Los soldados del siglo XX pasaron la mayor parte del tiempo sin disparar un tiro, metidos en trincheras y abrigos. Durante la Primera Guerra Mundial, muchos combatientes aburridos se dedicaron a grabar, moldear y pintar casquillos de bala, trozos de metralla y vainas de obús. El resultado es lo que se conoce como "Trench Art", arte de trinchera. En este mismo campo podemos incluir grafitos, bajorrelieves, pinturas y otros elementos que decoraban las fortificaciones.
En Abánades tenemos la suerte de contar con algunos ejemplos de esta última categoría. La calidad, eso sí, es desigual:
1 comentario:
En la primera imagen, bajo el busto:
"A los Compañeros Caídos
en Lucha Contra el Fascio
MCMXXXVIII
Sexto Batallón de Fortificaciones..."
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