Durante los últimos dos días hemos estado excavando un refugio republicano situado detrás de una trinchera de primera línea. La trinchera se construyó tras la estabilización del frente que siguió a la ofensiva republicana del Alto Tajuña, en abril de 1938. En la documentación aparece como "Posición nº 64". Estaba defendida por los catalanes de la 138 Brigada Mixta.
Empezamos el trabajo con ganas, pensando que no habría mucha piedra que remover, pero cuando vimos que después de más de un metro de derrumbe todavía no se veía el final, cundió el desánimo. Sin embargo, decidimos perseverar y terminar la excavación.
¡Mereció la pena! En el nivel de ocupación del abrigo recogimos abundante material republicano: una caja de munición soviética de 7,62 mm, reutilizada como contenedor de transporte; un mazo de cantero para romper las piedras que se emplearon en la construcción del abrigo y la trinchera; una lata reaprovechada como recipiente para llevar agua; una jarrita fabricada con otra lata; tres monedas de la República (de 1 peseta y 50 cm); varios cartuchos de Mosin Nagant; un peine de Máuser de 7 mm; una escudilla de rancho completa... El gran número de objetos reaprovechados es un indicador de la penuria que predominaba en las trincheras republicanas hacia el final de la guerra.
La sorpresa llegó en forma de explosivo: un proyectil de artillería de 75 mm y uno de mortero de 50 mm. El de mortero apareció justo debajo de la escudilla. Esto es lo que se llama un plato fuerte.
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