lunes, 31 de marzo de 2014

Participa en las excavaciones de Belchite

CONVOCATORIA CERRADA


El proyecto Arqueología de la Guerra Civil Española del Incipit-CSIC ofrece dos plazas para participar en las excavaciones de Belchite de 2014 con cargo a una de las instituciones que nos cofinancia. Las excavaciones tendrán lugar aproximadamente entre el día 10 y el 30 de septiembre.

¿Quiénes pueden participar?
Estudiantes universitarios de grado (con preferencia los de tercer y cuarto curso) o posgrado (máster, tesis) en historia y carreras afines. Se dará prioridad a los estudiantes de arqueología o historia contemporánea. No es imprescindible tener experiencia arqueológica previa.

¿Cómo es la solicitud?
Envía un email que incluya en adjunto un único documento (word o pdf) con tu currículum (acuérdate de incluir dirección de email), expediente académico y una breve descripción de por qué te interesa participar en el proyecto (máximo 300 palabras). Nota: si no te funciona en link, ve a la página de contacto de esta web.

¿Cuál es el plazo de solicitud?
Puedes enviar tu solicitud hasta el día 30 de abril. El resultado se comunicará por email hacia el 10 de mayo.

¿Qué cubre el proyecto?
El proyecto pagará el desplazamiento dentro de la Península, seguro, estancia en Belchite, alojamiento y formación durante las tres semanas que dura la intervención (trabajo de campo, conferencias, talleres). 

¿Qué se espera de los participantes?
Que colaboren en todas las tareas relacionadas con el trabajo de campo: excavación y prospección, documentación (fichas, planimetría, estación total) y trabajo con los materiales (limpieza, clasificación, inventario).

¿Qué pasa si no se sale elegido?
Desgraciadamente no podemos ofrecer más de dos plazas por motivos de presupuesto y logística. Sin embargo, nuestro proyecto realiza diversas intervenciones y seguirá en marcha los próximos años. Te contactaremos si existe la posibilidad de que participes en otra de nuestras excavaciones.

viernes, 28 de marzo de 2014

Arqueología en guerra (III)


 
Continuamos con el tragicómico y muy científico verano azul de Barandiarán en julio-agosto de 1936.
Día 28. He estado en el Museo. A mediodía han venido a comer a nuestro albergue ocho o diez chicos y hombres jóvenes; concretamente de Alegría de donde han huido por temor a los navarros. Me han dicho que ayer los navarros hicieron su aparición en los montes de los alrededores. Y estos hombres (tres del Frente popular y los otros nacionalistas) a falta de armas no tuvieron mas remedio que huir. Pero que hoy no se ha oído nada en Alegria, y que se vuelven a casa. Dicen que muchos sacerdotes de Navarra se han puesto al frente de los “requetés”; y que el párroco de Alegría huyó desde el comienzo de la guerra, del mismo modo que un tolosarra que era el responsable del Batzoki. Por la tarde he ido a Lekeitio con Josu Aldanondo, para sacar los planos de las cuevas del entorno.
Dia 29. Hemos ido a sacar el plano de Abittaa y las medidas de Gizaburuaga. Hemos comido en la taberna de Gizaburua. Se dice que por allí solía haber antiguamente lamias. Todavía hay allí la impronta del pie de una lamia encima de una grieta.
Día 31. Día de San Ignacio. Día triste en Guipúzcoa: hay guerra encarnizada en Beasain, Ordizia, lo alrededores de Tolosa, Rentería y Oyarzun. Nos han dicho que en Euskalerria no ha habido nunca tanta mortandad como la registrada estos días pasados en Beasain ¡Menudas imágenes del hombre nos ha traído esta guerra!
Día 1. Nos han dicho que en Hernani los rojos de Pasajes han quemado un convento de monjas. Por la mañana hemos ido al caserío Ayerdi de Berriatua en el auto de Amilla, porque el otro día en Gizaburuaga nos dijeron que en aquel entorno había una cueva grande. Pero en los alrededores de Ayerdi no hay tal cueva. Luego hemos ido a la cueva de Goiko-Lau. Mientras hemos comido en el caserío de Elexpuruerdikoa (sopa de ajo, dos huevos cada uno y leche) [...]
Día 3. He ido a Saturrarán. Los responsables de este seminario están muy asustados ccon lo sucesos  la guerra. Hay todavía aquí 39 estudiantes, casi todos alaveses. Hoy han partido algunos para Tolosa y Zumarraga. Los responsables que están aquí en Saturrarán están muy asustados: dicen que de vencer el Gobierno viene el Comunismo. [...]
Día 5. Desde hoy comienzo a revisar una de las cuevas de Jentiletxêta con la intención de recuperar restos prehistóricos. He subido a aquel sitio con tres chavalitos: Ayerbe, Abezia y Susaeta.
 
Entrada a la cueva de Jentiletxeta.
 
Día 6. También he subido a Jentiletxêta con cuatro chavales mientras estamos revisando allí la tierra escuchábamos el ruido de guerra que frecuentemente llegaba desde San Sebastián (al menos cañonazos) ¡menuda destrucción! Hoy han emitido por “Radio Vitoria” una declaración del señor Obispo. Según él, debemos rezar a Dios a favor de la paz, y no juntarnos con socialistas y Comunistas (esto en contra de los nacionalistas). Han dicho por “Radio Castilla”: “Guipúzcoa y Vizcaya, uníos con nosotros, no despreciéis nuestras intenciones; de otro modo cuando nosotros ganemos no tendréis Concierto económico ni ningún otro elemento de Fueros parecido.
Día 7. Por la tarde he estado en Jentiletxêta. También hoy hemos oído frecuentemente los cañonazos del fuerte de San Marcos mientras trabajábamos [...]
Día 8. Por la tarde hemos estado en Jentiletxêta. Hoy también, mientras recogíamos huesos y útiles de los gentiles, hemos escuchado cañonazos del fuerte de San Marcos, no tantos como ayer sin embargo. [...]
Día 12.[...] Nos dicen que los partidarios del Gobierno no tienen nada bueno, ni siquiera armas adecuadas y que por ese motivo han perdido Tolosa. Que además algunos mandatarios se han pasado al otro lado. Se oye todo tipo de opiniones. Por la tarde he estado en Jentiletxêta. Allí he tenido al renombrado levantador de piedras Aritzaga. También ha llevado a su casa dos dientes humanos, para enseñárselos a su padre, porque éste no cree que en Jentiletxêta haya vivido jamás nadie. Vive en el caserío Ziñua.
Díaa 13. Por la tarde hemos estado en Jentiletxêta investigando los restos primitivos del hombre del lugar. Mientras trabajábamos hemos escuchado frecuentes cañonazos procedentes de la zona de San Sebastián. Por encima de San Sebastián ha habido algunos aviadores militares hoy, que también han echado bombas. En la cueva nos han visitado dos hombres huyendo de la guerra.

Excavación arqueológica en la cueva deJentiletxeta en 1990 (M. Esteban y A. Armendáriz).
 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Arqueología en guerra (II)


Una semana antes del golpe, Enrique Eguren y su hijo visitaron la excavación de la cueva en Urtiaga (Deva), 
11 de julio de 1936.

Día 22. También hoy han subido la carretera muchos coches (no tantos como ayer). Uno ha quedado a nuestra misma altura, un gudari ha disparado un tiro hacia el paraje de Usabiartza. Cuentan en Itziar que ayer murieron 15.000 hombres en Vitoria.

Día 23. Hoy a mediodía después de comer mientras estábamos en la entrada de la cueva hemos oído cañonazos, e intentado ver de donde procedían hemos subido a la ermita de Salbatore. Cuando estábamos casi arriba un auto se ha detenido en la carretera y de él ha bajado un gudari y apuntándome con su arma dice: "¿qué hace Ud. ahí?" Inmediatamente le contesto: "¿vamos a ver qué se puede observar desde la ermita". -"Bueno, bueno", dijo y se metió en el coche y se fue.

Día 24. Hoy es el último día de trabajo en la cueva. Ha llegado al caserío Usabiartza una mujer (viuda de Larrañaga) con su familia, huyendo de la guerra.

Día 25. A las cinco de la madrugada, un grupo de gudaris ha rodeado nuestro albergue, y luego ha registrado toda la casa pidiendo aclaraciones a cada huésped. Nos han dicho que están buscando a un joven de Apeitia o quizás de Azcoitia que es mando de los requetés. Venían a por el hombre de Azcoitia que hace diariamente su aparición en nuestro albergue; pero no estaba aquí. En lo que registraban el interior el médico eibarrés ha huido por la ventana; pero inútilmente; enseguida le han atrapado y también le han llevado a Deva. También se han llevado al hermano del profesor. Han registrado también la casa del organista; allí estaba escondido el jefe de los requetés de Azpeitia; pero n o le han atrapado. Con todas estas cosas la gente ha quedado un poco mustia en Itziar. Pero por la tarde se ha alegrado, al menos los jóvenes. Han estado bailando "agarrados".

Día 26, domingo. Hoy por la tarde hemos venido a Bilbao. En el ayuntamiento de Deva nos han dado el permiso necesario para ir y volver, esto es "salvoconducto". Esto es lo que dice tal permiso: "Frente popular de Guipúzcoa. Sección de Deva. Salvoconducto a favor de José Miguel Baradiaran para trasladarse a Bilbao. Objeto hacer escala para seguir continuando viaje y hacer entrega de los objetos arqueológicos de las excavaciones en el museo. El Delegado de Sevicio E. Antón. Deva 26 de julio. Un sello dice: Alcaldía de la N. y L. Villa de Deva. otro por su parte "Agrupación socialista-Deva (Guipúzcoa). En la estación de Bilbao hombres armados nos han pedido el permiso que llevamos t explicaciones y también nos han obligado a enseñarle nuestras maletas y las cosas que llevamos en los otros fardos. Cuando les hemos enseñado un cráneo que transportamos no lo quisieron tocar con sus manos. Nos hemos quedado alojados en la Fonda La Estrella.

Día 27: Por la mañana he estado en el Museo; luego en el palacio de la Diputación. También en Sabinetxea; allí me han concedido permiso para desplazarme por Vizcaya y también para usar armas.

Sin entrar por ahora en otras consideraciones, la experiencia berlanguiana de Barandiarán nos aporta un gran consejo a todos los arqueólogos y arqueólogas de este país: ¡Depositen los materiales arqueológicos de sus excavaciones en el Museo preceptivo aunque estalle una guera civil!

lunes, 17 de marzo de 2014

Un libro imprescindible: Arqueología de la Gran Guerra en Alsacia y Lorena


Se ha publicado recientemente un libro de enorme interés para cualquiera interesado en la arqueología de la guerra en el siglo XX: À l'Est du Nouveau! Archélogie de la Grande Guerre en Alsace et en Lorraine (B. Schnitzler y M. Landolt, eds.). Es el catálogo de una exposición que se celebra hasta el 31 de diciembre de 2014 en Estrasburgo. En ella se dan a conocer los resultados de años de excavaciones arqueológicas en las trincheras llevadas a cabo por el INRAP (Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas). Al contrario que en España, en Francia tienen la suerte de contar con una arqueología "pública, gratuita y de calidad" que hace posible iniciativas como esta.

El libro, extraordinariamente documentado y con un espectacular aparato gráfico, recorre los distintos aspectos de la guerra en las trincheras del frente occidental, desde los búnkeres hasta los enterramientos colectivos, pasando por la alimentación, la higiene, los pueblos destruidos, las defensas de alambre de espino, la construcción de trincheras, el tiempo libre y las diversas metodologías utilizadas para recuperar este patrimonio reciente. 

El registro arqueológico de la zona es la envidia de cualquier investigador. Los terrenos arcillosos y encharcados, que fueron el infierno para los combatientes, han permitido la conservación de gran cantidad de materia orgánica en excelente estado (madera, cuero y tela). Algunos de los hallazgos son similares a los de nuestras propias excavaciones en España: los mismos objetos, las mismas armas, las mismas estructuras. Nos recuerdan una vez más que si la Guerra Civil fue el prólogo de la Segunda Guerra Mundial, también fue el epílogo de la Primera. Entre los restos parecidos están los pequeños basureros de trinchera, idénticos al que localizamos en 2011 en Abánades.



Otros hallazgos, sin embargo, solo los hemos visto en sueños. Por ejemplo, este depósito de Stiehlhandgranate:



El trabajo de los arqueólogos franceses nos recuerda lo difícil que es la arqueología del pasado contemporáneo. No solo porque haya cosas que explotan, sino porque la cultura material es extremadamente variada. 

 Objetos de higiene encontrados en trincheras alemanas

El trabajo de identificación puede llegar a ser imposible, especialmente cuando un mismo objeto se utiliza para fines muy diversos. Por ejemplo, el tipo de contenedor de cerámica de la fotografía inferior se usó para transportar agua mineral (izquierda), licor (centro) y gas lacrimógeno (derecha).


Las investigaciones arqueológicas, de hecho, han servido entre otras cosas para comprender mejor la economía y logística de guerra. El frente de Alsacia generó unas necesidades tan grandes de avituallamiento de agua potable, que llevó al desarrollo de las industrias del agua mineral en Alemania.

En resumen, un gran ejemplo de investigación arqueológica de calidad, de difusión pública y, sobre todo, de apoyo de las instituciones a la arqueología en general y del pasado reciente en particular.
 

jueves, 13 de marzo de 2014

Visita a La Tablada: centro clandestino de detención "Base Roberto"


No siempre las fuentes históricas encajan. Más aún cuando no hay documentos oficiales, los testimonios orales de los supervivientes provienen de personas que estuvieron permanentemente encapuchadas, y la arquitectura ha sido una y otra vez remodelada. Sin embargo la visita de ayer por la mañana a La Tablada, programada y auspiciada por la Secretaría de Derechos Humanos del gobierno uruguayo, nos ha permitido historizar mucho más de lo que a priori pensábamos. La Tablada fue un hotel estatal que estuvo en uso hasta los años 50, destinado a alojar a los hacendados (primera planta) y los "troperos" (empleados que llevan el rebaño, en la planta baja) en su camino desde el interior del país a la Tablada Nacional, en Montevideo. Entre 1977 y 1983 fue reconvertido en centro clandestino de detención, alojando a muchos de los secuestrados que se encontraban en el "300 Carlos". Las antiguas alcobas fueron reutilizadas como celdas. La arquitectura del edificio se prestaba a este nuevo uso sin tener que hacerle excesivas reformas. El responsable del mismo fue el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Estos militares vestían de paisano y se hacían llamar por seudónimos, nombres falsos cuya primera letra coincidía con la primera letra de su apellido. Sabían cuál era su trabajo. Por si acaso, un cartel a la entrada les recordaba la frase de un general norteamericano en Vietnam sobre cómo un buen soldado ha de saber "mancharse con el barro" para ganar la guerra.
Las víctimas de estos represores de la Base Roberto fueron principalmente miembros del Partido Comunista de Uruguay (PCU) y de la sección universitaria de la Unión de la Juventud Comunista (UJC) dentro de la conocida como "Operación Morgan". La explicación la daba el general Luis A. Forteza a un periódico en 1973: "Democracia y Marxismo son incompatibles. Su eliminación es imprescindible para la convivencia en paz y progreso (...). Su acción falaz, ruin y traidora debe ser definitivamente extirpada, como debe ser extirpado el cáncer, en bien de la vida".
Se estiman dos momentos diferentes en donde el patrón de funcionamiento del centro clandestino cambiaría: 1977 y 1980. En un primer momento en la planta baja estarían los presos y en la planta alta se torturaba y asesinaba. Hay constancia de que en algún caso se tiró un cadáver por una ventana del segundo piso, directamente a la camioneta que lo llevaría a la fosa clandestina. En un segundo momento ambas plantas estarían ocupadas por presos, con una ocupación más intensa del espacio.
Tras el fin de la dictadura, en 1985, funcionó como reformatorio del INAME (Instituto Nacional del Menor), y posteriormente fue adaptado como cárcel, sin excesivas reformas. Tres son las zonas en las que hemos podido identificar mayores cambios: el hall del primer piso a donde llegan las escaleras ha sido compartimentado con nuevos tabiques para generar cuerpos de guardia, sala de visitas, etc.; a los grandes salones o comedores de la planta baja se les ha añadido un entrepiso construido en hormigón en la mitad de los mismos para ganar algunas estancias más;  y la fachada trasera del edificio, que originalmente era porticada al igual que las alas laterales, y por la que se accedía a la gran sala o patio cubierto que distribuía las habitaciones de la planta baja, ha sido cegada, añadiendo un muro con ventanas. Los vanos de las celdas (puertas, ventanas y ventanucos) son los originales de las alcobas del hotel, pero ventanas y puertas han sido sustituidos por otras afines a los usos carcelarios. La estructuración interna de las celdas mantiene el mobiliario de obra original del hotel (estanterías, escritorio / mesa, taburete, retrete y lavamanos, como demuestran los detalles en mármol en estos últimos, los ladrillos macizos, la ferralla de tipología antigua o las baldosas hidráulicas del suelo).

La mayor parte de estas modificaciones seguramente se hayan realizado en momentos posteriores a 1985, cuando el edificio pasó a ser reformatorio y cárcel. No obstante hay una modificación que debió acometerse en el momento de uso como CCD, ya que por los testimonios y por la lógica interna de la cadena represiva no puede ser de otra manera. Nos referimos a la galería abierta de la fachada trasera, que tuvo que ser tapiada de algún modo.


Sin embargo el muro que vamos actualmente y las ventanas enrejadas en el mismo se corresponden con la fase carcelaria del edificio. De todos modos hemos podido constatar que el edificio, pese a los usos cambiantes del mismo, casi siempre con fines represivos, mantiene bastante bien la fisonomía y distribución interna del hotel original y, por extensión, del centro clandestino de detención. Por todo ello también podemos deducir que la reconversión del hotel en centro clandestino en 1977 no conllevó reformas sustanciales (cierre de la galería porticada trasera y cegamiento de los vanos, seguramente con planchones metálicos). Este carácter casi improvisado es coincidente con el hecho de que , como veremos más abajo, se mantuvieran incluso elementos decorativos del hotel, como son los grandes cortinones de terciopelo del acceso a los comedores de la primera planta. 
En el año 2007 el Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) realizó varias excavaciones arqueológicas, principalmente en los alrededores del edificio y una en el interior del mismo, en la gran sala donde estaban concentrados los presos. Se buscaban los cuerpos de trece detenidos-desaparecidos. Actualmente espera una nueva reforma para ser reconvertido, una vez más, en reformatorio.  
En el trabajo de investigación realizado por el grupo de historiadoreas de la Universidad de la República en paralelo al del GIAF (Rico, Á. Ed. 2007. Tomos I-IV. Investigación Histórica sobre Detenidos Desaparecidos. En cumplimiento del artículo 4º de la Ley Nº 15.848. Montevideo: IMPO, Universidad de la República, Facultad de Humanidades) podemos leer algunos testimonios:

- Testimonio 1:
Al ingresar al predio, se recorría un trayecto en pendiente de pedregullo.



A los presos se los hacía ingresar al recinto por una puerta chica ubicada a un costado de la casa.


En la planta baja, estaban todas las celdas y calabozos que daban a un patio principal con un piso cubierto de baldosones rojo y amarillos,


 era el único lugar donde había luz natural que penetraba por una claraboya.


Las paredes exteriores "incluyendo la oficina del comandante", tenían las ventanas tapiadas. Se ascendía al primer piso por una escalera ancha de mármol cuyas paredes tenían pajaritos pintados a relieve.


En la planta alta existían diferentes piezas. En una, se le sacaban fotos a los presos


y se les hacía la ficha. En otras se torturaba; estaba la del "gancho",


en otra el "tacho" para el submarino,


en otra se "picaneaba",


 

en todas había aislamiento para el sonido; además, había una habitación con un colchón donde tiraban a los presos que debían "reponerse".




 En esta planta, había cortinados de terciopelo rojo y una terraza exterior desde donde sólo se veía campo y algunos árboles a lo lejos.


- Testimonio 2 (Eduardo Platero, 24/07/1985):

(. . .) Después de una marcha larga del camión, que fue recogiendo gente de distintos lados y haciendo esperas, nos llevaron al local que nosotros identificamos como "El infierno de la Tablada ". Era un local de aproximadamente treinta metros de largo por quince o veinte de ancho, que tenía en uno de sus lados cortos la puerta de entrada; que sus dos costados, o lados largos, tenían celdas; había trece celdas de alrededor de 2 metros de ancho. En algunas oportunidades estuve en alguna de ellas y estimo las dimensiones en dos metros por tres.


En la pared opuesta a la que estaba la puerta por la que nos ingresaron, después de trasponer unos escalones


estaban los baños,


lo que ellos llamaban la cocina y la escalera hacia el segundo piso, que era donde se practicaba la tortura.



(. . .). Allí el personal que estaba era de civil y el régimen era de inmediata compartimentación, es decir, nos numeraban, nos colgaban del cuello un número que a su vez tenía rayas de colores que identificaban a los distintos departamentos o sectores que nos estaban interrogando. Había un color para los jóvenes, otro color para los sindicalistas, otro para los del aparato central del partido; supongo que también los había para los distintos equipos que nos interrogaban, porque en el transcurso de mi detención fui cambiado de color y de equipo de torturadores. La guardia abajo también se regía por un régimen militar; hacían turnos de 12 horas, con descansos de 24 horas y entonces volvían los mismos que habían estado. La disciplina era la de cuartel: cambiaba la guardia, se hacía la fajina, se ubicaba a los presos, se los contaba, se revisaba el estado de las vendas y de las capuchas, se los llevaba para arriba y comenzaban los interrogatorios.

- Testimonio 3 (Eduardo Platero, 06/03/1985):
Fui detenido el 13.06./977 y llevado a "La Tablada". (. . .). Las posibilidades de hablar eran prácticamente nulas por la separación que había entre las sillas y los ruidos que emitían los altavoces que estaban constantemente prendidos. Sólo se podía oír la voz del que estaba al lado, algunas voces, cuando pedía para ir al baño o algo así. Las posibilidades de contacto físico eran también limitadas. Se sabía de la complexión de cada uno por la manera de caminar, de golpear en el piso cuando caían o cuando chocaban con uno por distintos motivos. También por determinadas bromas podía saberse que un compañero era pelado. (. .. ) Yo conocía el sitio porque enfrente quedaba la Cantera de La Tablada, y antes fue una dependencia municipal, queda en la calle La Tablada, antes del cruce de la vía, estaba en una elevación, tenía un piso de baldosas de dos tamaños, una de 2O x 20, color ocre y otras más azules, color celeste de 1O x 1O.


 El barracón estaba orientado en forma tal, que mirando en la dirección que nos ponían cuando nos tenían de plantón, que digamos daba de frente por la puerta de donde nos entraban y sacaban y de espalda a la escalera, 


 que nos subían al 2º piso que era donde nos torturaban, el sol de la tardecita a la mano derecha nuestra orientado de norte a sur el largo y que tenía unos 30 metros de largo. Yo lo estimo porque creo recordar que tenía 13 celdas de cada lado que tenían alrededor de dos metros de ancho cada uno, yo estimo que el largo era de unos 30 metros y el ancho libre de unos 15 metros, que estaba techado con zinc y cerca de madera.


Otra cosa que estoy absolutamente seguro, que me detuvo, que me custodió allí y me torturó era personal militar; con régimen militar y aplicando a las rutinas militares que después aprendí a conocer durante mi detención en los diversos cuarteles. Ese personal salvo los oficiales, para los cuales había una ley aparte, estaba obligado a vestir de civil, inclusive recuerdo que un soldado que vino a la custodia, que iba con ropa de civil, pero con las botas militares se le arrestó.

martes, 11 de marzo de 2014

Arqueología en guerra (I)



La fundación José Miguel de Barandiarán ha comenzado a publicar los diarios de este doble padre, por un lado, sacerdote, y por otro, padre de la Prehistoria y la Etnografía vasca. Ayer, Jose Mari de Mendizábal, presidente de esta entidad, impartió una más que interesante conferencia en Vitoria/Gasteiz sobre este personaje. Conocido por su integrismo católico, lo que menos se podría esperar uno es que este hombre (exiliado en septiembre de 1936 en Iparralde) era un avanzado a su tiempo: construyó una radio de galena en el seminario de Vitoria en 1926 desde la que retransmitió conferencias de Etnología, grabó películas de las excursiones por el país e incluso formó parte de una Comisión de Turismo (1929-1931) para la que diseñó rutas de senderismo poara conocer el Patrimonio de la provincia. Incluso se adelantó a los cerebros de FITUR y aconsejó viajar a las ferias nacionales e internacionales con maquetas de dólmenes, cuevas e iglesias para mostrar el legado alavés como atractivo turístico. Todas sus iniciativas fueron boicoteadas por el obispo y los rectores del Seminario. Aquella radio pionera en la divulgación científica fue destruida por orden de la Iglesia. Barandiarán trabajó durante veinte años con Aranzadi y Eguren. Este trío especializado en la excavación de cuevas y el descubrimiento de dólmenes era conocido como Los tres tristes trogloditas. La guerra los separó para siempre. Eguren murió en 1942 y Aranzadi en 1945.
Curiosamente Barandiarán comenzó a escribir su diario en euskera en julio de 1936, cuando se encuentra realizando excavaciones arqueológicas con Aranzadi en Urtiaga (Itziar). Desde el yacimiento, a partir del día 18, van viendo movimientos de soldados. Siguen excavando hasta el día 24 a pesar de escuchar cañonazos el 23. Piensan que la guerra terminará pronto. El 24 finalizan la excavación pero se quedan el 25, día de Santiago, en Itziar, en el hostal donde se albergan. Ese día a las 5 de la mañana un grupo de gudaris rodea el hostal pidiendo aclaraciones a cada uno de los huéspedes. El 26 se traslada a Bilbao y sigue practicando prospecciones y excavaciones en Bizkaia. Allí negocia el paso a Vitoria de 39 seminaristas alumnos suyos. Interviene en la cueva de Jentiletxea, a pesar de las noticias que le llegan de asesinatos de curas en Pasaia, Herrera, Ataun y San Miguel. El 20 de septiembre se marcha al exilio en el vapor ángel de la Guarda desde el puerto de Motriku.

El diario de Barandiarán en estos días es un documento único que sintetiza perfectamente la confusión inicial en los primeros días del conflicto, la violencia política desatada en la retaguardia y las características propias que adquiere la guerra en Euskadi (nacionalistas de derecha aliados de la República, curas represaliados por las tropas de Mola, etc...). Recogemos a continuación algunas anotaciones especialmente jugosas:

Día 18. En lo que estábamos trabajando en la cueva, hemos escuchado que en España muchos militares se han sublevado contra el gobierno.
Día 20. Estamos en la cueva de Urtiaga. Vemos todo cuanto sucede en la carretera ante nosotros. Circulan pocos coches y los que circulan llevan bandera roja o vasca [...] Todos los días se acercan al restaurant Salegi el profesor y su familia (son asturianos) a escuchar qué dice la radio: son fascistas. Los del restaurante Salegi también lo son, o al menos hablan a favor de estos. Pero no saben qué está sucediendo. por la noche Luis Sierra (comandante de ingenieros) se nos ha aproximado. Ha quedado alojado en casa del organista. También él es favorable a los fascistas.
Día 21. Después de la misa, he encontrado por el camino al señor Sierra [...] Dijo que debería ir a ver qué tipo de trabajo hacemos en la cueva de Urtiaga, y también que iría con nosotros y que almorzaría con nosotros y lo dejó pagado en la fonda. Estuvo hora y media en la cueva y vio a un chaval (de Itziar) que le traía noticias de Deva, y para la segunda hora se fue diciendo que se resguardaría en un balneario en el que nadie le conociera.[...] Este hombre se ha marchado inmediatamente perdiéndose carretera arriba. Desde Zumaya hacia Deva pasaron bastantes autos pequeños y grandes (unos 40) llenos de gudaris: entre ellos 4 o 5 autos blindados. Dijeron que iban a Vitoria.
Por la tarde atraparon al señor Sierra en Zumaya y también le llevaron al Ayuntamiento de Deva.
 Reanudación de las excavaciones en Urtiaga (Itziar) en 1954, tras la vuelta de Barandiarán del exilio.

lunes, 3 de marzo de 2014

Los fascistas del amor


Gente como Barandiarán, Caro Baroja, Risco o Alonso del Real creían firmemente en el origen prehistórico de algunas de las manifestaciones más tradicionales del Carnaval en el Norte de la Península Ibérica. El polifacético juez galleguista Bouza Brey (depurado como Garzón) escribió incluso un trabajo titulado Máscaras prehistóricas en el que defendía estas tesis primitivistas. Más allá del mito de origen, lo interesante del Antroido es su carácter híbrido, su condición de ser hijo del sincretismo y del bricolaje cultural. Así por ejemplo, el campesinado gallego recreaba un pasado cíclico mediante una termomix mental con la que mezclaban mito, historia oficial y experiencias vividas: distintas razas habitaron los castros desde los mouros, hasta los romanos, los franceses, los carlistas, los facciosos e incluso los fuxidos de la guerra civil. Los Carnavales en muchos casos mezclan hechos traumáticos, referentes de prestigio, distinciones de clase. Los Xenerais do Ulla son un ejemplo perfecto de este bricolaje, con campesinos o rururbanos vestidos de caballeros, ataviados a la manera de las guerras napoleónicas y carlistas. Pero el Carnaval es algo más que emular modelos de la alta cultura. Es una estrategia de resistencia más de las clases subalternas. Como en aquellas fiestas de locos tan bien estudiadas por la gente de los Annales, en estos días se revierte el orden social, emerge la crítica ácida contra el orden establecido, toman las calles los que no tienen voz en las altas instancias del poder. Por eso es una arma tan temida por las dictaduras que, como el franquismo, prohibieron en la postguerra los disfraces.

En la época de la preguerra los Carnavales vivieron una época de esplendor en el mundo rural y urbano gallego. Las comparsas gozaban de una enorme tradición en áreas como O Ribeiro, las Rías Baixas o la Costa da Morte. En una sociedad en la que la lucha agrarista anticaciquil tenía un  notable apoyo popular, era de esperar que el Antroido fuese todo un campo de batalla dialéctico para intentar cambiar la realidad. La IIª República encendió todavía más los ánimos. Gabriel Varela, alma mater de la Asociación Cultural Virxe do Faro de Brántuas-Niñóns-Os Anxos (Ponteceso, A Coruña) recuperó unas octavillas publicadas por la Imprenta Obrera de A Coruña en el Carnaval de 1936 tras la victoria del Frente Popular. El texto era coreado por una comparsa llamada Os Esquerdistas. Brántuas e Niñóns 1936. Nadie pensaba que cinco meses después, aparecer en una fotografía de una manifestación del 1º de Mayo o formando parte de comparsas irreverentes podía costarte la vida. Como le ocurrió a O' Nécoras, republicano anticlerical santiagués que había estado en América, que cada Carnaval se disfrazaba de beata y recorría las calles de piedra de Compostela con una cruz que le llegaba hasta el suelo. O'Nécoras fue asesinado por falangistas en el viaducto de A Rocha. Su cadáver fue exhibido sobre un carro de bueyes por la ciudad del Apóstol.

En la década de los 20 y 30 el mundo rururbano gallego estaba muy informado. Conflictos como el de Marruecos o la invasión italiana de Etiopía dejaron su pegada en la cultura popular. Los Carnavales no hacían más que hacerse eco de las noticias internacionales. Así pues, hubo comparsas de mamelucos, cosacos, abisinios y rifeños. En la fotografía podéis ver una comparsa en Ribadavia (Ourense) en 1927. En plena dictadura de Primo de Rivera, inspirada en el régimen de Mussolini, unos paisanos van y se disfrazan de Los fascistas del amor. El fascismo era algo exótico en Galicia. De hecho en febrero de 1936 la Falange era meramente testimonial.

Cinco meses después, los fascistas del amor de los que se reía la gente del pueblo, se adueñaron del país para ser los fascistas del terror.