martes, 25 de septiembre de 2012

De los objetos y la muerte



Los objetos son en sí mismos fuentes imperecederas de información y conocimiento, que junto a los contextos donde se encuentran nos aportan una visión empírica del pasado basada en éstos…. que no son más que sus restos materiales.
La materialidad del pasado es nuestra base de investigación y conocimiento y nos aproxima de la manera más tangible a saber algo más del proceso al que pertenecieron y la cultura en la que se desarrollaron.
Desde el estudio del mundo funerario con sus múltiples variedades, siempre hemos considerado como un extraordinario registro objeto de estudio, los ajuares como descriptores de la persona (ser) a la que pertenecieron y la cultura (materia) en la que vivieron.
Esos objetos, que acompañan a los muertos en su trance e unión con la tierra, contienen en sí mismos el lado más humano y material de sus propietarios y el más sobrenatural de su dogma. Y es que es, a lo largo de la Historia, una parte esencial de la idiosincrasia de todas las culturas la tradición y el culto a los muertos.
Este ritual exclusivamente humano se niega y aleja cuando el propio estado de muerte es fruto de un acto represivo. Cuando los muertos no son “muertos” sino la materialidad más evidente de un proceso y régimen represivo donde las personas pasan del estado de vivos a desaparecidos y olvidados, sin llegar a ser siquiera propietarios de su propia muerte.

En las fosas comunes que excavamos, los objetos que hallamos acompañando a los cadáveres no son fruto de esa ritualidad, robada, pero aún así nos hablan sutilmente de cómo, cuándo y a quien pertenecieron. Estos objetos son también contenedores de parte de la identidad de sus propietarios y registro las circunstancias que les hicieron llegar a ese fin.

En la mayoría de las ocasiones desconocemos sus identidades y seguramente nunca lleguemos a descifrarla. Es más que probable que sus familiares nunca sepan que los encontramos, ya que la crueldad de la dictadura franquista eliminó su historia y los rastros de su peregrinaje y paradero como presos republicanos. Ellos como tantos miles, nunca llegarán a ver confluir su cuerpo con su identidad.
Tal vez nosotros como investigadores del pasado podamos aproximarnos a conocer algunos pequeños detalles de su vida y personalidad hasta que tal vez un día podamos devolverles su nombre.

Costurero asociado a una mujer represaliada enterrada en la Fosa 2 del Arroyo Romanzal, Llerena (Badajoz).

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