En el plano de arriba podéis ver la distribución de dos de los tipos de materiales más habituales en la trinchera: latas (cuadrado blanco) y balas, casquillos y elementos relacionados (punto negro). Se puede observar que la Estructura 1 tiene muchos menos objetos que la 2. Esto no quiere decir que en la Estructura 2 se hayan fosilizado mejor las actividades que tuvieron lugar en ella. En realidad, lo que sucede es que es más profunda y se arrojó en ella mucho más material de colmatación (piedras, tierra y basura). Por lo tanto, en las dos estructuras hemos localizado muy poco material in situ.
El caso de la trinchera es diferente. Aunque varios artefactos proceden del relleno de posguerra, muchos se depositaron durante la guerra. Algunas latas aparecen claramente pisadas e incrustadas en el suelo de la trinchera. Es lógico que sea aquí donde se ha localizado el número más elevado de proyectiles, peines de munición y cargadores in situ. Y también lo es que se haya conservado más material en general en posición primaria: por razones obvias, los abrigos -donde se pasaba mucho tiempo descansando, durmiendo o comiendo- se mantenían más limpios que la estrecha trinchera, que era un lugar de paso y de combate. Y combates no debió haber muchos en esta parte de la fortificación: sólo ha aparecido un casquillo percutido y dos fragmentos minúsculos de metralla. La situación es bien diferente a la que documentamos en la Ciudad Universitaria.
Por cierto, es curioso que el único casquillo disparado sea también el único procedente de una fábrica de munición republicana ¿Será del breve período en que el Castillo estuvo en manos republicanas o se hicieron las tropas franquistas con un cargamento de balas de sus enemigos?
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