Ya hemos dicho muchas veces que la arqueología de la Guerra Civil no va a cambiar la historia. Al contrario que la arqueología de períodos más antiguos, no revela culturas desconocidas ni arroja luz sobre fenómenos históricos de los que no sabemos nada o casi nada. De hecho, algunos de los hallazgos que más nos sorprenden o emocionan tienen que ver con las cosas más familiares, aquellas que todavía existen o cuyas marcas perviven en la actualidad: un tubo de dentífrico La Toja, un tintero de la marca Milán, una lata de sardinas Palacio de Oriente. Son los objetos que conectan nuestro presente con un pasado cercano y al mismo tiempo remoto - remoto por su barbarie.
En una paridera del lugar de Valdelagua, que excavamos a finales de septiembre, encontramos testimonios de una ocupación franquista de cierta duración (quizá una o dos semanas, dada la cantidad de objetos documentados). Estaba justo en el límite del avance republicano durante la ofensiva del Alto Tajuña, en abril de 1938. Los numerosos elementos cotidianos, que van desde monedas a una navaja multiusos, nos hacen pensar que la paridera se utilizó como base por parte de una sección o compañía del ejército sublevado. Las balas de Mosin indican que si no llegaron aquí los republicanos, sin duda lo hicieron sus disparos.
Entre los objetos que encontramos se encuentran varias cápsulas de botellas de bebidas alcohólicas. En las más numerosas se lee "García Gómez - Segovia" ¿Quién era este señor? Internet nos lo dice rápidamente: Nicomedes García Gómez (1901-1989), dueño y fundador de Anís La Castellana y Whisky DYC. Naturalmente, las botellas que hemos encontrado son de anís, no de whisky, puesto que este no se empezó a fabricar hasta 1958 (entre otras cosas porque antes estaba prohibido). Aunque por lo visto el empresario hizo algunos experimentos con whisky antes y durante la guerra. Mientras en las trincheras republicanas encontrábamos hace un par de años numerosas botellas de coñac (y el año pasado un botellín de Martini), en las franquistas parece que se daba prioridad al anís. El objetivo, en cualquier caso, era el mismo: inhibir el miedo ante una muerte probable. La cogorza también debia de ser de proporciones similares: el anís la Castellana tiene una graduación de entre 35 y 45º (dependiendo de si es dulce o seco) y el brandy Peinado de los republicanos 40º.
Nicomedes García no limitó sus aventuras industriales a las bebidas alcohólicas. También fundó la compañía de autobuses AutoRES y la agencia de publicidad Azor (creadora del Toro de Osborne). Pero más allá de las anécdotas, los restos arqueológicos de la Guerra Civil también nos hablan de la implicación de distintas empresas españolas en la economía de guerra de uno y otro bando. Y, quizá también, ayudan a comprender como se forjaron fortunas. En las guerras nunca le va mal a todo el mundo.
En una paridera del lugar de Valdelagua, que excavamos a finales de septiembre, encontramos testimonios de una ocupación franquista de cierta duración (quizá una o dos semanas, dada la cantidad de objetos documentados). Estaba justo en el límite del avance republicano durante la ofensiva del Alto Tajuña, en abril de 1938. Los numerosos elementos cotidianos, que van desde monedas a una navaja multiusos, nos hacen pensar que la paridera se utilizó como base por parte de una sección o compañía del ejército sublevado. Las balas de Mosin indican que si no llegaron aquí los republicanos, sin duda lo hicieron sus disparos.
Entre los objetos que encontramos se encuentran varias cápsulas de botellas de bebidas alcohólicas. En las más numerosas se lee "García Gómez - Segovia" ¿Quién era este señor? Internet nos lo dice rápidamente: Nicomedes García Gómez (1901-1989), dueño y fundador de Anís La Castellana y Whisky DYC. Naturalmente, las botellas que hemos encontrado son de anís, no de whisky, puesto que este no se empezó a fabricar hasta 1958 (entre otras cosas porque antes estaba prohibido). Aunque por lo visto el empresario hizo algunos experimentos con whisky antes y durante la guerra. Mientras en las trincheras republicanas encontrábamos hace un par de años numerosas botellas de coñac (y el año pasado un botellín de Martini), en las franquistas parece que se daba prioridad al anís. El objetivo, en cualquier caso, era el mismo: inhibir el miedo ante una muerte probable. La cogorza también debia de ser de proporciones similares: el anís la Castellana tiene una graduación de entre 35 y 45º (dependiendo de si es dulce o seco) y el brandy Peinado de los republicanos 40º.
Nicomedes García no limitó sus aventuras industriales a las bebidas alcohólicas. También fundó la compañía de autobuses AutoRES y la agencia de publicidad Azor (creadora del Toro de Osborne). Pero más allá de las anécdotas, los restos arqueológicos de la Guerra Civil también nos hablan de la implicación de distintas empresas españolas en la economía de guerra de uno y otro bando. Y, quizá también, ayudan a comprender como se forjaron fortunas. En las guerras nunca le va mal a todo el mundo.
1 comentario:
El 154 Bon. de la 39 B.M.estuvo luchando, incluso cuerpo a cuerpo, con la 1ª Bandera de la Legión, en estas posiciones de Valdelagua.
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