamente en audio y vídeo. Nuestros interlocutores nos hablaron con naturalidad, huyendo de la épica y “a título de anécdota”. Estas "anécdotas" son para nosotros tan valiosas como las botas del sedimento de la trinchera, pues en ellas ha quedado atrapado, además de su contenido inmediato, parte del mismo contexto que pretendemos reconstruir. A veces han resistido el paso del tiempo gracias a que se contaron una y otra vez en forma de diálogo, como en un chiste. Un compañero de J. lloraba una de las pocas veces que pudieron comer un filete en los helados altos de la sierra. -Pero ¿Por qué lloras, infeliz?-

-¡Porque ya no puedo comer más!

Patrulla en servicio de observación en la sierra. 8 de febrero de 1937. Archivo Rojo

En nuestra grabación se oyen muchas risas, no reñidas con lo sobrecogedor del testimonio. Otras veces pasaron cosas extrañas, como el día en que nevaron fuegos fatuos para asombro de aquellos chavales del Batallón Alpino. Pese a que eran hombres de mundo, esquiadores y miembros de asociaciones deportivas (a través de las cuales se alistaron) nunca habían visto tan peculiar fenómeno. Por eso hoy lo recuerdan, otra vez entre risas. La oralidad, como estudió J. Ong, es una “tecnología de la palabra” específica y muy diferente de la escrita. Una forma peculiar de organizar la memoria que a menudo se apoya, para acceder a aquella experiencia vivida, en referentes paisajísticos y materiales.

En eso se parece un poco a la arqueología. Así, nuestros compañeros de café nos hablan del chozo que construyeron con piedra y chapa para aguantar el frío cerca del Alto del León. Otras veces, como en un cuento, son los personajes los que vehiculan el relato. Un día fue Santiago Carrillo a la sierra, con unos periodistas que, ávidos por recoger la noticia, se pusieron cinco jerseys y de tanto que sudaron casi no lo cuentan. Según la intensidad de la propaganda de guerra, estos personajes pueden adquirir proporciones míticas, como La Pasionaria, Durruti, “El Campesino” en unos relatos y José Antonio, Millán Astray, Mola y el propio Franco en otros. Como atestiguan las jornadas vividas últimamente en Grecia, una persona y su historia, como la muerte del joven Alexandros, pueden adquirir fuertes connotaciones simbólicas. Las personas también son ideales para vehicular una narración, como hemos hecho en este mismo texto cuando seguíamos a C. en su periplo de la Ciudad Universitaria al Alto del León. Estos días andamos por la Dehesa de La Villa, detrás de P., que también luchó en estas mismas facultades en las que hoy la estudiamos y en el Puerto de los Leones. Este era el mismo sitio, el Alto del León, pero es que del otro lado de las Hotchkiss aquel lugar se llamaba de otra forma ¿Será otra historia?

Otra vez gracias a Jacinto por la oportunidad y al primo de E. por los cafés.

Para cualquiera interesado en el Batallón Alpino, ver Arévalo, J. (2006) El Batallón Alpino del Guadarrama. La Librería, Madrid. También del mismo autor (2003) Los Trenes Blindados Españoles, Trea, Madrid y (2008) Senderos de Guerra. La Librería, Madrid.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Volver a donde nunca estuvimos


Sólo quiero volver a las trincheras,
a las trincheras donde nunca estuve.
La mañana de nieve, el negro muro,
tus palabras de hielo en mis oídos.
Sólo quiero volver a la tristeza
del frente occidental, que es mi tristeza.
Julio Martínez Mesanza
(Soy en Mayo. Antología 1982-2006, p. 153).
Las trincheras son un elemento recurrente en la poesía de Julio Martínez Mesanza, uno de los poetas más originales del actual panorama literario español. Para quienes hemos excavado en la Ciudad Universitaria quizá es demasiado pronto para querer regresar a las trincheras, pero podemos encontrar en el poema de Martínez Mesanza un eco de nuestra propia búsqueda: la arqueología es, también, volver a donde nunca se ha estado.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Agradecimientos

Vista general de la trinchera con los sondeos al acabar la excavación

La excavación en las trincheras de la Ciudad Universitaria no se podría haber llevado a cabo con éxito sin la colaboración de mucha gente.
Queremos agradecer en primer lugar a los estudiantes de diversas especialidades y cursos que han participado con entusiasmo en las labores arqueológicas. Esperamos que la experiencia les haya resultado satisfactoria. Gracias, en particular, a los miembros de la UCA que además de trabajar en la prospección y excavación se han encargado de varias tareas administrativas, entre ellas la organización del personal.
Los integrantes de diversos colectivos y asociaciones que han venido a visitarnos nos han ofrecido informaciones y consejos valiosos: Colectivo Guadarrama, Gefrema, Asociación de Amigos de la Dehesa de la Villa y Frente de Madrid. Los nombres de los integrantes de las asociaciones que han pasado por nuestra trinchera han ido apareciendo en las entradas del blog. La prospección geomagnética que tan buenos resultados ha dado ha sido posible gracias a la colaboración de miembros de los colectivos señalados. Una mención especial merece Rodrigo Gómez por haber sido tan fiel a este proyecto.
Gracias a Pedro Cabello del Moral y Adrián Muela, de Toma 7 Producciones, por haber documentado con tanto interés este proyecto desde el primer día. Esperamos ver pronto los resultados de su trabajo.
El trabajo topográfico fue realizado de forma desinteresada por Eduardo Martín Agúndez y Víctor del Arco Sanz.
Gracias al TEDAX por las lecciones prácticas y por su interés en nuestra excavación.
Durante el desarrollo de la investigación nos han venido a visitar diversos profesores de la Facultad de Geografía e Historia: Víctor M. Fernández Martínez, Teresa Chapa, Almudena Hernando, Gonzalo Ruiz Zapatero y Estela García. Con su presencia a pie de cata han apoyado este proyecto.
La afluencia de trabajadores voluntarios superó nuestras capacidades logísticas, pero Juan Gómez, arqueólogo, consiguió que nadie se quedara sin su paletín y su catalana.
Queremos agradecer a los medios haber difundido este proyecto que, al fin y al cabo, pretende ser arqueología pública. Por nuestra excavación ha pasado Telemadrid, Cadena Ser, El Público y El País. Podéis leer la noticia de El Público aquí.
También agradecemos a Rosa Mecha (OTRI-UCM) y Rafael Cordero (Gabinete de Comunicación-UCM) el haber colaborado en la difusión de nuestras actividades.
El proyecto no podría haberse llevado a cabo sin el apoyo económico del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad Complutense.

A partir del lunes las entradas del blog se harán menos frecuentes, pero seguiremos colgando nueva información según vayamos procesando los datos.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Estrella Roja

Es bien sabido que los hallazgos arqueológicos más espectaculares se producen en el último día de la excavación. Da igual que lo que uno excave sean trincheras de la Guerra Civil: la ley se cumple siempre. En el camino de entrada al Abrigo 1 hemos descubierto una estrella roja, que iría en el gorro de algún soldado republicano.

La estrella roja en la solapa de un defensor de la Ciudad Universitaria. Detalle de una foto de Robert Capa, noviembre de 1936.

Con esto cerramos la fase de excavación del proyecto. Reenterramos los sondeos y empezamos el procesado de la información obtenida.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Documentos y cultura material

Frente de madrid, Archivo Rojo

Las fuentes escritas también nos pueden aportar datos sobre la cultura material en las trincheras del frente en la Ciudad Universitaria. El 13 de mayo de 1937 una Orden General de la 7ª División dirigida a la 40ª Brigada Mixta, unidad que operaba donde se desarrolla nuestra excavación, decía lo siguiente:
Se reitera a las Brigadas la necesidad de recoger todas las vainas de los cartuchos consumidos, las que una vez reunidas serán remitidas por cada Brigada al oficial de Municionamiento de esta División.
Esto, en parte, podría explicar la menor proporción de casquillos encontrados en relación con el número de balas desenterradas a lo largo de los trabajos arqueológicos.
Unos meses más tarde, otra orden general comunicaba:
Habiendo observado que en algunos locales y posiciones ocupadas por fuerzas dependientes de esta División, se encuentran abandonadas mantas, colchones y otros objetos de suma utilidad, se encarece a los Jefes de todas las unidades, estimulen a sus soldados para que procedan a la recogida de todos estos objetos y muy especialmente de las prendas de abrigo, que deberían enviarse a la Intendencia de la Brigada respectiva y que, una vez desinsectadas, serán de gran utilidad en la próxima estación invernal.
La palabra “recuperación” se repite constantemente en los documentos. De hecho, el mismo papel era reutilizado: muchas de las órdenes de la 7ª División estaban impresas en la parte de atrás de viejas estampas religiosas. El estudio del registro arqueológico junto al análisis histórico de los “restos” documentales nos está permitiendo conocer, entre otras cosas, las dificultades materiales y las penurias de los soldados republicanos durante la defensa de Madrid.

Un cargador vaciado sobre las líneas enemigas

Hallazgo en el Abrigo 2: cinco casquillos (1) y una guía de cargador (2)

¿Qué llevaría a un soldado republicano, en un momento indeterminado de la guerra, a vaciar el cargador de su Mosin Nagant sobre las posiciones franquistas del Cerro del Águila? Posiblemente nunca lo sepamos, pero ese gesto que duró apenas diez segundos dejó una huella precisa en el registro arqueológico. Los cinco casquillos cayeron agrupados, lo que indicaría que estamos ante un único episodio de fuego, y la guía saltó por otro lado, más cerca de donde estaría situado el tirador, recostado sobre el parapeto.

Una excavación cuidadosa permite recuperar episodios fugaces de la vida en las trincheras.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Excavando una excavación

Pala de excavar trincheras

Eso es, al fin y al cabo, lo que hacemos nosotros: desentarrar una zanja excavada en el suelo. Hay veces que algún hallazgo concreto hace este hecho más evidente. Al sur del Abrigo 1, en un tramo de trinchera mal conservado, aparecieron el sábado varios fragmentos de metal oxidados. Rodrigo Gómez nos ha informado hoy de que se trata de una pala de las utilizadas en las trincheras. En el Archivo Rojo se conserva una imagen en la que se ve a un grupo de soldados que se dirigen a cavar fortificaciones por el monte de El Pardo, quizá muy cerca de donde hoy estamos trabajando nosotros .

"Fortificadores" camino del frente. En primavera las trincheras se excavan con más gusto. Mayo de 1937. Archivo Rojo.

Es interesante observar que ninguno de ellos lleva botas militares, sino calzado civil, como el que estamos encontrando nosotros.

Hoy, a pesar del frío inmisericorde y la lluvia, hemos realizado otro hallazgo notable: una cantimplora, bastante destrozada, que identificamos detrás de la trinchera junto al camino cubierto. Está reventada como si hubiera recibido algún tipo de impacto.


El tiempo se nos acaba y el trabajo se acelera: acabamos los sondeos, dibujamos estratigrafías, levantamos planos, registramos el material pendiente... El viernes es nuestro último día de excavación.

martes, 2 de diciembre de 2008

El Rey de España en las trincheras republicanas

Moneda de Alfonso XII aparecida enfrente del Abrigo 1

Hoy hemos retomado el trabajo en el Abrigo 1 y su entorno. Aprovechando la presencia de nuestro detectorista más fiel, Rodrigo Gómez, hemos continuado la prospección con detector de metales en el lado sur y junto a la entrada y hemos localizado un número importante de artefactos: balas de 7 mm nacionales, Lebel de 8 mm, de 7.92 alemanas, varios casquillos (de 0.303 y de 7 mm), algún fragmento de metralla, una llave para abrir latas y una nueva moneda de Alfonso XII.

Pese a la instauración de la República en 1931, continuaron utilizándose monedas de la monarquía (como ha sucedido posteriormente durante la democracia con las pesetas franquistas). La moneda documentada hoy está datada en 1879, exactamente un año después que la que encontramos durante la prospección. Curiosamente, la otra moneda de Alfonso XII apareció en la línea de trincheras situada justo detrás de la que estamos excavando.

La excavación del Abrigo 1 se centró en limpiar la pared sur de los estratos que la colmatan y en sondear el suelo por si hubiera niveles de ocupación más profundos. Sí que los había: por debajo del suelo ya documentado siguen saliendo materiales arqueológicos. De hecho, ha sido interesante descubrir que la hoguera que habíamos identificado en el suelo del abrigo, asociada a latas y vidrio, tiene una potencia considerable. Es decir, no se trató, como pensamos en un principio, de un episodio aislado y específico de preparación de alimentos, sino de una acción repetida a lo largo del tiempo. Sólo de esta manera puede quedar registrada en la estratigrafía una huella de este tipo: diez centímetros de latas, carbones y cenizas superpuestos.

Lata bajo la hoguera del Abrigo 1 durante la excavación. Se advierte la diferencia de cota entre el trozo de botella de vino, perteneciente al último uso del hogar, y la lata consumida en un momento anterior

Uno de los problemas que nos estamos encontrando es la pésima conservación del hierro. Mientras los casquillos, las balas y otros materiales metálicos no férricos se conservan en la mayor parte de los casos extraordinariamente bien, las latas, la chapa metálica, el alambre y la metralla suelen aparecer muy degradados. En el caso de las latas, esto nos impide obtener información interesante sobre el lugar de fabricación, la fecha y el contenido, que a veces figuran estampados sobre el contenedor.

Latas procedentes del puesto de tirador 3 (PT3)

En el mismo puesto de tirador en que encontramos las latas deshechas de la imagen, hemos localizado varias balas en perfecto estado. Hoy mismo, muy cerca de esas latas, descubrimos una nueva bala Vetterli de 11 mm. Ya tenemos cuatro ejemplares de este proyectil poco habitual.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Del otro lado, más

Plano de las trincheras conservadas junto a El Pardo

Las trincheras, como nos habían informado varios visitantes, continúan al otro lado de la carretera de la Dehesa de la Villa, todavía en terrenos de la Ciudad Universitaria. La conservación es pobre en general, aunque se observan elementos interesantes, como un abrigo similar a los que estamos excavando. En las tapias de El Pardo se advierten claramente las voladuras efectuadas durante la guerra para comunicar las trincheras de los distintos sectores.

Trinchera junto a El Pardo

Nieve sobre las trincheras

No ha sido mucho lo que ha nevado, pero suficiente para obligarnos a cancelar el trabajo de esta tarde y dejar nuestros sondeos enlodados. También nos ha servido para experimentar en nuestras propias carnes lo que tuvo que ser excavar trincheras en las terrazas del Manzanares en diciembre de 1936.

Pese a todo, esta mañana conseguimos llegar al fondo original de la trinchera en el sondeo del tramo 1A, que es un sustrato arcilloso amarillo blanquecino y muy compacto. Estaba a 80 cm bajo la superficie actual y sobre él se encontraba perfectamente colocada una lata de conserva.

Sondeo T1A, embarrado por la nieve justo cuando lo acabábamos de limpiar para la foto

En el sondeo del puesto de tirador PT3 hemos descubierto un nuevo zapato, junto a dos casquillos de Mosin Nagant. Por lo que respecta a los abrigos, las bajas entre nuestras filas sólo nos han permitido trabajar en el 3. Aquí hemos localizado ya las dos paredes laterales, ligeramente ataludadas y cortadas sobre el sustrato geológico arenoso del pleistoceno medio o superior.