jueves, 20 de septiembre de 2012
Morir de mala muerte
La exhumación en la Enebrá continúa ofreciendo detalles sobre la muerte de los soldados. Decíamos en la anterior entrada que uno de los individuos tenía un gran fragmento de metralla clavado en la zona del cuello. En realidad su cuerpo está acribillado de fragmentos de metal. Lo más terrible es que parece que las heridas no le produjeron inmediatamente la muerte: en el pecho y cerca de un hombro encontramos dos balas impactadas de pistola de 9 mm. Todo parece indicar que alguien remató a esta persona ¿Sus propios compañeros o los republicanos que tomaron la posición?
Es difícil conjugar las imágenes heroicas de la guerra con las pruebas tangibles del sufrimiento extremo.
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1 comentario:
El testimonio de Pío Romo Díaz no tiene desperdicio: http://www.youtube.com/watch?v=vzkdPAAzwEs
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