domingo, 2 de septiembre de 2012

La fosa de Bernarda Alba


Ayer la Asociación de Mujeres de Castuera representó en la Posada del Títere La Casa de Bernarda Alba, del genio Federico García Lorca. El personaje central de Bernarda resume lo que va a ser la mujer concebida por el fascismo, materializada en la dama tétrica, Carmen Polo.  En un lance de la obra, una Bernarda desatada declama: Los antiguos hacían muchas cosas de las que nos hemos olvidado. El tiempo de los rojos resume esa  visión de un tiempo mítico, de los antiguos y gentiles, de un universo propio de Hesíodo, de una historia olvidada que quizás no haya ocurrido nunca. La evolución del cementerio nuevo de Castuera materializa toda una estrategia de invisibilización consciente de ese pasado traumático. Nichos y nichos de reciente construcción han destrozado la evidencia material de los asesinatos. Los muertos dejan espacio a los otros muertos, olvidados bajo un metro de cantos de cuarcita, sedimento arcilloso y placas de cemento.

Poncia, la criada petrucia de la casa de Bernarda Alba afirma sin tapujos la suerte de los explotados en la España de los años 30: Un hoyo en la tierra de la verdad es la única tierra de los pobres.

En un pazo gallego, en las tierras de A Mariña lucense, una inscripción recoge el siguiente recordatorio:

Decid a vuestros hijos que el suelo que pisan es la ceniza de sus abuelos. Respetarán la Tierra si les contáis  que está llena de la vida de sus antepasados.

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