Desde el pasado fin de semana, la batalla olvidada del Alto Tajuña lo es un poco menos.
Durante dos días tuvieron lugar en Abánades una serie de actos para conmemorar este enfrentamiento bélico: exposiciones, charlas, proyección de cortometrajes y, lo más espectacular y emocionante, una detallada recreación de uno de los episodios de la batalla.
El 31 de marzo de 1938 el Ejército Popular de la República lanzó un ataque en el sector Abánades-Riba de Saelices para contrarrestar la ofensiva que las fuerzas franquistas desarrollaban entonces en Aragón. Pese al importante avance inicial republicano, la fuerte oposición de los nacionales llevó pronto a la fijación del frente. La contraofensiva que se puso en marcha el 16 de abril permitió a las tropas de Franco recuperar parte de las alturas perdidas durante la batalla y pocos días depués el frente volvía a quedar estabilizado, con una pequeña ganancia territorial para la República. Pese a su escasa repercusión estratégica, en los combates cayeron cerca de 8.000 soldados, medio millar de ellos para no levantarse más.
El domingo 4 de junio, varias asociaciones de recreación histórica representaron el ataque a Abánades por la 70 y 39 Brigadas Mixtas del Ejército Republicano. Frente a ellos se encontraba el 268 Batallón de San Fernando y el 2º Batallón de Gerona.
Un comisario político ayuda a cargar la ametralladora del pelotón.
Los servicios médicos republicanos se preparan para la acción.
Los oficiales nacionales pasan revista a sus tropas bajo la atenta mirada del público.
Los republicanos atacan: las tropas franquistas corren a la defensa del puente de Abánades.
Las tropas republicanas avanzan inexorablemente hacia el interior del pueblo. El asalto de la I Bandera de la Legión no impedirá que finalmente las brigadas mixtas se hagan con la localidad. Sin embargo, las tropas franquistas mantienen el cerro del Castillo, lo que hace la posición de Abánades insostenible para la República.
Las tropas de ambos bandos forman al acabar la batalla.
Republicanos y nacionales confraternizan tras los combates. Desgraciadamente, el final de la Guerra Civil fue muy diferente: medio millón de soldados republicanos fueron a parar a campos de concentración y cárceles, donde decenas de miles murieron de hambre, enfermedad, torturas o simplemente ejecutados por sus antiguos contrincantes. Al contrario que en otras guerras civiles, en la española los vencedores nunca buscaron la reconciliación, sino la venganza. Quedémonos pues mejor con esta imagen y con las famosas palabras de Abraham Lincoln:
“Sin rencor para nadie, con caridad para todos, con la firmeza en lo justo como Dios nos da para ver lo justo, esforcémonos en acabar el trabajo en el que nos encontramos, cerrar las heridas de la nación, cuidar de aquellos que han sufrido la batalla y de sus viudas y huérfanos, hacer todo lo que nos permita conseguir y disfrutar una paz larga y justa entre nosotros y con todas las naciones”.
2 comentarios:
En eso los americanos nos llevan siglos de ventaja, nuestra guerra civil poco tiene que ver con la estadounidense, donde el perdón fue total y no hubo represalias. Pero aquí teniamos una panda de... menos mal que poco a poco se va contando la verdad
saludos
Hola, he leido lo que publicais en el Blog sobre la Batalla Recordada que decís vosotros y creo que no se puede simplificar de esa manera una batalla que tuvo 8000 bajas y que seguramente serían más.En cuanto al día 16 de abril los franquistas con 5 tabores de moros, más de 20 baterías de todos los calibres y la aviación de bombardeo. Solamente fueron capaces de recuperar la Molatilla (que era una posición de vigilancia)y que estaba defendida por el 109 Batallón de la 28 BM (solamente)no pudiendo llegar al Puntal del Abejar que es lo que buscaban con la intención de que se desmoronara el frente, cosa esta que no consiguieron.
Por eso digo que lo referente a esta batalla está por escribir.
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