Parece que cada año nos especializamos en un producto distinto. El año pasado fueron granadas de mano. Este, granadas de mortero de 50 mm. Hoy hemos encontrado parte de otro proyectil de este tipo a medio explotar en el interior de una paridera tomada al asalto por los republicanos. Fue el día 4 de abril de 1938, durante el ataque a La Nava, que dejó más de doscientos muertos en el bando franquista en apenas dos días.
En el interior de la paridera que excavamos aparecen un par de casquillos de pistola disparados, muchas latas de sardinas y una de leche condensada "Nuria". En el corralón (la entrada a la paridera), localizamos varias guías de peine de Máuser y un solo casquillo de 7,92 mm: los vecinos de Abánades recogieron sistemáticamente los casquillos y cartuchos que encontraban en los años 40 para venderlos como chatarra.
El proyectil de mortero, semienterrado en el cráter que causó su explosión, pasó desapercibido.
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