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martes, 11 de octubre de 2016

El cementerio de los italianos


Paco Martín Portalo, de la Asociación de Desarrollo Local de Campillo de Llerena (Badajoz), ha sido el alma mater de la recuperación de una polémica ruina arqueológica: el cementerio italiano. Estas ruinas sirvieron de campo de juego durante décadas a niños y niñas de la localidad, acostumbrados a ver calaveras y huesos esparcidos dentro de un recinto olvidado por todos. En los últimos años surgió la pregunta: ¿qué hacer con esta materialidad? ¿Destruirlo? ¿Cambiarlo de lugar? ¿Rehabilitarlo? 

 
Paco lo tuvo claro. La cultura de la muerte en los contextos rurales impone una losa de respeto hacia los muertos. Por otro lado, el cementerio se podía recuperar como lugar de memoria y como recurso visitable, en un momento en que está surgiendo el interés turístico por los paisajes bélicos en España. Tras lidiar con las administraciones y conseguir incluso una pequeña financiación del Ejército español, Paco consiguió recuperar, estudiar y promover este espacio. En los vaivenes del debate público sobre la memoria histórica, la noticia de este proyecto estalló en las redes sociales. Mucha gente no entendía que habiendo miles de fosas de represaliados pro el franquismo se dedicase tiempo y dinero a recuperar un cementerio fascista. Mientras el cementerio alemán de Yuste parece que no importuna a nadie, el cementerio italiano de Campillo de la Serena se presentaba en sociedad como un patrimonio incómodo y rechazado.

 
El cementerio fue construido en el año 1937 por la I Brigada Mixta Flechas Azules. Allí fueron enterrados 44 soldados de esta unidad, caídos en los combates que se desarrollaron en la sierra del Argallén, a unos pocos kilómetros. Allí yacen un total de 33 soldados españoles, nueve italianos y dos que no fueron identificados. Cuando este frente se reactivó de nuevo, en los años 1937 y 1938, las tropas de Franco volvieron a usarlo para dar sepultura a los soldados que cayeron en los sucesivos combates, por lo que el perímetro tuvo que ser ampliado. En la posguerra los italianos fueron trasladados al osario de San Antonio de Padua en Zaragoza, y otros restos al Valle de los Caídos, pero la gran mayoría de los cuerpos permanecieron en el lugar.

Placa conmemorativa destruida con la llegada de la democracia.

Para tener una opinión bien documentada lo mejor es conocer este espacio de primera mano, el discurso memorialístico que se repoduce en la sinaléctica del cementerio, atender a las explicaciones de Paco... En el contexto del SOPA 16 nos han brindado la posibilidad de culminar el seminario de Patrimonios del Conflicto con una visita guiada a este lugar. Un ejemplo magnífico de los retos a los que se debe enfrentar la Arqueología del Conflicto.


Algunos de los objetos recuperados en las exhumaciones del cementerio italiano 
(Museo de la Guerra Civil de Campillo de Llerena).

Paco acudió en diciembre de 2014 a Vitoria-Gasteiz para participar en el I Congreso Internacional de Arqueología de la Guerra Civil española. Como nos dijo en Zalamea, en la capital vasca se reafirmó en su idea de poner en valor el patrimonio bélico de Campillo de Llerena. Un nuevo fruto de su trabajo, junto con la arqueóloga e intérprete del patrimonio Carmen Pérez Maestro, es la inauguración de un pequeño museo sobre la guerra civil española, en el que se exponen restos recuperados en la exhumación de soldados del cementerio italiano, en la excavación de una posición republicana del frente en la zona, así como objetos cedidos por los vecinos y vecinas del pueblo. Campillo de la Serena fue una base de retaguardia del ejército franquista y allí vivieron soldados y mandos italianos. El museo se completa con una réplica de una trinchera y un nido de ametralladora.



 Os invitamos a conocer Campillo de Llerena así como el frente de guerra de La Serena, actualmente en fase de estudio.

lunes, 10 de octubre de 2016

La guerra en escena: el anfiteatro y el teatro de Mérida


Esta semana pasada tuvo lugar en Zalamea de la Serena (Badajoz) la cuarta edición del Congreso de Socialización del Patrimonio (SOPA) organizado por Underground Arqueología. La Arqueología del Conflicto tuvo un papel protagonista desde el inicio, como pudimos comprobar en la primera de las barferencias que tuvieron lugar en el emblemático bar Pachu (un verdadero BIC extremeño). El ponente, Carlos J. Morán Sánchez (Instituto de Arqueología de Mérida, CSIC) impartió una clase magistral sobre el uso político de las ruinas romanas de la capital extremeña en el primer tercio del siglo XX.
El teatro y el anfiteatro de Mérida se convirtieron en auténticos repositorios materiales del orgullo del Estado-Nación español y en un recurso turístico de primer orden. Carlos Morán ha examinado pormenorizadamente los libros de visitas de la época (uno de ellos inédito, con firmas hasta 1937) en los que documenta unos 17.000 registros. Este libro estaba a disposición del público en una caseta creada para esa función, y que todavía existe hoy. Este monumental trabajo de investigación forma parte de su tesis doctoral, que será publicada en breve. De todo lo que nos contó en la terraza trufada de gintonics del Pachu cabe destacar el uso que la IIª República hizo de esta arquitectura monumental. El anfiteatro llegó a albergar una Fiesta de la República contando con la presencia de las principales autoridades (Azaña incluido). El ministro socialista Fernando de los Ríos fue uno de los máximos responsables de la promoción cultural y social de este recinto.

Barferencia de Carlos Morán en el bar Pachu.

El golpe de Estado del 36 y la llegada de las tropas franquistas se va a ver reflejado directamente en el libro de visitas. Hasta 1937 se registra la firma de mandos y soldados italianos de los Flechas Negras. El ejército de Mussolini, base de la reconstrucción del Imperio, se identificaba de pleno con las arquitecturas que los romanos dejaron en Hispania. El fascismo español se insertaría en la misma línea. El Glorioso Movimiento Nacional encontraba en esas fastuosas ruinas un  buen precedente. El anfiteatro sirvió de escenario a paradas militares y paramilitares para celebrar la Victoria.
Además de las firmas italianas lo más espectacular es la identificación de un traumático proceso de damnatio memoriae en el libro de visitas. Falangistas y legionarios tachan las firmas de autoridades republicanas y se prodigan en insultos (perro socialista p.e.) y calumnias, acusando a Fernando de los Ríos de comprar bombas para atacar Mérida desde el aire (nunca cayó una bomba en el anfiteatro).
El trabajo de Carlos Morán demuestra la potencialidad de una vertiente más desconocida de la Arqueología del Conflicto, aquélla que no se concreta en excavación de trincheras y fosas, sino en la excavación de papeles.

Las ruinas de Mérida en el álbum de guerra 
del soldado franquista J. Trevisani (archivo familiar).

jueves, 18 de febrero de 2016

Seminario patrimonios del conflicto en La Serena


Nuestro equipo de trabajo está colaborando, junto a otras entidades y colectivos, en la organización de la IV edición del SOPA: Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural, cuya convocatoria estará abierta hasta el día 1 de junio.
Para los que no lo conozcáis, se trata de un encuentro entre agentes culturales, educativos y la comunidad para dar a conocer las posibilidades del trabajo común a favor de una gestión participativa del patrimonio rural. Tras dos ediciones en España, en Malpartida de Cáceres y Celanova, Ourense, el pasado mes de noviembre se celebró en el Municipio de Benito Juárez, Argentina, en la Provincia de Buenos Aires. La edición de este año se celebrará en Zalamea de la Serena, Badajoz, entre los días 3 y 8 de octubre.
Desde guerraenlauniversidad coordinaremos el seminario patrimonios del conflicto, considerando conflicto por una parte, aquellos hechos belicosos que han influido no solo en la conservación o destrucción del patrimonio sino también en la relación de la comunidad con el mismo, y por otra parte, aquel patrimonio, tanto material como inmaterial, que ha supuesto cualquier tipo de desencuentro entre la comunidad y el propio elemento patrimonial, o entre la comunidad y aquella institución encargada de su conservación o gestión. Guerras, expolios, gestión de territorios y recursos, reivindicaciones del legado de comunidades originarias, gentrificación, acciones en defensa de lenguas minoritarias, de la memoria colectiva, son algunos de los temas sobre los que queremos reflexionar, revisando esas relaciones y las posibles vías de negociación, así como plantear propuestas de solución vinculadas a la planificación, la comunicación o la didáctica de ese patrimonio.
Nos gustaría que nos ayudarais a difundir la convocatoria del congreso entre los miembros, tanto de vuestros equipos como los de otras entidades con las que colaboréis, y que pudieran estar interesados tanto en asistir como en presentar alguna propuesta tanto al seminario, para el que solo hay 10 plazas, como para cualquiera de las distintas sesiones. Os informamos que se ha establecido un descuento en las tasas de inscripción para aquellas propuestas presentadas desde el CSIC, desde las distintas universidades que forman parte de la RIUL (Red Internacional de Universidades Lectoras) tanto para estudiantes como para docentes, así como para aquellas que se presenten desde fuera de España, todo ello tanto para propuestas presenciales como para no presenciales.

Tenéis toda la información en el blog del congreso:

Podéis estar al tanto de todas las novedades en su página de Facebook:

Y si tenéis alguna duda, podéis contactar con Juanjo Pulido, secretario del SOPA, a través de la siguiente dirección de correo:


miércoles, 3 de febrero de 2016

Este Rey es una ruina

Busto de Carlos V en el monasterio de Yuste.

Camino del monasterio de Yuste, invierno de 1557. El hombre más poderoso de la Tierra, avejentado, gotoso y desdentado, ocupa un apolillado arcón de madera habilitado como improvisada calesa. Cuatro harapientos mozos campesinos de la comarca cacereña de La Vera lo conducen a hombros hacia su último retiro. Un ingeniero, maestro relojero y astrónomo italiano, Giannello Turriani, será el elegido por el emperador para habilitar las nuevas dependencias reales. Como ingeniero especializado en mecánica e hidráulica, diseña los estanques de los jardines. En sus aguas se cría el asesino del emperador. La malaria acaba con la vida de Carlos V, como si de un vulgar labriego de la Vera se tratase.

Cementerio militar alemán en Yuste.


Cuatro siglos después volvieron al Norte de Cáceres los ingenieros hidráulicos y los arquitectos para diseñar y construir embalses, canales y poblados al servicio del Instituto Nacional de Colonización. Su objetivo: llevar a cabo una reforma agraria inteligente en contraposición a la reforma agraria promovida durante la Segunda República y al proceso de colectivizaciones durante la guerra. A parte de la transformación en regadío de miles de hectáreas y redistribución de lotes entre los nuevos colonos, se pretendía, como fin último, redimir al campesinado ya que la ruralidad fue presentada como la reserva moral de la España Genuina. Los nuevos pueblos de colonización, cuyo cometido inicial era dar soporte material a las gentes que irían a labrar el campo transformado en regadío por el franquismo, fueron revestidos con el manto ideológico con el que el régimen recuperó la labor intervencionista del Estado en el mundo rural.

Plaza de Fernando el Católico en Madrigalejo

El Imperio hacia Dios en el que creían firmemente los ideólogos falangistas domesticados por el franquismo encontró campo abonado en la colonización agraria. El valle del Alagón en Cáceres es un ejemplo extraordinario de la materialidad generada por esta vuelta al pasado glorioso de la Nación. Del mismo modo que el yugo y las flechas, tanto monta, monta tanto, fueron heredados como icono por el fascismo español, los Reyes Católicos, los Austrias mayores y los conquistadores extremeños de América sirvieron para bautizar poblados de colonos creados ex novo en la década de 1950. Ahí tenemos para ver los ejemplos de Alonso de Ojeda, Pizarro o Fernando V.
Recientemente la serie de televisión Isabel ha puesto de moda a los Reyes Católicos (siempre pasan cosas así cuando gobierna la derecha en el Reino de España). Reafirmados en su éxito, los ideólogos televisivos lo intentaron de nuevo con la figura del nieto de aquéllos, Carlos V, pero la serie acabó en fiasco. Da igual. Ahora se estrena película sobre los RR.CC. y se conmemora el fallecimiento del Rey Católico. Hasta el hispanista Henry Kamen se ha unido a la moda y ha publicado una monografía de circunstancias sobre la pareja de Isabel (no nos referimos a Vargas Llosa).

Madrigalejo se vuelca con Fernando el Católico.

Fernando el Católico se adelantó cinco siglos a la Viagra y, según parece, le daba a los afrodisíacos revitalizantes de lo lindo. El caso es que falleció precisamente en estas tierras cacereñas, en el pueblo de Madrigalejo, en donde ahora intentan sacar partido de la efeméride. Cosas del desarrollo sostenible del rural. La modesta dependencia en la que murió el monarca ya fue debidamente musealizada en su día por el franquismo.

 La pequeña colonia de Fernando V.

Como decíamos, a las autoridades de la Nueva España lo de la Corona de Aragón no les hacía mucha gracia, por lo que Fernando o era el Católico o Fernando V (de Castilla, se supone). Y con este último nombre se bautizó un poblado de colonización, un auténtico no lugar, que hemos estudiado en el marco del proyecto Una Arqueología postcolonial en España: materialidades y memorias de la colonización agraria e industrial del franquismo. El poblado emerge sobre un mar clorofílico, cruzado por los caminos de la concentración parcelaria, los canales de irrigación y los pequeños acueductos levantados por el INC. Las casas destellean sobre el verde, por la cal blanca de sus paredes, tan típica de estos asentamientos de colonos en Extremadura. Fernando V es todo un parque temático de los Reyes Católicos, con calles dedicadas a ellos mismos, a los acuerdos de Santa Fe que dieron fin a la guerra de Granada... 



La articulación de la población recuerda a un enclave medieval, cerrado sobre sí mismo, si bien la forma de almendra aquí es sustituida por un rectángulo en el que las paredes exteriores de las viviendas actúan como una muralla protectora. En el interior, una explanada preserva las ruinas de un parque infantil al lado del epicentro simbólico de lugar: la iglesia con la escuela adosada, como ordena el nacionalcatolicismo. Actualmente abandonada, el pavimento de la nave central está cubierto de boñigas, el antiguo coro es un cementerio de palomas momificadas, las vidrieras de vanguardia (que tanto gustan a los historiadores del arte contemporaneístas) están reventadas... Desde el rosetón de la fachada se  obtiene una maravillosa vista del canal elevado que convirtió este yermo en un vergel... en el que apenas vive ya nadie. Las viviendas fueron diseñadas con un regusto popular, emulando la arquitectura tradicional. La inmensa mayoría o están abandonadas o en venta.



Un coro de intelectuales palmeros contribuyeron a definir toda esa ritualística falangista en la que fueron educados robóticamente generaciones de españoles, desde la Academia de Mandos José Antonio, pasando por las escuelas o por los campamentos del Frente de Juventudes. Los Pemán, Laín, Tovar, Alonso del Real, Ridruejo y otros dibujaron un paraíso en la tierra, intentaron revivir un pasado imperial en la España de la miseria, el terror y el hambre. Más de medio siglo después, de aquellos sueños fascistas delirantes, de aquel Imperio hacia Dios materializado en estos pueblos del agua, del nacionalcatolicismo en el el pueblo de Rey Católico sólo quedan columpios oxidados, escuelas cerradas, mierda de oveja al pie de un altar y ruinas, muchas ruinas.


P.S. El ingeniero Turriani acompañó en sus ultimos días en Yuste a Carlos V, quien disfrutaba con autómatas de madera, relojes e ingenios de lo más variopinto. El tiempo le pudo al emperador. Franco no iba a ser menos.

Posted by Xurxo Ayán y José Mª. Señorán.


martes, 24 de noviembre de 2015

Colonias para hombres: la película


Gracias a los servicios multimedia de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, siempre tan profesionales, ya podés visionar los vídeos de las conferencias y debates que tuvieron lugar en el marco del Seminario Colonias para hombres: Arqueología de la colonización agraria e industrial el franquismo (Vitoria-Gasteiz, 21-28 de octubre de 2016). Un buen elenco de ponencias que nos ofrece una visión panorámica del tema con estudios de caso de Euskadi, el Bierzo, Galicia, Extremadura, Aragón y Catalunya. 
El seminario contó con un ayuda de la Facultad de Letras y otra subvención del Vicerrectorado del Campus de Araba.

http://ehutb.ehu.eus/es/serial/2070.html



Comité organizador: Sonia García, José Mª. Señorán, Xurxo Ayán, Sergio Escribano y Josu Santamarina.

miércoles, 29 de julio de 2015

Sierra y Libertad

A la caza del rojo. Montes de San Pedro, Alcántara, 1936.
 
Flechas fascistas con la bayoneta calada. Alcántara, 1936.
 
El corredor de Extremadura fue un objetivo prioritario para las fuerzas sublevadas en el verano de 1936. Desde Sevilla, a sangre y fuego, los hombres de Yagüe lograrían conectar con la zona leal del Norte de Cáceres, en donde el golpe de Estado había triunfado. En los pueblos, el destino de los republicanos leales estaba marcado. Arqueólogas como Laura Muñoz llevan años exhumando fosas en toda Extremadura. Ante la vesania fascista (en el lado leal de la Extremadura libre también hubo sacas de derechistas), muchos republicanos optaron por la huida, hacia Portugal (aciago destino) o al monte. En esta fotografía de arriba podéis ver una fotografía de un grupo jubiloso en una jornada de caza en el monte de San Pedro, en Alcántara. Estos carabineros, guardias civiles y falangistas se dedicaban a la caza del rojo en el verano de 1936.


Los que no acababan en las cunetas o en el monte fueron apresados y recluidos en improvisados campos de concentración como fueron las plazas de toros. Como en el célebre caso de la plaza de Badajoz, la plaza decimonónica de Plasencia sirvió para estos menesteres. De aquí, los presos iban directos al juicio sumarísimo, a engrosar el Ejército franquista o a formar parte de batallones de trabajadores como aquellos que picaron piedra en la misma Plasencia para dar a luz el parque de los Pinos, pulmón de la ciudad, levantado con el sudor y la sangre de los presos republicanos, mientras se combatía en el frente.

Detalle del parque de los Pinos en Plasencia, excavado en la roca.


Y llegó la Victoria, que no la Paz. El nuevo régimen ocupó, con el apoyo decidido de la Iglesia católica, el espacio público convirtiéndolo en un inmenso aparato nemotécnico para recordar a los vencidos quién era el puto amo. Mientras los derrotados eran responsables de la destrucción de España, eran expulsados del discurso y condenados al olvido, los caídos por Dios y por España pasaban a ser un referente en performances, ritos conmemorativos y apropiaciones simbólicas de la Cruzada de Liberación. Aquí tenemos en Montehermoso la placa a los buenos españoles caídos en combate, que no fueron pocos, entre ellos militantes de izquierda movilizados por los franquistas. Todavía se pueden ver unas recientes ofrendas florales colgando de la placa.
 


La dictadura del general Franco contó con el apoyo de ideólogos falangistas que intentaron acabar con el fantasma de la reforma agraria republicana y la tensión en el rural, hechos que tuvieron en la Extremadura de amos y jornaleros un especial campo de conflicto. El electrofascismo de la década de 1950 se acompañó de todo un proyecto de ingeniería social que sembró de nuevos asentamientos los cauces de ríos como el Alagón o el Tiétar. Desde el Instituto de Colonización se materializó gran parte de la bipolítica franquista, aquella que llevó a la creación de un nuevo sujeto fiel al régimen: el colono. Los nuevos poblados estaban destinados para hombres con familia numerosa, ex-combatientes franquistas y de pulcra fe católica, unos individuos tutelados por el Estado. Un buen ejemplo del perfil humano que se buscaba es el dueño octogenario de un restaurante de Alcántara. Un excampesino franquista que odia a los catalanes, devoto de Santiago Apóstol y que guarda un excelente recuerdo de su servicio militar en un regimiento de Caballería en Madrid. De ahí fue movilizado 28 días a Peñíscola para participar como extra con su caballo en la grabación de El Cid Campeador. Pobre Sofía Loren, lo que habrá tenido que aguantar. Cuando este hombre se licenció su comandante le regaló 9.500 pesetas, una cantidad que según él "no  ganaba ni el Caudillo".
 
Día de la inauguración del embalse de Alcántara.
 
La España franquista de la autarquía y del desarrollismo quizás vivió aquí sus episodios más chuscos. Una pauperizada población rural condenada a la emigración a las zonas industrializadas del país. Un sistema de propiedad de la tierra feudal que se mantenía incólume. Una corrupción generalizada que encontraba en la raia con Portugal un auténtico filón. Estas ruinas de la aduana de Piedras Albas, en las poximidades de Alcántara, son el mejor reflejo de la decadencia del concepto de soberanía nacional. En los años más duros del aislamiento, Franco (al más puro estilo albanés y norcoreano) bunkerizó España con baterías por toda la costa y con la famosa línea P en los Pirineos. Únicamente contaba con la lealtad del otro miembro del Bloque Ibérico, el Portugal salazarista.
 
 
 
La provincia de Cáceres, como otras zonas del Estado, es un buen sitio para llevar a cabo toda una Arqueología de la colonización agraria del franquismo, y a ello nos hemos dedicado en los últimos días. Todavía se conserva un paisaje creado ad hoc por una determinada ideología, un paisaje que no sólo es material sino que sigue marcando las mentes de sus habitantes y de sus políticos. Como en otros ámbitos, este proyecto dictatorial fracasó en su intento de narcotizar el pasado. Gracias a asociaciones locales, ciudadanos y diferentes colectivos, se comienza a recuperar la memoria de aquellos y aquellas que fueron expulsados de la historia y del espacio público por el franquismo.
 
Placa en homenaje a los esclavos republicanos que construyeron el parque de los Pinos, Plasencia.
 
Referéndums locales e iniciativas de alcades y alcaldesas audaces han permitido que en la mayor parte de poblados de colonización se hayan retirado las menciones al Caudillo, tanto en el callejero como en el nombre oficial de las localidades. Por otro lado, la promoción turística intenta abordar tambén el pasado traumático de estas tierras, con orgullo. Un buen ejemplo es la iniciativa abordada por los jóvenes de Sierra y Libertad, quienes promocionaron el Mirador de la Memoria, sobre el valle del Jerte, en homenaje a los olvidados de la guerra civil y de la dictadura.
 
 
 
Post by José Mª Señorán y Xurxo Ayán (proyecto Arqueología postcolonial en España). 

 

 





miércoles, 27 de mayo de 2015

Garapullos por máuseres


 

Quiero que os vayáis habituando poco a poco a las empresas de la guerra, y por eso un día os meteré en una acción que, hablando en términos taurinos, sea como para un aficionado una simple vaquilla; otro día os enfrentaré a un novillo bien plantado y así hasta que estéis habilitados para resistir victoriosos el combate de un auténtico miura y de todos los que quieran soltaros.

Así arengaba el teniente coronel golpista Camilo Alonso Vega a sus soldados en los primeros tiempos de la guerra civil en Vitoria-Gasteiz (El Pensamiento Alavés, 29-12-1936, en Aguirregabiria y Tabernilla 2013: 30, n.p. 57). La metáfora taurina era comprendida por todos, oficiales y chavales (obreros y campesinos) a los que pilló la guerra haciendo el servicio militar en los numerosos cuarteles de la capital vasca. Aquí el mundo de los toros y las vaquillas era todo un referente identitario.


Este era el cartel de las fiestas de Vitoria en plena IIª República. Difícil de entender hoy en día para un escolar gasteiztarra. La ciudad pasa perfectamente por ser una capital andaluza. Sin embargo, durante la guerra, los golpistas prohibieron los toros. La plaza se empleó como campo de prisioneros. En 1941 el alcalde José Lejarreta restableció la Fiesta, dando lugar a la tradición de los blusas (cuadrillas festivas de hombres que lo dan todo en las fiestas de la Virgen Blanca en agosto).
El mundo taurino se asocia a la guerra civil por filmes míticos como La vaquilla, en los que se reproducen algunos de los testimonios que podemos ver en las cartas recopiladas por James Matthews: en el frente andaluz hubo algún pique entre los dos bandos, toreando alguna vaquilla en tierra de nadie. Ésta es la visión narcotizante del pasado traumático de la guerra. Por el contrario, los golpistas se tomaron el mundo del toro muy en serio. En Extremadura, la práctica genocida de la columna de Yagüe tuvo su momento culminante en las plazas de toros (Badajoz, Plasencia, Trujillo) convertidas en campos de concentración, como han estudiado historiadores como José Ramón González Cortés, Antonio López o Pedro Fermín. Los rojos toreados en la plaza de Badajoz antes de ir al matadero es una de las imágenes que caló en la memoria colectiva, como así me lo han transmitido veteranos de guerra gallegos en diferentes entrevistas.

Plaza de toros de Badajoz el día 15 de agosto de 1936 (Diário de Notícias, 17-8-1936).
Antonio Fernández Casado acaba de publicar en Bilbao un libro más que interesante: Garapullos por máuseres. La fiesta de los toros durante la Guerra Civil (1936-1939). Ahí podemos ver fotografías de toreros que salen a hombros de milicianos, por la puerta grande, o la utilización que los vencedores hicieron de la fiesta. En el propio Bilbao, desde finales de junio de 1936 se celebraba la liberación por las tropas franquistas con corridas benéficas de obligada asistencia para colaborar con Auxilio Social y el esfuerzo de guerra.


Hasta donde yo sé no se ha encontrado ningún objeto vinculado al mundo del toreo en excavaciones arqueológicas de la guerra civil española, aunque las menciones a las corridas de toros en retaguardia aparecían en los periódicos que se leían en el frente, como el que encontramos en un puesto republicano de la zona de Mediana, cerca de Belchite. Quizás en fosas comunes se pueda encontrar algo, debido a los testimonios que hay sobre los humillantes juegos  a los que sometían a sus víctimas los verdugos.
Acompañando al poeta Lorca todavía están bajo tierra los restos de Francisco Galadí y Joaquín A. Cabezas, anarcosindicalistas... y banderilleros.

lunes, 11 de mayo de 2015

Aurora


Se llamaba Aurora. Era elegante, estilosa y educada. Cuando aparecía cada mañana con su parasol nos recordaba a una enfermera británica de las que salen en las películas clásicas de la IIª Guerra Mundial. Era maestra, como su madre. De Castuera (Badajoz) se marchó a Catalunya para intentar mejorar la salud de su hijo, que padecía de asma, sino recuerdo mal. En agosto de 2012, todos los días, hacía una parada de rigor en su caminata matutina y se interesaba por la exhumación que estábamos llevando a cabo en el cementerio municipal de Castuera. Las conversaciones que mantenía con nosotros las guardamos como oro en paño en la memoria. Todo un monumento a la dignidad humana. Como si estuviésemos en su aula, Aurora hablaba con voz pausada, escuchaba con el corazón. y miraba con unos ojos repletos de tristeza. Ella estaba buscando a su madre, la maestra. Tras la caída de Castuera en manos de las tropas franquistas en julio de 1938, partidas de falangistas sembraron el terror. Una noche liquidaron en el cementerio a varias personas, entre ellas la madre de Aurora. Su cadáver acabó en una fosa común, dentro del recinto funerario.
Aurora nos recitaba de memoria el auto judicial en el que se recogía la detención y las acusaciones contra su madre. Le hervía la sangre al recordar las faltas de ortografía que se deslizaban por todo el documento. Aparte de fascistas y criminales, eran analfabetos, nos decía. La maestra era el enemigo público número uno para estos integristas. La lengua de las mariposas.
Aurora llegó a pedirle de rodillas a un vecino que le dijese dónde estaba la fosa de su madre antes de morir. El vecino había sido testigo directo de los hechos, pero evitaba a Aurora como si viese al diablo. Aún así, se hicieron unas zanjas valorativas en la entrada del cementerio, pero no apareció nada. Aurora, sin embargo, no perdía la esperanza.
Cuando encontramos una fosa con once individuos, la maestra que buscaba a su madre seguía con detenimiento el avance de los trabajos. Cada objeto, cada detalle podía ser una pista. Si nos aparecía un lápiz entre los huesos, Aurora nos hablaba del compañero de martirio de su madre, un artesano aficcionado al dibujo que siempre llevaba en el bolsillo cuartilla y lápices. Si encontrábamos unos gemelos de camisa, Aurora nos hablaba de la tradición local por la cual las novias regalaban al novio el día de la boda unos gemelos... La vida social de los objetos.

Fotografía de Rui Gomes.

Aurora sabía que su madre no estaba allí. Pero daba igual. Para ella todos los asesinados que dormían el sueño de los justos en las fosas eran su madre. Y nos daba las gracias en nombre de su familia por el trabajo que hacíamos. Aurora no se perdió ni una de las charlas que impartimos en la Universidad Popular. Cada intervención que hacía en los debates era antológica. No había rencor en sus palabras, incluso estaba dispuesta a perdonar. Lo que no podía hacer era olvidar. 
La exhumación acabó con un homenaje republicano a las víctimas en el cementerio de Castuera. Las palabras que nos dedicó Aurora en su despedida nos hacen seguir creyendo en la humanidad. 
Aurora tuvo la buena suerte de nacer en la República y la trágica suerte de morir en el Reino de España. Aurora acaba de fallecer en Castuera, sin haber encontrado a su madre. Mientras, los voluntarios de la memoria histórica, a los que tanto admiraba, recibían en Nueva York el premio ALBA-Puffin de derechos humanos.
Que la tierra de Castuera te sea leve, Aurora.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Despabílate Amor

En los últimos cuatro años distintos equipos de investigación hemos trabajado intensamente de manera multidisciplinar los espacios represivos que la dictadura franquista erigió en Castuera y que determinaron, canalizaron y dirigieron la represión ejercida por el Régimen sobre la sociedad civil en la comarca de la Serena (Badajoz).

Dentro de estos espacios represivos el Campo de Concentración se estableció como el principal elemento de implantación del terror, en ese proceso de coerción y control social, ejercido sobre la población de las comarcas del entorno.

Gracias al esfuerzo realizado entre tod@s hoy podemos decir que conocemos cómo era el Campo de Concentración de Castuera, cuál era su distribución espacial, cómo vivían los presos, qué comían, etc. y también podemos apuntar cuales eran las estrategias de eliminación y ejecución de los presos.

Una de las grandes incógnitas entorno al Campo ha sido siempre saber dónde fueron a parar los cientos de presos desaparecidos, que entraron en el Campo y de los nunca más se supo.  

Tras las exhumaciones realizadas en los años 2011 y 2012  hemos podido contrastar la información de los testimonios orales y demostrar empíricamente que éstos presos eran dirigidos extrajudicialmente a las traseras del cementerio municipal de Castuera donde eran ejecutados y enterrados de manera impune.

Éste y otros aspectos son algunos de los grandes avances que hemos podido aportar en los últimos años, reflejados en múltiples entradas de este blog, y que hoy se recogen también en el documental DESPABÍLATE AMOR promovido por la Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (AMECACEC).

Gracias al trabajo desarrollado en el entorno del Campo de Concentración de Castuera hemos podido generar una gran cantidad de sinergias de conocimiento que nos han llevado a avanzar cuantitativa y cualitativamente en el conocimiento de nuestro pasado más reciente. Este documental es una clara prueba de ello.


Decía Walter Benjamín que “No existe ningún documento de cultura que no sea no sea a la vez documento de barbarie”.

Hoy os dejamos este nuevo documento de divulgación del conocimiento histórico, un documento que refleja la barbarie franquista.


lunes, 23 de septiembre de 2013

Verdad, ¿Justicia? y Reparación: Homenaje a las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer


Según el Estatuto del Tribunal Penal Internacional la desaparición forzada podría definirse como:

Arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sea obra de agentes del Estado o de personas que actúan con la autorización y apoyo del Estado, seguida de la negativa de reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola así de la protección de la ley.


El pasado sábado 21 de septiembre celebramos en Puebla de Alcocer la reinhumación y homenaje de las víctimas de la represión franquista de esta localidad. Éste acto ha sido uno de los pasos finales de uno de los proyectos de mayor entidad que hemos desarrollado desde el PREMHEx en los últimos dos años.
Traslado de los restos por parte de familiares al Mausoleo-Memorial de las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer.
Homenaje a las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer
Como ya recogimos hace tiempo en una entrada, durante los últimos dos años hemos llevado a cabo el proyecto de localización, excavación y exhumación de las fosas comunes de represaliados del Franquismo en Puebla de Alcocer (Badajoz, Extremadura). Este proyecto desarrollado junto con la Agrupación familiar de víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer nos ha permitido hallar las fosas comunes, ubicadas en las trincheras republicanas de segunda línea del frente de Extremadura, donde se encontraban enterradas al menos 42 personas procedentes de esta localidad.

Estas trincheras, contenían enterrados 5 grupos de hombres que se corresponden con 5 sacas distintas realizadas de manera irregular y sin ningún procedimiento judicial durante el mes de mayo de 1939, una vez ya la finalizada la Guerra. Estos datos nos demuestran una vez más el carácter extrajudicial de las ejecuciones y desamparo jurídico y político que sufrieron las víctimas desde el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y que se ha prorrogado hasta la actualidad.

Además, el proceso represivo que sufrieron estos grupos de civiles, no se corresponde ni con lo que en el Registro Civil se anotó y ni con la versión oficial que la propaganda de la dictadura reflejó ya en los años 40. Esta versión oficial de la dictadura nada tiene que ver con la realidad sufrida por las víctimas, ocultada, silenciada y postergada durante 74 años.

Las ejecuciones documentadas en Puebla de Alcocer forman parte de un plan represivo sistemático y masivo contra la población civil, lo que supone una violación de los derechos humanos y de crimen contra la humanidad… crímenes que no prescriben por su carácter de crimen permanente.

Pero estas 42 personas no serían las únicas víctimas, ya que la cárcel de la localidad albergó a cientos de presos tanto procedentes del ya finalizado frente como vecinos de las localidades próximas que habían permanecido fieles a la República hasta la finalización del conflicto bélico. A ellos hay que sumar, los muertos por las pésimas condiciones de vida, las viudas, huérfanos, padres, madres, hermanos, niños desaparecidos y un larguísimo etc… que conforman la realidad de la sociedad civil de la otra mitad de la historia que no nos contaron

“Vais a envidiar a los muertos”  decían el capellán del Campo de Concentración de Castuera a los presos, centro de coerción donde fueron a parar decenas de vecinos de Puebla de Alcocer.[1]

Con el esfuerzo de tod@s, gracias a la investigación realizada en Puebla de Alcocer hoy podemos arrojar luz a nuestro pasado más reciente y podemos integrar en nuestra Historia y  Memoria Colectiva uno de los episodios más traumáticos de nuestra sociedad contemporánea. Hoy podemos gracias a ello conocer la VERDAD de los hechos.

Presentación de los resultados del proyecto de investigación de Puebla de Alcocer

Visita de los familiares a la exposición de los objetos documentados en las fosas comunes

En base a esta VERDAD hemos podido rendir homenaje a las víctimas, en un acto de REPARACIÓN moral y social….

“Abrimos vuestras fosas y cerramos nuestras heridas escribimos vuestros nombres y recuperamos nuestra memoria”[2]

… en cuanto a la JUSTICIA poco podemos decir de momento, a este respecto seguimos anclados en el 18 de Julio de 1936.



[1] Testimonio de Rafael Caraballo, expreso del Campo de Concentración de Castuera.
[2] Inscripción del Mausoleo-Memorial de las víctimas de la represión franquista en Puebla de Alcocer.

martes, 17 de septiembre de 2013

De la ocultación de las fosas a las exhumaciones. Presentación del libro sobre los trabajos arqueológicos en Castuera


La Asociación Pro Memorial en el Cementerio de Cáceres (PROMECECA) y la Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (AMECADEC) organizan el próximo miércoles 18 de septiembre en Cáceres la presentación del libro De la ocultación de las fosas a la exhumaciones. La represión franquista en el entorno del campo  de concentración de Castuera, editado por Laura Muñoz Encinar, Xurxo Ayán Vila y Antonio D. López Rodríguez.

El libro, publicado este verano, describe los trabajos de exhumación llevados a cabo en las fosas del cementerio de Castuera, donde fueron asesinados prisioneros del vecino campo de concentración y otras víctimas de procedencia desconocida. La edición de este libro supone un hito importante en el estudio de la represión franquista en el sudoeste de España.

Las exhumaciones son al mismo tiempo una forma de recuperar la memoria de los vencidos, una denuncia de crímenes contra la humanidad y un anális científico riguroso de las estrategias de sumisión y exterminio empleadas por un régimen dictatorial. Desde este último punto de vista, es imprescindible que las investigaciones, como cualquier otra intervención arqueológica, se publiquen de la forma más rápida y completa posible. Esa ha sido la intención de los editores del libro y de la asociación (AMECADEC) que ha promovido los trabajos.

Lugar: Salón de actos, Biblioteca Pública de Cáceres, Calle Alfonso IX, 26, Cáceres.
Hora: 19:30.
Fecha: 18 de septiembre de 2013, miércoles.

Intervienen: Guillermo León Cáceres, presidente de AMECADEC e historiador; Laura Muñoz Encinar, arqueóloga; Xurxo Ayán Vila, arqueólogo. 
Modera: Juan Carlos Doncel, miembro de la Junta Directiva de PROMECECA.
Colabora: Grupo de Estudios sobre la Historia Contemporánea de Extremadura.

miércoles, 26 de junio de 2013

El hombre invisible


Objetos asociados al individuo 18
Alcanzar la invisibilización total de su crimen fue un objetivo primordial para los asesinos que camparon a sus anchas por el Campo de los Desamparados del cementerio de Castuera. Casi lo consiguen. El paso del tiempo ha alterado de tal modo los restos que resulta muy complicado abordar la posible identificación de las víctimas. Esta circunstancia se agrava en el tramo de la fosa 7.1 que excavamos en 2012. Apenas se han conservado objetos y los restos óseos presentan un pésimo estado de conservación. Es por ello que el mínimo detalle cuenta. Este es el caso del individuo 18, compañero del individuo 21. El estudio antropológico llevado a cabo por Andrea Alonso y Candela Martínez muestra la existencia de fractura perimortem en el cráneo y una patología vertebral. Poco más. Sabemos que era un varón. Entre los escasos objetos asociados destaca la presencia de un saquito de cuero con monedas. El saquito guardaba cinco monedas de 10 céntimos de peseta del Gobierno provisional de 1870, conocidas como "perra gorda" (en circulación hasta 1941). A mayores documentamos también una moneda de 25 céntimos de peseta de 1927, de Alfonso XIII.
 
 
Al lado aparecieron unas gafas, analizadas nuevamente por el óptico y optometrista Víctor J. García Molina. Es una gafa circular de metal con puente de plaqueta, característica de la época. Las monturas presentan una graduación esférica de +4.50 dioptrías –dpt- en ambos ojos. Con descentramiento de su eje óptico y con respecto el centro Boxing de la gafa hacia nasal.
Estos factores –principalmente el descentramiento hacia nasal, típico de las gafas para uso en cerca- nos hacen inferir que la montura fuese prescrita como una gafa para visión próxima lo cual y siguiendo la tabla de acomodación según edad nos hace suponer que el paciente o bien rondaba los 60-65 años, con una graduación presumible para lejos de entre +1.50/+2.00 –dpt-y para cerca la reflejada arriba, o bien era un hipermétrope de graduación variable para lejos que tenía dos pares de gafas; una para cerca, que sería la encontrada y otra más para lejos, que no portaba en el momento de ser detenido y posteriormente fusilado. Lo cual nos pondría en una horquilla de edad superior a 45 años y diferentes posibilidades de graduación para lejos y cerca.
Cabe también la posibilidad de que esta gafa fuese una montura únicamente para visión de lejos, pero nos encontraríamos, si las medidas de montaje fueron realizadas de manera adecuada con un sujeto con una distancia interpupilar reducida y atípica para la media antropométrica española. El valor de su graduación serían igualmente las citadas+4.50  -dpt-esféricas. Y la edad del sujeto difícil de valorar. Las lentes graduadas son vidrios minerales planoparalelos con índice de refracción 1.5/1.53.
 Gafas y saquito de cuero asociados al individuo 18
 
Posted by Víctor J. García, Yolanda Porto y Xurxo Ayán.