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jueves, 23 de enero de 2020

Se abrirán las grandes alamedas

Paseo Central de la Alameda compostelana. El edifico blanco del fondo fue cuartel de Falange tras el golpe. Centro de tortura, hoy en día es una guardería.

En marzo de 2013, en el marco del festival Atlántica, diseñamos una visita guiada por la ciudad de Santiago de Compostela bajo el título Santiago y la Última Cruzada. En una tarde con nieve, algo inusual en la capital gallega, rescatamos del olvido lugares emblemáticos del golpe de Estado y episodios traumáticos de la violencia desatada por la represión franquista. En aquel entonces gobernaba la ciudad esa derecha recalcitrante que nada quería saber sobre la llamada memoria histórica. Con todo, la actividad fue un éxito de público.


Siete años después, el ascenso del fascismo en el Reino de España muestra ben a las claras la necesidad ineludible de luchar por la memoria en el espacio público de las ciudades. Por eso aplaudimos el proyecto expositivo desarrollado desde la Universidad de Santiago de Compostela por el equipo del catedrático de Historia Contemporánea Lourenzo Fernández Prieto. En los últimos años, este grupo de investigación ha centrado su interés en el estudio de las actitudes sociales en los espacios de reclusión, ejecución y enterramiento durante el golpe, la guerra civil y el franquismo en perspectiva comparada.

Todos los partidos políticos con representación en el Concello apoyaron la exposición, algo excepcional en otras latitudes, en donde prima el negacionismo neofascista.

En este contexto se debe enmarcar la exposición itinerante inaugurada hoy, bajo el título Deconstruír o franquismo, en el Paseo Central de la Alameda. La muestra se presenta en cinco etapas, desde la persistencia del franquismo a las ausencias de la memoria. El trayecto nos descubre la política conmemorativa de la dictadura, las amnesias que dibujan una auténtica cartografía del terror y las expropiaciones de significado de lugares y símbolos. La exposición también incluye reproducciones fotográficas de espacios y simbología franquista que perduran o que fueron olvidados por la ciudadanía de Santiago de Compostela y una cartografía interactiva que trae al espacio público los lugares de muerte y enterramiento en Galicia durante la guerra civil.

Una sociedad plural: la Compostela de la IIª República.



La Nueva España en Compostela. 

La exposición está abierta al público del 23 de enero al 6 de febrero de 2020. El 1 de febrero, a las 11 de la mañana, tendrá lugar una Ruta de interpretación del Franquismo en Santiago.
Más info en europeanmemories.net


jueves, 4 de abril de 2019

La ciudad de los prodigios (I): una luz cegadora

El ingeniero Pearson en una de sus visitas a las obras de Talarn.

El nacimiento de la electrificación en América está ligado a la figura de un personaje de novela, el ingeniero Frederick S. Pearson (1861-1915). Prácticamente recién licenciado, fue el responsable del sistema de transporte eléctrico de Boston y en 1894 fue nombrado ingeniero jefe de la red metropolitana de ferrocarriles de New York. Mr Pearson es todo un icono de la plutocracia que vio en el mercado energético un rentable nicho de negocio en el período de entre siglos. Tras buscar capital en Canadá, se establece en Londres para introducirse en el marcado financiero global. Light, Power y Tranway fueron los tres ejes sobre los que pivotó su actividad en México, Brasil y Canadá. La nacionalización de sus negocios en México supuso un grave contrapié para nuestro ingeniero, que se centró en la primera década del siglo XX en proyectos en su tierra natal, como la colonización agraria del interior de Texas. Como un rey sumerio, un emperador romano o un monarca taumaturgo, garante de la fertilidad, construyó una presa en el río Medina, irrigó un vasto territorio y llegó a fundar dos ciudades, una con su apellido y otra con el nombre de su hija, Natalia. Todo muy yankee.

Presa de San Antoni.

En los años previos a la primera guerra mundial, Pearson buscó nuevos mercados emergentes en Europa, y Catalunya fue uno de ellos. El genial escritor Eduardo Mendoza convirtió la ciudad de Barcelona en la verdadera protagonista de su novela La ciudad de los prodigios, en la que ambienta la evolución de la capital catalana entre las exposiciones universales de 1888 y 1929. Un período vertiginoso en el que se vive una auténtica revolución industrial, el surgimiento del movimiento obrero, el desarrollo de la industrial textil y la llegada del Progreso y de la Modernidad. Ante la carencia de suministros de carbón, la burguesía catalana se convence de la necesidad de abordar la electrificación de Barcelona y su hinterland industrial. Carlos Montañés, el ideólogo de esta estrategia, contacta con Pearson quien como buen tiburón del capital huele el negocio. Cuando, al poco de llegar, Montañés le llevó al Tibidabo y le mostró las fábricas de Poblenou, Sants, Hostafrancs y el Paral.lel, que por aquel entonces funcionaban con carbón, Pearson no se lo pensó dos veces. El plan consistía en construir grandes presas en el Pirineo y llevar la energía mediante líneas de alta tensión. El negocio se completaría con la compra de tranvías y del ferrocarril de Sarrià, la construcción de un túnel en Collserola para unir las fábricas textiles en tren y la edificación de colonias en el bosque, como La Floresta Pearson, bautizada en su honor en 1922.

Puente de hormigón armado de los años 1910, posteriormente anegado.

Nace así en Toronto la Barcelona Traction, Light and Power, con una filial, Riegos y Fuerzas del Ebro S.A., popularmente conocida como La Canadiense. Onofre, el protagonista de La ciudad de los prodigios, emigra desde el Pirineo catalán hasta Barcelona. Como él, miles de campesinos emigran a América o a la ciudad, debido a la plaga de la filoxera (1879) que acaba con la viticultura en las comarcas del norte catalán.
Pearson tiene una máxima en los negocios: eliminar todo tipo de competencia en los lugares en los que invierte. Se inicia entonces una carrera vertiginosa: el primero que construya una presa y una central hidroeléctrica será el primero que suministre luz y energía a Barcelona. La Canadiense tiene como objetivo construir el embalse de Sant Antoni o Talarn, en Tremp, en el río Noguera Pallaresa. 

Central de Talarn.

Las obras comenzaron en 1913, finalizaron en 1917 y se emplearon materiales novedosos para la época como el hormigón armado. La I Guerra Mundial supuso un auténtico mazazo para el proyecto. La mayoría de personal dirigente fue reclamado por su país para incorporarse a filas, así que tuvieron que dejar las obras del Pallars. La necesidad de buscar nuevas fuentes de financiación llevó a Pearson a convocar una asamblea general de accionistas de la Barcelona Traction el 11 de mayo de 1915, con el propósito de reafirmar la continuación de las obras, casi paralizadas y olvidadas, de las aguas del Noguera. Con destino a Liverpool embarcó con su mujer en el trasatlántico RMS Lusitania, el buque más grande del mundo antes de la construcción del Titanic en 1911. El 7 de mayo de 1915 el barco fue identificado en la costa de Kinsale, Irlanda, por el submarino alemán U-Boot U-20. Un certero torpedo consiguió hundir el Lusitania tan solo en 18 minutos. Una segunda explosión, producida por el contacto con el agua fría de una caldera, llevó a la muerte a 1198 personas, entre ellas Pearson y su esposa Mabel. Estados Unidos ya tenía su casus belli para entrar en la I Guerra Mundial. Pearson no fue el único capitalista que pereció aquel día. Un joven vasco, deportista, Vicente Egaña, residente en México, salvó vidas en aquella tragedia. Él recordaba cómo el potentado del ferrocarril Alfred G.Vandelbirt, desesperado, le gritaba ¡Auxilio, soy Vandelbirt! En esa circunstancia su dinero fue papel mojado. Se lo tragó el agua.
En 2011 el Museo Nacional de Irlanda y la Unidad Arqueológica Subacuática Irlandesa recuperaron restos del Lusitania.


Pearson es un símbolo de la globalización capitalista del período de entreguerras. Sus intereses en Centroamérica y Sudamérica se mezclaban con los del Tío Sam. Esas nacionalizaciones se pagarían caras a lo largo del siglo XX. Lenin vio la I Guerra Mundial, la que acabó con el propio Pearson, como una consecuencia más del imperialismo del capital. Así lo defiende en ese año 1915 en El socialismo y la guerra. Es impresionante reconocer, en un valle angosto del Pallars, el impacto global de unos años que cambiaron el mundo. Todo ello se resume en el ejemplo de la Canadiense y de una explotación hidroeléctrica, que siempre estuvo vinculada a la guerra y al conflicto, como seguiremos viendo.

Restos del Lusitania.


martes, 2 de octubre de 2018

Hallazgo del aire

La primera edición se publicó en 1935.

Antonio Machado y Gerardo Diego, poetas brillantes de la Generación del 98, caminaron por senderos opuestos en la guerra civil española. El primero, concretamente, por una carretera nevada, batida por el fuego fascista, camino del exilio, de la muerte. El segundo deambuló por la vía segura de los vencedores. Entre su producción de aquellos años destaca su Soneto a José Antonio y su Elegía heroica del Alcázar. Por supuesto, en nuestra época en B.U.P. no se incluía nada de esto en los manuales de historia de la literatura española. En 1942 Gerardo Diego publicó otro poema en esta línea, esta vez dedicado al as de la aviación franquista, el falangista Joaquín García Morato. Aquí van un par de estrofas de este Hallazgo del aire:

Qué curvas, laberintos,
coordenadas, alardes,
rúbricas, arabescos
mágicos del combate.
Entre el cielo y la tierra,
el fuego inventa el aire.
¡Victoria! Ocho, diez, veinte,
treinta llamas fatales,
se derrumban estruendo
de tinieblas nictálopes.
Huyen las alas torpes.
Las felices, audaces.
tejen coronas, signos,
sublimes espirales,
se pierden en los senos,
ya evidentes, del aire.


García Morato se formó como piloto en la guerra de Marruecos y su figura se relaciona con el mismo nacimiento de la aviación militar española. Para conocer ese mundo siempre aconsejamos la lectura de las memorias del vitoriano Ignacio Hidalgo de Cisneros, Cambio de rumbo. En este libro se describe el ambiente en el que se movían estos pilotos, latin lovers reclamados por aristócratas y toreros para sus fiestas privadas en cortijos andaluces. Siempre coronados por una aureola de valentía y heroísmo. Hidalgo de Cisneros sería en la guerra jefe de la aviación republicana y acabó como militante comunista lanzando arengas desde los estudios de la Radio Pirenaica en Bucarest. García Morato, en cambio, se hizo falangista y acróbata aéreo. Durante una exhibición en Inglaterra se entera del golpe de estado, enseguida se pone a las órdenes de los sublevados y se convierte, como le gusta decir a los historiadores militares, en el as de la aviación franquista. Eso sí, tras bombardear Antequera y localidades del frente en Andalucía.


Parafraseando a Gerardo Diego, en nuestras excavaciones en el Campillo no hemos hecho hallazgos de cosas procedentes del aire. Así y todo, toda esta arquitectura defensiva, de segunda línea, está condicionada por la amenaza que suponía la aviación enemiga (observatorio, refugios excavados en el vallejo). La batalla del Jarama comenzó con una clara superioridad aérea de la aviación leal, que contaba con aparatos soviéticos de mejores prestaciones y que constituían una pesadilla para los bombarderos Ju-52. Y aquí, en la batalla del Jarama, es donde se gesta el mito de García Morato. El 18 de febrero, ante las grandes bajas sufridas, los italianos se niegan a escoltar un grupo de bombardeo franquista que, sin embargo, se interna en las líneas republicanas. La patrulla de Morato (tres cazas) sí lo hace y se enfrenta a 30 aviones enemigos. Cunde el ejemplo y los italianos se unen. Por este hecho se le concede la Cruz Laureada de San Fernando. Según algunos historiadores, este golpe de moral supuso el inicio del control del aire por los sublevados.

Reposición por orden judicial de la calle García Morato en Alacant, tras denuncia del Partido Popular.

García Morato y su Fiat C.R.32 acabaron la guerra con 40 aviones derribados (comprobados) y 12 probables. Nunca le tocaron el Chirri. Cuando estaba grabando una película con motivo del Desfile de la Vitoria, en abril de 1939, se estrelló contra el suelo. En concreto, estaba simulando un duelo aéreo con un Rata rojo. Piruetas del destino. La capilla ardiente se instaló en el bajo del Círculo de Bellas Artes. Acrobacias de la cruzada: un cazador aéreo considerado como un artista. Por aquel entonces también la Legión Cóndor había tomado posesión de la Residencia de Estudiantes. Los poetas y las poetisas (Concha Espina, por ejemplo) salieron en tromba a homenajear con la pluma al héroe falangista. Y así sigue siendo considerado hoy. Según el Ministerio de Defensa hizo una carrera desbordante de cazador excepcional y es un héroe indiscutible. En abril de 2017 la entonces ministra de Defensa visitó la tumba del piloto en Málaga, invitada por la Hermandad de la Misericordia. La ministra también era una experta en piruetas y acrobacias para recordar como se merece a los vencedores. Para eso está la Semana Santa, para mezclar churras con merinas, cabras de la Legión y demás. Un instituto madrileño de educación secundaria lleva su nombre (por su faceta de artista, suponemos) y en Alacant, por orden judicial, ha sido repuesta la placa con la que da nombre a una calle. El gobierno municipal la había sustituido por otra con el nombre de un chaval asesinado (de un ladrillazo en la cabeza) por un fascista en la transición. En el Museo del Aire, en Cuatro Vientos, se puede ver el monumento fascista que recuerda al camarada Morato.

En 1950 Franco le concedió póstumamente el título nobiliario de Conde del Jarama.

Monumento fascista en homenaje al piloto, antes de su retirada al Museo del Aire.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Súbeme la radio, el parte es mi canción

Antenas de RNE en Arganda del Rey

Las marquesinas de las calles de Madrid están repletas de carteles promocionales de una serie de éxito: Las chicas del cable. Uno de los responsables de arte de la serie, Miguel, es un asiduo al ciclo de conferencias y de visitas guiadas que hacemos en Rivas-Vaciamadrid. Incluso ha participado de voluntario en las excavaciones. Según nos comenta, le hace tremenda ilusión conocer de primera mano el pasado fosilizado en el lugar en el que vive. Esta producción televisiva nos cuenta los avatares de un grupo de mujeres que llegan a la capital en los años 20 para trabajar en el incipiente sector de las comunicaciones, en la única compañía telefónica del país. Los nuevos medios de comunicación emergen como una herramienta más para el desarrollo y modernización de la España que salía de la Restauración. La radio, en concreto, se convierte en un medio de difusión codiciado por los políticos que gobiernan el país.  Unión Radio y su revista Ondas, monopolizaban la radiodifusión en aquella época.


Enseguida los sublevados echaron mano de la radio no solo como medio propagandístico, sino como una herramienta más para imponer a la población el nuevo status quo. Las alocuciones de Queipo de Llano desde Radio Sevilla, incitando a la violación de mujeres republicanas, son algunas de las páginas más negras de la historia reciente de nuestro país. Es curioso cómo este tipo de personajes sanguinarios se vinculan a los primeros momentos de formación de lo que será Radio Nacional de España. Así pues, Millán-Astray fue el primer responsable de esta entidad, que empezó a emitir desde el Palacio de Anaya de Salamanca el 10 de enero de 1937. De allí pasó a Burgos, en donde intelectuales fascistas formaban una suerte de think tank para poner a andar el Nuevo Estado, vinculados a la Oficina de Prensa y Propaganda. Uno de ellos era un paisano mío de la terra de Lemos, el falangista Luis Moure Mariño, en cuyas memorias podemos encontrar abundante información sobre esos comienzos bélicos de RNE. Las primeras emisiones fueron posibles  gracias a un aparato Telefunken, donado por la Alemania nazi. Aún hoy en día mucha gente llama el parte al telediario o a las noticias horarias de la radio. El parte (concepto militar, claro) se iniciaba a toque de cornetín y más adelante con la Generala, adaptación de una llamada  militar a reunión del siglo XV. Esta querencia por las marchas militares explica que cuando se da un golpe de estado reaccionario, desde el Ejército, siempre se interrumpen las emisiones para dar paso a música marcial. Todo un anticipo de lo que viene.


Desde lo alto del macizo del Piul tenemos una soberbia panorámica de la zona de Arganda del Rey. Entre la llanada destacan, como cipreses metálicos, las antenas de lo que fue, durante décadas, el centro emisor de Radio Nacional de España, la zona cero de la radiodifusión en el franquismo y gran parte de la democracia. En la recta de la carretera de Chinchón, en la cuneta, se pueden ver sillas, supuestamente sin dueño, y al lado, depósitos de basura, con bebidas, condones, pañuelos y demás cultura material, restos de un área de actividad reciente vinculada a la prostitución. A ambos lados de la carretera, cercadas y con vigilancia 24 horas, se encuentran los edificios abandonados de RNE. Los primeros se construyeron en 1944 y el último (edificio principal y almacén de materiales) en 1954. El estilo arquitectónico se inscribe claramente en el monumentalismo fascista, aquel que seguía la consigna de Franco:

Es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos antiguos, que desafíen al tiempo y al olvido, y que constituyan lugar de meditación y de reposo en que las generaciones futuras rindan tributo de admiración a los que les legaron una España mejor.

Franco supervisa el proyecto del Valle de los Caídos.

Sobreimponer esta arquitectura sobre el paisaje de la batalla del Jarama fue un medio más para sancionar la Victoria y condenar al olvido a los vencidos. El autor de estos edificios para la onda corta fue Diego Méndez (1906-1987), arquitecto de la Casa Civil de Franco y Consejero de Arquitectura de Patrimonio Nacional. Él fue quien modeló el paisaje del nacionalcatolicismo, metiéndole mano al palacio del Pardo, los palacios reales de Aranjuez, Riofrío, La Zarzuela, los Alcázares de Sevilla... Pero sin duda, pasó a la historia por haber proyectado el Valle de los Caídos.
En una entrevista a ABC el 21de julio de 1957 hablaba de la pesadilla que supuso para él diseñar una cruz de hormigón y cemento de más de 200.000 mil toneladas, con 150 metros de altura desde la base y 46 metros de longitud en sus brazos:

Un día, de modo inesperado, mientras aguardaba que mis cinco chiquillos se vistieran para ir a misa, absorto, casi iluminado, casi instrumento pasivo, el lápiz en la mano con el que hacía arabescos en un papel, sin darme cuenta dibujé exactamente la Cruz tal y como está ahora en su material clavada en la elevación poderosa.

Méndez reconoció que había ochenta condenados (sic) entre los 2.000  operarios del valle de los Caídos, que han jugado, día a día, con la muerte...  Y triunfado de ella.
Sin palabras.

Fotografía de Javier Marquerie.


Referencia hemerográfica
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Israel Viana. 2013. La "pesadilla" de construir la cruz del valle de los Caídos, ABC, 23-9-2013.

sábado, 15 de septiembre de 2018

El matemático fascista

 

La zona de El Piul y El Campillo en 1956.
 
Los proyectos totalitarios dejan su impronta indeleble en el paisaje. El fascismo se concibe como todo un proyecto de ingeniería social, que necesita de técnicos cualificados para llevarlo a cabo. Dos paisajes de mi pequeño mundo han sido modelados por este tipo de gente. El primero de ellos, conocido hoy en día como Ribeira Sacra, no se puede entender sin el economista y banquero Pedro Barrié de la Maza y Pastor (1888-1971). Amigo íntimo de Franco, financió su Cruzada y a cambio recibió el monopolio de la explotación hidroeléctrica en los cauces del Miño y del Sil. Usó mano de obra esclava republicana, destruyó el patrimonio cultural milenario de esa tierra, expulsó a la población local, modificó el paisaje a una escala nunca vista, con embalses como Belesar (el orgullo de España, en palabras del dictador, 1964) y recibió el título de Conde de FENOSA. Por supuesto, se hizo multimillonario. El otro paisaje destrozado por fascistas es el entorno de mi ciudad, Pontevedra, en donde se construyó la factoría de ENCE (Empresa Nacional de Celulosas). Gracias a la moratoria concedida por el último gobierno de Mariano Rajoy (pontevedrés para más INRI), la fábrica seguirá soltando su hedor irrespirable, continuará machacando la ría y perjudicando la salud de la población pontevedresa. Uno de los consejeros, jefazos de ENCE en esa época, fue Dionisio Martín Sanz (1909-2002), viejo conocido aquí, en Rivas Vaciamadrid. Estudiante en la universidad de Valladolid en los años 30 se incorporó a las JONS de Onésimo Redondo. Estos fascistas bisoños, reconvertidos en matones de Facultad, no se dedicaban precisamente a tomar apuntes.
 
La misma zona en la actualidad.
 
Este ingeniero agrónomo fue uno de los responsables de la infame y criminal política de autarquía impuesta al pueblo español por el nuevo Régimen. Muchos colegas de profesión, republicanos, se exiliaron y contribuyeron, ellos sí, al desarrollo agrario de Chile, Uruguay, Argentina o México. Aquí se quedaron tipos como Dionisio. Empresario y terrateniente, con latifundios en Andalucía, se lucró con la dictadura. En la visita de hoy, al explicar los silos medievales que hemos documentado dentro del recinto de la Casa de Peña Blanca, nos acordamos de él. Fue el fundador del Servicio Nacional de Trigo, la entidad que mudó el paisaje de la Meseta Norte y de otras zonas del Estado. Desde entonces, los gigantescos y monumentales silos rivalizan con los campanarios de los deshabitados pueblos de la España cerealera, la España vacía. Camisa vieja, criticó los planes de desarrollo de los tecnócratas del OPUS, si bien no tuvo inconveniente en beneficiarse de ellos. En 1962, por cuatro duros, se hace con una megapropiedad entre la orilla del Jarama y el macizo del Piul. Ahí pretendió llevar a la práctica su teoría de la Economía Política Espacial. Porque este teórico era tan genial que desarrolló incluso una explicación matemática del nacional-sindicalismo (sic). Hay que reconocerle su habilidad para los títulos rimbombantes: La Planificación Española en la Olimpiada de las Ideologías es magistral. En 1963 desmanteló esta zona fértil, con el empleo de maquinaria extranjera. El allanamiento conllevó el acopio del material en las vaguadas ubicadas entre los cortados del Piul. Nuevos vertederos fueron transformando la topografía de la zona. Así mismo, como si fuese ganado, trasladó a jornaleros de su latifundio de Jaén a esta zona, en donde construyó viviendas, hoy desaparecidas. Lo que nos enseñan los silos de la casa de Peña Blanca es la instauración de un exitoso modelo campesino de explotación racional, intensivo y sostenible, de la vega del Manzanares y del Jarama, durante siglos. Este especialista en productividad, enviado de la Modernidad (en 1936 publicó un artículo sobre el cuidado cultural de las plantaciones de remolacha)  acabó con todo esto. Los deshechos contaminaron el nivel freático. Pero ni corto ni perezoso, vio en el metano generado otro posible nicho de mercado. La extracción de áridos acabó de modelar este nuevo paisaje.
 
 
Dionisio fue un fascista de tomo y lomo toda su vida. Fue uno de los procuradores en Cortes que votaron en contra de la Ley de Reforma Política. Era tan facha que dimitió de la directiva de FET y de las JONS cuando el Jefe Nacional, Diego Márquez, se negó a llevar la corona a Franco el 20-N junto a la de José Antonio. Aún en los años 80 reunía en su despacho a un residual partido neofranquista denominado Unidad Nacional.
No podemos entender el paisaje del macizo del Piul y su entorno sin este personaje, tan preocupado por los problemas del campo español. Entre los vertederos, en cuevas y abrigos rocosos, sobrevivieron familias excampesinas y jornaleras que se quedaron sin nada en la década de 1960, gracias al buen hacer de estos salvadores de la patria. Le faltó tiempo para venderles seguros de vivienda. Dionisio, nuestro Dioni, fue presidente de MAPFRE. Todo fuera  por España y su revolución nacional-sindicalista.
 
Por gentileza de la Fundación Francisco Franco.
 
Referencias.
Camprubí, L. 2017. Los ingenieros de Franco. Barcelona: Crítica.
 
De Pablo Tamayo, Francisco J. 2002. Historia de Rivas-Vaciamadrid. Ediciones Publirama. Págs. 190-192.
 
Eyré, A. 2013. Belesar. O orgullo de España. A Coruña: Hércules de Edicións.

martes, 17 de julio de 2018

La trinchera de la derrota

Momento en que el coronel Prada resigna el mando entre las ruinas del Asilo de Santa Cristina. 28 de marzo de 1939.

La buscábamos desde el año pasado y por fin la encontramos. La trinchera que fue testigo del final de la contienda en Madrid, tras dos años y medio de combates, privaciones y muerte. Es la última trinchera de la Guerra Civil Española. La trinchera de la derrota para unos, de la victoria para otros. Nos preguntan con frecuencia qué buscamos en esa trinchera y la respuesta es que no buscamos nada. Simplemente queremos encontrarla, sacarla a la luz. Convertirla en memoria tangible, aunque solo sea durante el tiempo que dura nuestra excavación. Palpar el drama que condensa esa zanja: la antesala de una posguerra implacable pero que todavía, en el momento fosilizado en esa trinchera, todavía no ha tenido lugar. Es saber lo que sucede después lo que le da todo el sentido.  

 A la izquierda, escombro que rellena la trinchera. A la derecha, ruinas del lavadero del asilo.

El final de la guerra en la capital se escenificó a pocos metros de esta zanja, frente al pabellón del Asilo de Santa Cristina que estamos estudiando por segundo año consecutivo. Aquí el coronel Prada cedió el mando al coronel Losas y posteriormente se dirigió hacia el ramal de comunicación que conectaba el sector del Clínico con la retaguardia franquista. Por esta zanja que ahora excavamos pasaron los últimos actores del conflicto.


Los oficiales se retiran por la trinchera de comunicación entre las ruinas del Asilo de Santa Cristina.



La historiografía conservadora ha puesto enfasis en la confraternización entre los soldados de uno y otro bando que habría tenido lugar tras la rendición: "una 'reconciliación espontánea está viniendo, como casi todo lo bueno en este bendito país, desde abajo...", escribe Fernando Calvo (1). Si esta ocurrió, duró realmente poco. Porque tras la guerra vino una paz salvaje. Fue la hora de la venganza. Detenciones masivas, torturas, juicios sumarísimos, ejecuciones, ajustes de cuentas. Pocos soldados de la República se ahoraron el paso por un campo de concentración. 

Muchos de los mandos del Ejército Popular que no huyeron al exilio fueron condenados a muerte. Buena parte de ellos las verían conmutadas por penas de cárcel, pero su vida quedaría dañada para siempre. Ese el caso del coronel Prada, que vivió nueve meses con una condena a muerte en firme y pasó 17 años en las prisiones franquistas. Incluso oficiales como el coronel Matallana, que colaboraron activamente con los sublevados para lograr la rendición, sufrirían represalias y humillaciones y pasarían el final de sus días en la miseria.  Otros militares que desempañaron un papel clave en la Batalla de Madrid, como Antonio Escobar y José María Enciso, no fueron tan afortunados y se los fusiló sin contemplaciones. 

La última trinchera de la Guerra Civil no marca el inicio de la paz, sino el de la venganza.

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(1) Fernando Calvo González-Regueral, 2012. La Guerra Civil en la Ciudad Universitaria. Madrid: La Librería.

miércoles, 23 de mayo de 2018

CSI Repil (III)


El crack de 1929 barrió los sueños de muchos de estos emigrantes afincados en Cuba y Estados Unidos. La quiebra de los bancos en donde guardaban celosamente sus ahorros hizo que familias enteras se viesen obligadas a retornar a su tierra. La crisis y el paro masivo marcaron los años de la IIª República en el valle de Lemos. Monforte era la segunda ciudad de la provincia de Lugo, el enclave ferroviario más importante de Galicia. El ayuntamiento intentó superar el monocultivo del tren, e incentivó la industria. En 1935 accedió a que se crease al pie del yacimiento romano de O Castelo Pequeno una fábrica de teja y cerámica. Esta factoría fue promovida por el empresario y banquero coruñés Pedro Barrié de la Maza, presidente del Consejo de Administración de todo un holding de la época: Industrias Gallegas S.A. De aquí salió gran parte del material constructivo con el que se hizo y rehízo la casa de Repil.

Una muestra de los materiales de construcción fabricados en
O Castelo y recuperados en la casa de Repil.

La República intentó aplicar como pudo su programa de reformas sociales en el rural. Las escuelas de las parroquias de la zona notaron los nuevos tiempos. Durante décadas, durante el franquismo, la placa con el escudo republicano se conservó milagrosamente en la pared de la escuela de Chavaga, aquella en la que estudiaron los niños y niñas de la familia Amaro. A diferencia de otras comarcas, aquí los indianos no habían invertido en infraestructuras docentes. El Estado tampoco. Basta con leer el Viaje a las escuelas de Galicia del periodista Luis Bello, vinculado a la Institución Libre de Enseñanza y que visitó Chavaga y Reigada en los años 20.

Manifestación del 1 de mayo de 1936 en Monforte de Lemos.

El tren inoculó en los enclaves ferroviarios del valle del Sil las ideas de progreso y las ansias por construir un mundo nuevo. El caciquismo comenzó a resquebrajarse. El sindicato UGT y el PSOE tenían mucho peso en la zona. La revolución de 1934 se hizo sentir con fuerza. En el campanario de Ribasaltas se llegó a colocar la bandera soviética. Los jóvenes de la parroquia de Cereixa se envalentonaron e intentaron dinamitar el puente del ferrocarril. La operación fue un fiasco y muchos de ellos tomaron por vez primera una decisión: echarse al monte, refugiarse en la Serra de Lamas, en Santa Bárbara, en A Costa, en las inmediaciones de Repil. La represión acabó con el alcalde socialista de Monforte, Juan Tizón Herreros, en la cárcel. La victoria del Frente Popular en febrero del 36 hizo temer lo peor a la derecha tradicionalista, a los sindicatos agrarios católicos, a la patronal y los caciques rurales. La manifestación del 1 de mayo en la capital lemava fue multitudinaria. Esa histórica fotografía fue de gran utilidad para los matones falangistas en el verano de 1936.

Juan Tizón Herreros en su época de alcalde de Monforte de Lemos.

Las fuerzas golpistas sabían que había que hacerse con Monforte lo antes posible. Se aprovecharon de que los civiles más combativos se habían desplazado a Lugo para intentar frenar el golpe en la capital. Con la Guardia Civil dueña de las calles, dio comienzo una represión feroz, la caza del hombre. Juan Tizón, alcalde de Monforte, se ocultó en la parroquia de Torbeo, en donde nació uno de los guerrilleros muertos en Repil, O'Porreto. El alcalde consiguió huir y afincarse en Oporto, en donde fue acogido por Mario Soares. Allí se convirtió en agente de los servicios secretos británicos, falleciendo en 1945. El alcalde de A Pobra do Brollón, Antonio Reboiro, republicano, masón, miembro de un partido agrarista, fue fusilado en 1939, acusado de auxilio a la rebelión. Como los Amaro, había regresado de América con ideas nuevas, tan locas como la de montar una biblioteca.

El alcalde de A Pobra do Brollón, Antonio Reboiro, fusilado en 1938.

Escuadras negras sembraron el terror. Hombres convertidos en topos, eran denunciados, torturados y vilmente asesinados, como el concejal socialista de Monforte, Ramón Somoza, exhumado por la ARMH en 2016 en la vecina parroquia de Castroncelos. Este contexto ayuda a explicar por qué se echaron al monte unos huidos que acabarían convertidos en guerrilleros.

Exhumación en junio de 2016 en el atrio de la iglesia de Castroncelos (ARMH).

Mientras todo esto pasaba, la familia Amaro veía como su casa recién estrenada se encontraba en el epicentro de un territorio militarizado, con guardias custodiando la vía del tren, la carretera y el paso a nivel. Con la guerra llegó otra desgracia: en 1937 fallecía el cabo da casa, Maximino. Su viuda, Teresa, quedaba a cargo de una familia extensa en la época más mísera y miserable que se recuerda.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

Soldados de Cristo


Muy cerca del fortín que excavamos en Brunete nos encontramos una medalla de plata. En ella se puede observar, en una cara, a Jesucristo bendiciendo a un grupo de soldados que visten corazas al estilo del siglo XV o XVI y en la otra a dos soldados ataviados de la misma manera frente a una estatua de la Virgen con el niño flanqueada por dos ángeles. En la primera cara se lee Labora sicut bonus miles Jesu Christi y en su reverso Imitatores Dei estote sicut et ego Christi

Son palabras de San Pablo. Las primeras proceden de la segunda epístola dirigida a Timoteo (2:3): "Esfuérzate como un buen soldado de Jesucristo"; las segundas se encuentran en la primera carta a los corintios (11:1): "Sed imitadores de mí, como yo de Cristo". En la epístola a Timoteo, Pablo adivina su final: "a mí ya me sacrifican, y el tiempo de mi partida está cercano" y recuerda que todos los que quieran seguir a Jesús sufrirán persecuciones. Son frases que encontraban eco en el contexto de la brutal persecución religiosa que se desató en España durante la guerra.

La carta a los corintios, por su parte, recoge recomendaciones a esta comunidad cristiana y cuenta con algunas de las afirmaciones más machistas de Pablo de Tarso. Bajo el epígrafe que cita la medalla, continúa el apostol diciendo "Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios, la cabeza de Cristo. Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza, porque lo mismo es que si se hubiese rapado". También resuenan estas palabras con los tiempos de la guerra y el regreso a los valores patriarcales más reaccionarios que supuso el franquismo.

En todo caso, el mensaje de la medalla tiene que ver con el sacrificio que se espera a los que defienden la fe, que aparecen representados como guerreros medievales. Esos soldados del catolicismo eran el ideal de José Antonio. El fundador de la Falange esperaba de sus seguidores que fueran "mitad monjes, mitad soldados". Los monjes guerreros enlazaban con las gestas de las órdenes militares y al mismo tiempo encarnaban los valores jerárquicos y castrenses del falangismo: obediencia, disciplina, valor y desprendimiento.

Otro elemento importante en el falangismo es la imitación de Cristo. Muchos de los luchadores en el bando franquista eran devotos de la obra de Tomás Kempis, un asceta alemán de la Baja Edad Media conocido por su pensamiento místico y anti-intelectual. Su obra se titula precisamente Imitadores de Cristo y marcó a generaciones de españoles desde finales del siglo XIX, momento en que comienza a gozar de un particular éxito como parte del giro conservador del catolicismo -asediado por el progreso de la ciencia. En La Regenta (1885), Clarín presenta a Víctor Quintana, el marido de la protagonista, como lector asiduo de Imitadores de Cristo y dice que "poco a poco Kempis fue tiznándole el alma de negro". Con ello se refiere a la visión sombría y ascética de la vida terrenal.

El "Kempis" era, también, una de las lecturas preferidas de José Antonio Primo de Rivera. La influencia en su pensamiento es evidente: Certa tamquam miles bonus, ordena el santo, "lucha como un buen soldado". En su caso tiene un carácter metafórico: la lucha es contra las tentaciones. Para los falangistas, en cambio, la fe y la violencia son perfectamente compatibles. 

No solo para los falangistas. Acción Católica también recurrió a la imagen del soldado de Cristo. El Padre Acuña escribe en su Apostolado Seglar, publicado en 1940: "Cuando vemos que todo se derrumba, familia, Estado, sociedad, entonces es cuando los católicos debemos enrolarnos en las filas de esta Cruzada santa de la Acción Católica para luchar 'sicut bonus miles
Christi' 'como buenos soldados de Jesucristo', por los sagrados intereses de Dios y de la Patria". 


El Padre Acuña olvida que los intereses de la Patria no son competencia de los católicos en tanto que tales. Que se derrumbe el Estado no les incumbe. Al menos mientras no se prohiba el culto, cosa que nunca sucedió en la España republicana antes del 18 de julio: "Devolved al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"  (Marcos, 12, 13-17). De hecho, Unamuno ya había escrito un texto durante la Revolución filipina (1896-1898) recordando que, desde un punto de vista estrictamente evangélico, los curas no debían delatar a aquellos filipinos católicos que defendieran la insurgencia contra España. Lo que debían cuidar era de sus almas, no de su credo político.

Desgraciadamente los soldados de Cristo de la Guerra Civil eran más de Máuser que de Unamuno. Las medallas religiosas y las balas, los crucifijos y la metralla son la prueba arqueológica de esta mezcla letal de fe y de violencia.

domingo, 29 de octubre de 2017

Los tanques malditos


Proyectil de 37 mm. En este proyecto desaconsejamos vivamente el uso de proyectiles antitanque como adornos navideños.

El primer día de excavación en Brunete se acercó al fortín un vecino de la urbanización de Los Rosales. Nos trae algo que ha encontrado en el campo. El no lo sabe, pero es un proyectil de 37 mm. Sin detonar y con su carga explosiva. Lo disparaba el antitanque alemán Pak 36, utilizado por el ejército franquista.

Ni el vecino de Brunete ni nosotros eramos conscientes en ese momento, pero lo que teníamos en las manos era la huella material de una historia que acabó con una condecoración y muchos muertos.

El día 13 de enero de 1939 la ofensiva republicana comienza con un nutrido apoyo de carros de combate. Sabemos por una orden emitida dos días antes que el cuerpo de ejército de maniobra disponía de 10 T-26 y otros tantos autos blindados. Ocho de los tanques atacan las posiciones 18, 19 y 19bis que forman parte del centro de resistencia II, que se encuentra en el Olivar de Veliso, es decir la zona en la que estamos excavando en este momento. El primer problema es que se escoran demasiado hacia la izquierda, probablemente por la espesa niebla que cubre el campo de batalla, y dejan totalmente desprotegida a la infantería que los acompaña.

El segundo problema es que en la posición 18 se ubica un cañón antitanque particularmente letal. 

Localización de un antitanque (signo en forma de T invertida) en las proximidades de la posición que excavamos, según un plano realizado por el ejército franquista un mes antes de la ofensiva republicana.

Aunque algunos T-26 consiguen aplastar las alambradas que rodean las posiciones sublevadas, el fuego del Pak 36 y las botellas de líquido inflamable acaban con siete de los ocho carros que iniciaron el ataque. El protagonista de la jornada es el cabo artillero Elicio Correa Correa, que recibirá la medalla militar individual por sus acciones durante este día. Según la descripción que recoge el BOE en que se condecora a Correa, el artillero, en ausencia del sargento que debía comandar la pieza,
"logró destruir cinco tanques rojos entre el gran número de los que  empleaba el enemigo, gracias a su rápido y certero fuego, contribuyendo de esta manera a evitar la ocupación de la posición número 18 y a la desmoralización del enemigo por tan gran desastre. La pieza que disparaba estaba localizada por los carros rojos, como lo demuestra el número de disparos que cayeron alrededor de la misma".
En el resto de las posiciones franquistas (20 a 22bis) el avance republicano, en este caso sin apoyo de tanques, lo frenan en seco las ametralladoras, que causan un gran número de bajas.


Elicio Correa Correa falleció en Santa Úrsula, Santa Cruz de Tenerife, el 20 de septiembre de 2001 a los 88 años de edad. Dejó mujer y siete hijos.

190 soldados republicanos no tuvieron tanta suerte. Perdieron la vida, la guerra y la batalla de la memoria. 190 muertos anónimos se quedaron en la tierra encharcada de Brunete el día 13 de enero de 1939.
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Muchas Gracias a Luis Antonio Ruiz Casero y Julián Dueñas por la información de archivo que ha permitido redactar la entrada y a Xurxo Ayán por el plano de la 20 División.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Arqueología de (la) guerrilla (I)


Tanto Rui Gomes como yo, Xurxo Ayán, venimos del fin del mundo antiguo, él del país del Alentejo y yo de Galicia. Estos dos territorios de la Península Ibérica han sido emblemáticos espacios de resistencia a lo largo de la historia. Más concretamente, en mi caso, yo vengo de un pequeño pueblo gallego llamado Cereixa. En los años 30 esta aldea era conocida por la militancia izquierdista de sus habitantes. Uno de ellos, O’Reino, era concejal socialista y fue represaliado tras el golpe de estado de 1936. En la década de 1940 esta familia apoyó a la guerrilla antifranquista que luchaba en la zona contra la dictadura. La derrota de la guerrilla fue la causa de la emigración a Cuba de los dos hijos adolescentes de O’Reino. En esos años 50, ambos chavales acabaron por integrarse en la resistencia armada contra Batista en Sierra Maestra, luchando al lado de Camilo Cien Fuegos, Fidel Castro y el Che Guevara. En la fotografía de arriba tenemos a uno de ellos, Manuel, de chófer del Che en su entrada triunfal en La Habana tras el triunfo de la revolución. La guerra que perdieron en España la ganaron en Cuba pocos años después. De la derrota a la victoria, con el Atlántico por medio. A escasos kilómetros de Cereixa se encuentra el ayuntamiento de Láncara. De allí emigró para Cuba el padre de los hermanos Castro a comienzos del siglo XX.
Tanto a Rui como a mí nos fascinan estas historias trasatlánticas que rompen las falsas dicotomías global/local, cultura popular/cultura de élites, gran historia/microhistoria. Cualquier aldea rural de Europa en el siglo XX está conectada con procesos históricos a gran escala, ya sea la emigración, el totalitarismo o la resistencia al poder establecido.

Sesión Arqueología de las guerrillas europeas en el 
23th Annual Meeting de la EAA en Maastricht.

Como le gustaba decir en sus clases en la Universidad de Santiago de Compostela al actual presidente de la European Association of Archaeologists (EAA), Felipe Criado, parafraseando a Michel Foucault: donde hay poder hay resistencia. En la sesión que organizamos sobre Arqueología de las guerrillas europeas en el 23 Encuentro Anual de la EAA colegas de toda Europa nos hablaron de pequeños sitios como la aldea de Cereixa: un callejón oscuro de Dublín, una isla en el Canal de La Mancha, una aldea portuguesa oculta entre cumbres de granito, una cabaña en la tundra ártica, una cueva en las montañas griegas o un claro en la selva de las islas Molucas… espacios al margen del discurso dominante, auténticos no-lugares o paisajes ausentes. Sitios arqueológicos, todos ellos, traumáticos, con los que muchas veces no se sabe qué hacer en el presente. Cuando la resistencia vence, se convierten casi automáticamente en lugares de memoria o monumentos. Cuando la resistencia es derrotada, son destruidos u olvidados, normalmente para siempre.

Ejemplos de refugios de la guerrilla antiestalinista lituana (1944-1953), mostrados 
en la comunicación de Gintautas Velius (Universidad de Vilnius).


Hemos planteado nuestra sesión como un espacio abierto para dar a conocer la microhistoria de algunos de estos lugares, para debatir sobre los procesos de patrimonialización que están sufriendo en el presente. Pero también lo hacemos para recordar, en los tiempos que corren, la importancia de reactivar la resistencia contra el totalitarismo que vuelve a planear sobre Europa. Porque como clamaba el último presidente de la II República Española, Juan Negrín, resistir es vencer.

Fotografía aérea de las ruinas de la casa-refugio 
de la guerrilla antifranquista de Repil, excavada por nosotros en 2016.



lunes, 8 de mayo de 2017

Frente a "un tiempo de fascistas": resistir como Madrid (2)

Símbolo del Batallón Madrid en el interior del fortín nº 2 de Ketura.

Tras establecerse la unidad en la zona de Ubidea, el batallón inició el año 1937 destacado en las posiciones que actualmente estamos excavando. Su objetivo era guarecer la carretera que une la localidad de Ubidea con Legutio. Durante los meses que allí permaneció el batallón la única acción destacada tuvo lugar el 27 de febrero de 1937. Durante una incursión nocturna los milicianos descubrieron un depósito enemigo en Elosu, apoderándose de 12.000 cartuchos para ametralladora Colt; 10.800 para Lewis; 29.500 para fusil ametrallador; 11.000 para fusil Mauser y 1.600 granadas. Con ayuda de un carro de bueyes, pero sin bueyes, fue sacándose material hasta la carretera, donde dos camionetas lo transportaron. Al día siguiente se repitió la incursión, terminando ambas operaciones sin bajas y oposición del enemigo (La Lucha de Clases, 08/03/1937).


No obstante, el batallón también vivió otro momento especial en el frente. Bajo llamativos titulares, un corresponsal de La Lucha de Clases se acerca a visitar las posiciones del Madrid. El corresponsal señalaba cómo 

el camino hacia el frente alavés es ya un paisaje completamente siberiano. La nieve alcanza en determinados puntos medio metro de altura. (…) Según nos acercamos a las posiciones, crece nuestra admiración hacia los muchachos que desafían las inclemencias del tiempo sin decaer el ánimo y resistiendo con admirable espíritu combativo las penalidades del invierno.” 

El paisaje de chabolismo descrito por Cecilia G. de Guilarte en San Pedro, Sobrehayas y Txibiarte se vuelve a repetir: 

A pocos metros de los pabellones desmontables utilizados como dormitorios hay una chavola en la que una docena de milicianos se agrupan junto a un buen provisto fuego” (La Lucha de Clases, 08/03/1937).

Símbolo del Batallón Madrid en la cubierta 
del fortín 1 antes de su limpieza (abajo a la izquierda).

Nuestros hombres conocían la importancia de la fortificación. Cuando llegaron hasta el Akondia debieron de combinar las operaciones bélicas con las tareas de fortificación, ya que en las posiciones no había ninguna trinchera y tampoco sacos terreros como parapeto. Tras la orden del 26 de abril de 1937 del Gobierno Vasco, la unidad pasó a encuadrarse en la 8ª Brigada junto a los batallones Fermín Galán (UR), Octubre (JSU) y Asturias (UGT), encuadrada en la 4ª División del Comandante Daniel Irezabal. Para cuando el general rebelde Mola atacó Bizkaia, el batallón Madrid ya había construido los nidos de ametralladoras y allí recibió al enemigo el día 5 de abril de 1937, sufriendo varias bajas. Después de la retirada, la unidad pasó al sector de Barambio, cubriendo posiciones en Vidacurce, Astobiza, Udaun-Sarasola, Altube, Mendizorroz, Escartegui, Andratoleta, Pepe-Chiqui y Fuente Roja.  A mediados de mayo la brigada quedó integrada en la 5ª División vasca, pasando la unidad al frente de Mungia, concretamente en el Gondramendi. 

Fortín 2 en fase de excavación.

En junio actuó en las proximidades de Gatika, donde se le mandó reforzar el frente de Lezama, padeciendo numerosas bajas en el contexto de la batalla del Cinturón de Hierro. A finales de ese mes solamente contaba con 150 hombres. Los supervivientes se unieron a las restos del batallón Fermín Galán, formando el 1º Batallón de la 8ª Brigada de la 4ª División, luego numerada como 161ª Brigada y 51ª División. Los restos del batallón Madrid eran capturados en Santander tras el Pacto de Santoña (Vargas, 2008; Urgoitia (ed.), 2001).

Fortín 1 tras la limpieza.

Un servidor, desde las posiciones frente al ordenador, observa que ya 

son varios kilómetros de sector magníficamente atendidos y en los que se advierte una plausible disciplina, base de toda victoria; disciplina que no excluye el cordial trato y camaradería, la charla entre compañeros, el sano ambiente fraternal, pues todos (…) son hermanos en esta lucha a vida o muerte contra el fascismo. (…) Emprendemos el regreso hacia la capital, dejando allí a estos buenos camaradas, (…) ahora en el frente de Alava, hacen honor al nombre de “Madrid” y como la capital de España defienden con la vida el palmo de terreno que pisan llevando a la práctica el simbólico ¡No pasarán!”  (La Lucha de clases, 08/03/1937).

Bibliografía:

URGOITIA, J. A. (ed.) (2001): Crónica de la Guerra Civil, de 1936-1937, en la Euzkadi peninsular. Ohiartzun: Sendoa.
VARGAS ALONSO, F. M. (2008): Los batallones socialistas de Euzkadi en la Guerra Civil. Bilbao: PSE-PSOE. La Agrupación de Milicianos Socialistas. Grupo Vizcaya.

Archivos y Hemerotecas:

Archivo Histórico de Euskadi
Hemeroteca Diputación de Bizkaia

Post by Xabier Herrero Acosta.

viernes, 5 de mayo de 2017

Frente a "un tiempo de fascistas": resistir como Madrid (1)

Detalle del reportaje sobre el batallón Madrid en La Lucha de Clases.

El 5º batallón de la UGT era el batallón 32º del Ejército de Euzkadi. Esta unidad se conformó a finales de septiembre de 1936 con ugetistas de San Salvador del Valle y los pueblos colindantes (Vargas, 2008; La Lucha de Clases, 20/11/1936). Desde el 6 de octubre de 1936 estuvo destacado en el frente eibarrés, concretamente en el monte Akondia. Tras entablar un combate con los rebeldes al día siguiente de su llegada, la 3ª compañía afianzó posiciones en la zona. En noviembre continuó destacado en el frente eibarrés. No fue hasta el 21 de diciembre de 1936 cuando pasó a ocupar posiciones en el frente alavés con el objeto de relevar a las agotadas tropas del Fulgencio Mateos, unidad que se habían batido en la hoy conocida batalla de Villareal. El 5º de la UGT que hasta ahora había sido comandado por Ramón Rubial pronto encontró un sustituto: Gregorio Álvarez Resines (Vargas, 2008: 65). 


Aunque en las inscripciones que en la actualidad estamos estudiando se le concede un papel protagonista a la hoz y el martillo, símbolo de la unión del trabajador industrial y campesino, no menos importante es el nombre del batallón: Madrid. Según las inscripciones conservadas en los nidos de ametralladoras y la documentación consultada parece que prefirieron darse a conocer como el batallón Madrid, pues debía de hacerse

justicia al heroico pueblo madrileño, por lo que me atrevo a proponer que se dé el nombre de MADRID a uno de nuestros batallones, haciendo con ello justicia a la capital de España y capital al mismo tiempo del glorioso Partido Obrero Socialista Español, al que nos sentimos hoy más orgullosos que nunca de pertenecer” 
(La Lucha de Clases, 29/01/1937).

Primer ensayo de fotogrametría digital de la cubierta del fortín 1 de Ketura.


Esta iniciativa fue bien acogida entre los socialistas pues ésta 

era la primera prueba que se haga en favor de ese Madrid martirizado por la guerra, contra el cual se han volcado todas las crueldades para darle quizá un resplandor único que sirva de ejemplo (..) Al menos hagamos tangible nuestra admiración por Madrid y demos su nombre a un batallón nuestro. Un batallón obrero, formado con esa misma carne heroica y proletaria que en Madrid sufre ahora por todo el proletariado español. Porque si a Madrid le preguntaran ahora por qué se deja matar, su respuesta no conocería vacilación: por el proletariado español y nada más que por el proletariado español, ya que con ello labora al mismo tiempo por el proletariado de todo el mundo. Es por los trabajadores por lo que Madrid tiene ruinas, sangre y cenizas. Trabajadores deben ser los que formen el “Batallón Madrid”, que así el homenaje tendrá el sentido de la fraternidad y el valor de la solidaridad” 
(El Liberal, 30/01/1937). 


La retirada de la cubierta vegetal del techo del fortín 2 nos ha permitido 
documentar nuevas inscripciones en las que se menciona el Batallón Madrid, 
esta vez con letras bien grandes.

Se observa claramente en este ejemplo cómo los órganos periodísticos de la época hicieron hincapié en la cuestión del derramamiento de sangre, además de jugar con el componente de la clase social, para consolidar los lazos identitarios entre los miembros de un grupo. Tras establecerse la unidad en la zona de Ubidea, el batallón inició el año 1937 destacado en las posiciones que actualmente estamos excavando. Su objetivo era guarnecer la carretera que une la localidad de Ubidea con Legutio. Durante los meses que allí permaneció el batallón la única acción destacada tuvo lugar el 27 de febrero de 1937. Durante una incursión nocturna los milicianos descubrieron un depósito enemigo en Elosu, apoderándose de 12.000 cartuchos para ametralladora Colt; 10.800 para Lewis; 29.500 para fusil ametrallador; 11.000 para fusil Mauser y 1.600 granadas. Con ayuda de un carro de bueyes, pero sin bueyes, fue sacándose material hasta la carretera, donde dos camionetas transportaron éste. Al día siguiente se repitió la incursión, terminando ambas operaciones sin bajas y oposición del enemigo (La Lucha de Clases, 08/03/1937).

Referencias:
Vargas Alonso, F. M. (2008): Los batallones socialistas de Euzkadi en la Guerra Civil. Bilbao: PSE-PSOE. La Agrupación de Milicianos Socialistas. Grupo Vizcaya.

Archivos y hemerotecas:
Archivo Histórico de Euskadi.
Hemeroteca Diputación de Bizkaia.

Post by Xabier Herrero Acosta.